La universidad y su deber con la nación

Por Leomar Tang

 

 

 

Fuente Grupo de Facebook Fotgrafos de VenezuelaLeer el discurso de Heidegger en su aceptación del rectorado de la Universidad de Friburgo en 1933…y luego pensar en el tema de las Universidades y los estudiantes actualmente…

 

Heidegger tenía completa razón: La Universidad debe de estar al servicio de la Comunidad Nacional pero como un efecto colateral de estar al servicio del Saber.

 

La Universidad debe de ser política, en cuanto a que sea el sedimento de formación y mejoramiento de la raza, en su concepción no étnica sino románticamente ontológica. Por esta razón las Universidades tienen no solo el derecho sino el deber de enfrentar a todo Gobierno o idea que vaya en detrimento del mayor destino de la nación, teniendo amplia potestad para defenestrar gobiernos e individuos cuyas acciones sean perjudiciales para el bienestar de la Comunidad del Pueblo. Convertir en una lucha apolítica, como intentaron algunos en el pasado, el movimiento estudiantil, va en contra de la misma esencia de la Casa del Saber, ha de ser un enfrentamiento político apoyado en las más altas leyes éticas de la sociedad.

 

Arrojar por la ventana la, a todas luces justa y legitima, voluntad política de las Universidades, es extraer del ámbito de la sociedad a los estudiantes y profesores, y arrebatarles sus derechos políticos y sociales como salvaguardas del conocimiento y el futuro de la Patria. Que no se confundan, la palabra Patria no les pertenece a ellos, quienes se aferran al Poder, y es necesario que no temamos usarla o la perderemos para siempre.

 

Es por lo tanto que esta batalla por la Libertad debe de necesariamente trascender definitivamente la esfera educacional, aquella que envuelve el virtual ámbito de acción de ese universo de ideas, para abarcar el justo lugar que siempre le ha correspondido en la plena sociedad política, sin que esto cause temor de ser catalogados como unos simples desestabilizadores; en mente siempre debe de estar el alto valor moral y ético que imbuye la lucha por los derechos de los ciudadanos. El llamamiento de la nación, que a viva voces pide cambio y progreso, no puede ser ignorado, pues en ella radica el baluarte contra el salvajismo que pretende llevarnos a la ruina total.

 

Termino con unas palabras del maestro Heidegger que bien pueden ser extrapoladas a nuestro contexto actual:

 

“¿La sabemos, esta misión espiritual? Sea o no así, la pregunta es ineludible: ¿nos hallamos nosotros, maestros y escolares de  Martin Heidegger por Barry Bruner Figura Central del Articuloesta alta escuela, verdaderamente y en común, enraizados en la esencia de la Universidad alemana? ¿Tiene esta esencia el autentico poder marcador de nuestra existencia? Por supuesto, pero únicamente si nosotros queremos del todo esa esencia. Pero ¿quién puede dudarlo? Comúnmente, se ve el carácter predominante de la esencia de la Universidad en su “autonomía”, y esta debe conservarse. Pero ¿Lo tenemos bien pensado, lo que exige de nosotros el pretender la autonomía?”

 

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