Romeo y Julieta: la tragedia de la inocencia

Por Luis Guillermo Valera

@guilloescritor

 

 

 

Muy pocas obras en la literatura universal han sido más laureada que las del ilustre William Shakespeare. ¿Y qué será lo primero que se nos viene a la mente cuando decimos Shakespeare si no es la confesión de aquellos adolescentes en un balcón de Verona? Romeo y Julieta ha permeado en la conciencia colectiva. Todos conocen su historia porque es una historia que puede ocurrirle cualquiera: dos personas que se aman y no pueden estar juntas.

 

Pero, ¿es correcto asumirla solo como la tragedia de unos amantes desgraciados? No, eso sería reducir a una ínfima mota de polvo el coloso del genio shakesperiano.

 

Y es que incluso el gran amor desenfrenado que se juran los protagonistas se ve accionado por otros factores psicológicos y del universo donde habitan que a la larga los dispara a su cruel desenlace. Romeo y Julieta trata más de la inocencia y del deseo de engañar al mundo y a sí mismos.

 

La historia comienza con la rivalidad de los Montesco y los Capuleto, dos familias nobles en confrontación por razones desconocidas, y tal es la escalada de violencia en sus escaramuzas que el Príncipe de Verona debe poner cartas en el asunto. En este contexto aparece Romeo, desdichado de amor por una mujer que no le corresponde, de nombre Rosalina. Al mismo tiempo la joven Julieta se entera de que su padre ha decidió casarla con el Conde París, un hombre que nunca ha visto. En el transcurso de una fiesta estos dos jóvenes se encuentran y desatan un amor apasionado y autodestructivo.

 

Es en ese instante donde sus dobles intenciones se revelan: ambos buscan algo más que al otro. Romeo se aferra a Julieta para olvidarse del fantasma de Rosalina, mientras que Julieta hace lo propio en señal de rebeldía a sus padres y a su matrimonio arreglado. Cosas nada extrañas si consideramos que los protagonistas no son más que adolescente sin experiencia.

 

A partir de su encuentro y el nacimiento de su amor, la obra se plaga de engaños y medias verdades que llevan a una serie de eventos que conducen al destierro de Romeo y a que Julieta finja su muerte como última medida desesperada para estar con su amado. Eventos que, al considerarlos, desafían a la lógica elemental: ¿Por qué Romeo no evitó la pelea con Teobaldo? ¿Por qué Julieta no se escapó con Romeo una vez lo hubieron desterrado? ¿Por qué Fray Lorenzo no propuso una mejor solución que hacer sufrir a los padres de Julieta la pena de creerla muerta?

 

A fin de cuentas Romeo y Julieta es solo la historia de dos jóvenes impulsivos que buscan a toda costa burlar al mundo, siendo ellos los burlados. El destino quiso que se conocieran y, a través de sus sueños premonitorios, los llevó a la tragedia. La inocencia y la impulsividad fue su perdición; su amor, su eterna salvación.

 

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