El discurso del odio ¿no es violento?

 

 

 

La violencia en Venezuela no es la que se ha vivido en este mes, donde han perdido la vida tantos jóvenes que luchaban para no seguir siendo víctimas de crímenes sin castigos.

 

La violencia en avance se inició en Venezuela hace mas de 15 años, cuando se empezó a sembrar el odio entre venezolanos, a dividirnos por colores, por modos de pensar, por origen  social, por dirección de  habitación, por tipos de empleos. Nada quedó fuera de un discurso lleno de rencor.  A cambio se iniciaron políticas agresivas que han venido destruyendo al país y prácticamente enloqueciendo a sus habitantes. Esto es lo que ha llevado a tantos venezolanos a salir a la calle, a protestar.

 

La violencia que ahora vivimos ha sido producto de tanto mal gobierno que deshizo la ilusión de los venezolanos por tener un mejor país. Las nuevas víctimas, son muchachos que salieron a las calles con consignas, con banderas y pancartas a gritarle al mundo que en este país las cosas andan mal, que salieron a las calles porque es el único medio de expresión que tenemos ante la clausura de los tradicionales.

 

En un mes el país ha demostrado  que esta patas arriba, pero sus gobernantes no lo digieren. Están muy ocupados en hacer lo que no deben hacer. En un mes varias madres, padres, hermanos y esposas han llorado a sus seres queridos caídos en las calles, pero han suplicado para que la lucha continúe. Ninguno de ellos ha expresado rencor por este medio de protestar. Todo lo contrario, están seguros que sus seres queridos lucharon por un cambio de la mejor manera como pudieron hacerlo. Esta certeza alivia una pena tan grande como es la de perder a un hijo

 

Denunciar lo que esta pasando se inició  con determinación, pero ajustados  al derecho de la protesta pacífica, buscando el amparo que como ciudadanos tenemos, pero el mal gobierno no lo soporto y lanzó a sus violentos a la calle, a destruir, a seguir sembrando la discordia, el odio que le ha costado la vida a jóvenes que hoy enlutan al país. 

 

La violencia que estamos viviendo en este momento los venezolanos ha sido sembrada y ha ido creciendo paulatinamente. Sus ramas han crecido llenas de desprecio por quienes nos hemos negado a pensar de otra manera, por quienes decidimos que el camino se había desviado de lo que podía ser bueno para los venezolanos. Con ese rencor se mantiene el discurso de unos gobernantes que asumen un rostro ante todos los medios que les pertenecen,  culpabilizando a las víctimas

 

Durante todos estos años, que son muchos, crecieron la mayoría de los muchachos que han muerto en estos treinta días. Ellos han sido víctimas de un discurso peyorativo, insultante, grosero, dirigido por personeros del gobierno que se han intercambiado en el poder, siempre los mismos, siempre el discurso de descrédito por los demás.

 

Estos muchachos, empezaron a notar una división absurda, empezaron a dividirse al punto que hasta siendo muy pequeños,  se involucraron con la política. Unos a favor, otros en contra de un gobierno que sembraba odio que marcaba distancias., que al apoderarse de los espacios de los medios llevaba el mensaje de horror a grandes y pequeños. Familias, amigos, se distanciaron sólo porque unos estaban de un lado y los otros del otro lado.

 

El discurso del odio se ha mantenido en el tiempo  y para sustentarlo este gobierno creo ejércitos de muchachos  a quienes lleno de rencor y de armas. Estaban de ese lado oscuro de la violencia donde todo se marcaba a punta de pistola, a punta de tengo esto y te puedo matar y te mato. Son antisociales, amparados por un gobierno que no puede estar en paz, porque actúa mal.

 

¿Las consecuencias? Personas llenas de rabia, que veían que podían apoderarse de las vidas de otros porque no recibirían castigo. Algo que podría denominarse guapos y apoyados. En este punto los enfermos sociales  salieron por todos lados a matar, a atracar, a robar. Toda una violencia bajo el amparo de quienes tenían la obligación de castigar. Toda una violencia contra personas que solo manifestaban, creyendo que nada les podía pasar.

 

Esta gente que marchaba bajo la protesta sana se vio obligada a defenderse y se instalaron las barricadas y las guarimbas para hacerse notar de otra manera, protegiéndose de los violentos, pero ellos son muchos, andan armados y en motos potentes que amilanan, que asustan. ¿Consecuencias? Piedras, gases lacrimógenos, perdigones, balas, muertos y heridos 

 

Hoy hemos llegado a un punto sin vuelta atrás. La guarimba es un recurso tan común que durante el día la construyen con toda clase de objetos y durante la noche los grupos de violentos llegan a atacar, utilizando todos los medios para destruirlas. En las noches puede ocurrir cualquier cosa, pero al da siguiente se vuelven a construir las guarimbas y la gente sigue en pié, luchando. La violencia va de parte y parte. Unos atacan, otros se defienden.

 

No  es una violencia en  un mes. Son años de violencia en todos los sentidos. La escasez de los productos básicos y no básicos, la inflación, la falta de libertades, la ruptura y la quiebra de todo un aparato productor, los favoritismos, la corrupción desbordada, la falta de respeto por los demás. Es un país que no anda bien, que violenta a sus habitantes.

 

Venezuela esta destrozada. Han apretado por todos lados y todo lo que se aprieta se rompe, se desborda. Esto es lo que esta pasando. Un país desbordado por un gobierno malo, inepto, corrupto y que ha asumido el odio como bandera. Venezuela está en guerra mientras un gobierno mentiroso pretende ocultar bajo todos los medios lo que pasa.

 

Durante todos estos días, las preocupaciones son mayores. No podemos dormir tranquilos, buscamos el momento para salir a las calles, el momento para comprar comida o medicamentos que no hay, que están escasos, el momento para poder informarnos de lo que sucede, porque los medios tradicionales están confiscados. Estamos en una situación tan grave, somos atacados vilmente por un gobierno opresor que se esta mostrando ante el mundo como el Dictador que es y que ha sido.