¡Un mensaje de esperanza!

Por Carla de Sánchez

@carladesanchez

 

 

 

En momentos de tanta incertidumbre, tu amor por Venezuela llevado a acciones concretas puede transformar la realidad. ¿Estás dispuesto?

 

Escribo este artículo el Día de los Enamorados al final de una semana de grandes retos para el país, con familias tristes por sus pérdidas o asustadas por sus seres desaparecidos.

 

Le pido a Dios me ilumine para dar unas palabras de esperanza, en un momento de tanta dificultad y también un mensaje que lleve a la reflexión de algunos, ojalá muchos pero sobre todo a la acción.

 

Hace un par de semanas escribí un artículo que se llamaba “Suelta y déjaselo a Dios”. Siendo investigadora del comportamiento humano y conociendo la cultura del venezolano, me quedé pensando si esas palabras no iban a ser mal interpretadas. Me explico, muchos de nosotros los venezolanos, nos sentimos cómodos quejándonos y criticando, pero haciendo poco por generar los cambios que decimos que queremos. No tengo duda de que también hay muchos que hacemos, pero si esos fuésemos mayoría, no estaríamos viviendo lo que estamos enfrentando en este momento. Para dar un ejemplo, la Asamblea Nacional es mayoritariamente del gobierno porque muchos no fueron a votar y ahora no hay división de poderes. Esta situación con una u otra excusa se ha repetido una y otra vez en cada una de las elecciones que hemos participado.

 

Retomo la idea, porque este mensaje se trata del amor y la esperanza. Creo que todo este proceso ha hecho que amemos más a Venezuela, tanto que a veces duele mucho. Hoy la consigna de muchos por Twitter a propósito del Día de San Valentín es: «Mi amor es para Venezuela». El amor, en cualquiera de sus clases, es solo una teoría, una ilusión si las acciones no son coherentes con ese amor que se profesa.

 

Antes de continuar, te voy a describir mi día de ayer (jueves 13 de Febrero). No fui a trabajar, cancelé mis consultas y dediqué mi día a la meditación, a la oración y posteriormente a escribir en Twitter, no solo dando mensajes de tranquilidad y unión a mis seguidores, sino contactando los líderes que se me ocurrían para comentarles lo que ocurre en nuestro país. Como verás, soy una mujer de paz y no estoy segura si esta protesta es lo más conveniente, pero en definitiva, no estoy de brazos cruzados.

 

El amor, se expresa en acciones, en actos que demuestran lo que dices sentir. Yo no te puedo decir si debes protestar o no, pero sí te puedo decir que este es un momento crítico que requiere de tu participación, no de que seas un espectador y crítico. Si no quieres salir a protestar, encuentra una forma de hacerte partícipe y promotor del cambio. Hay personas que han dado su vida por este país y no es tiempo de quedarnos mirando y juzgando lo que otros hacen. Es tiempo de tomar posición y actuar. Aquí te doy algunas ideas:

 

.- Dale café o comida a la gente que protesta cerca de tus calles.

 

.- Saca fotocopias de los panfletos que los muchachos de las universidades están entregando.

 

.- Dedica minutos para llegar a otras personas fuera de nuestras fronteras y que sepa lo que ocurre en nuestro país.

 

.- Deja de decir frases desesperanzadoras como «esto se acabó», «ya nos vencieron», «¡no podemos salir de esto!». Por lo menos date cuenta del poder de la palabra y si no tienes nada positivo que decir eleva una oración para invocar ayuda divina.

 

.- Deja de ofender y maldecir a quien no opina como tú. En vez de desperdiciar tu energía y tiempo en lo que no da resultado, conéctate con algo más elevado que te permita trascender tu intolerancia. Recuerda esta ley universal: el perdón ayuda a transformar cualquier situación.

 

Como ves, hay muchas cosas que hacer y solo debes elegir aquella que está acorde a tus principios, valores y convicciones.

 

Esta tierra es grande y bondadosa, es hermosa y requiere ahora más que nunca de sus habitantes (aún si no estás ahora aquí) para transformarla en un país del que nos sintamos orgullosos. Venezuela fue llamada Tierra de Gracia y sigue siendo así. Devuélvele con tu amor y tus acciones toda la generosidad que esta tierra ha tenido contigo. Te necesitamos para lograr los cambios.

 

¡Hoy y siempre todo mi amor y mi acción por y para Venezuela!

 

¡Dios nos bendice!