@Valendeviaje y nuestra lucha por la Venezuela de “Bitácora”
Por Mariana Marchena
@pachena32
En la noche vagando por mi casa, conversando con mi insomnio – algo que ya se ha vuelto rutina- me entero por twitter que Valentina Quintero estaría en Chataing. Con lo cual me dirijo a la TV de la sala a ver el programa, confieso y estoy segura que le sucede a muchos que desde hace rato que no nos reímos con ganas, que no recordamos las cosas lindas de la vida, no admiramos la naturaleza con sus obras de arte, sus olores y colores, en fin se nos han olvidado “aquellas pequeñas cosas”, no sé si por el día a día, por la situación del país, por tanto desasosiego, por tanta injusticia, por tanta tristeza, por sentirnos culpables, pero al cabo de unos minutos de inicio del programa me sentía diferente.
El programa comenzó y al ver a Valentina mi mente comenzó como un caleidoscopio de ideas, de momentos edificantes que había olvidado. Por ejemplo había olvidado lo mucho que me gustaba “Bitácora” aquél programa que marcó un antes y un después en la TV venezolana y por supuesto la manera de ver al turismo nacional. Yo esperaba cada domingo en la mañana mientras mi mamá hacía el desayuno yo corría al cuarto de mis padres y veía con mi padre desde la cama aquellas fascinantes imágenes e historias, aquella puesta en escena magistral e irreverente de su conductora. Lo que más me gustaba eran los lugares de comida, se hacía silencio y solo en comerciales comentábamos mi padre y yo “ tenemos que ir!!”
Recordaba con alegría y nostalgia a la vez – bipolaridad emocional, otro rasgo de estos tiempos- aquellos momentos de alegría que nos hacían pasar aquél programa. Recordé también lo mucho que me gustan los “Cuentos de camino” y cómo sin importar el tráfico, el calor y tanta mala noticia sintonizaba dicho micro y entonces viajaba por Venezuela sin moverme del asiento. Me encanta la radio sobre todo la estación Onda 107.9 FM – valga la cuña- pero de un tiempo para acá sólo coloco cualquier CD o pongo en aleatorio mi dispositivo de música, con la tonta idea, de que si no escucho tanta mala noticia no pasarán. Me pierdo las noticias pero también los “cuentos de camino”, no me había percatado hasta ayer.
Viajera del Río
Hace un montón de años asistí a un evento benéfico para recolectar fondos para el SJR (servicio de jesuitas para refugiados) en el colegio San Ignacio en Ccs. Era “cuentos de Camino” en vivo, todo un lujo, una guitarra, dos sillas, dos micrófonos, Valentina y Miguel Delgado Estévez nos hicieron pasar un rato más que agradable, sobre todo en el momento que interpretaron la canción Viajera del río, canción favorita de mi madre por cierto. Una vez más evoqué emociones pasadas y sobre todo el AMOR por esta tierra que se mantiene leal ante tanta ingratitud. Ojalá no sea tarde y no nos suceda como a la viajera del río… “ y se fue ocultando y se fue marchando , luego desapareció, pasaron los años y el arcano tiempo la alejó de mí; por eso en mis sueños cuando la recuerdo, triste voy al malecón para ver si el río cambia la corriente y vuelvo a ver mi flor…”
Vale la pena luchar por Venezuela
Casi al final del programa todos atentos y divertidos con los relatos, experiencias y risas contagiosas de la invitada tarbesiana, culmina acotando que SIEMPRE vale la pena luchar por Venezuela, por su naturaleza, por su gente, por las bellezas naturales. Y entonces nombra lo que a su parecer son la bellezas naturales más espectaculares de nuestro país, como lo son el Salto Ángel, El Orinoco y los Tepuyes, que tienen miles de años, que están allí desde hace siglos y que se mantienen en pie, imponentes, únicos, majestuosos y que son visita obligada de literalmente todo el mundo, sin importar el gobierno que esté de turno. Ahora me pregunto yo, ¿cómo es posible que olvidara que hace apenas unos meses – enero- yo estuve allí en ese mágico lugar con un grupo de personas excepcionales? Cómo no recordar uno de los lugares más mágicos y espectaculares a los cuales he ido en mi vida, y en el cual me sentí por segunda vez demasiado orgullosa de ser venezolana? – la primera fue en la Expo2000 Hannover en Alemania, cuando el pabellón o stand que representaba a Venezuela era el segundo más visitado ente más de 300 países, por cierto era la Flor de Hannover -Fruto Vivas- que estuvo desmantelada por años en los depósitos de utilería de El Poliedro de Ccs y hace unos años fue violentada por un grupo de antisociales- . La psudodemocracia, la insensatez, la violencia que vivimos desde hace 15 años y que se ha incrementado estos últimos meses no son Venezuela.
Misión Olvido
Últimamente entre tanta mala noticia, injusticia, asesinatos, cinismo, el olvido se ha convertido en una consecuencia – o en un mecanismo de defensa- como en la obra literaria “ 100 años de soledad” cuando los habitantes de Macondo por una peste de insomnio comienzan a olvidar todo hasta el punto de colocar papeles con el nombre de las cosas a todo cuanto existía, silla, puerta, florero… Dios.
Muchas veces nos preguntamos ¿luchar para qué?, ¿Venezuela vale la pena por qué? Y ciertamente AHORA es difícil encontrar razones, vemos todo negativo y no es para menos, pero lo que no podemos olvidar son los buenos momentos, las buenas personas, las buenas cosas que son en su mayoría la esencia de Venezuela.
Y la lucha es precisamente por y para esas cosas que hemos olvidado y que si fueron posibles hace tiempo, también lo serán ahora o después pero serán. No digo que nos disociemos y vivamos en un mundo de fantasía, pero sí que tengamos presente las cosas que NO queremos para nuestro país y No olvidemos nuestra esencia, es por eso que luchamos.
Deberíamos pegar varios “papelitos” que nos recuerden esa Venezuela, justa, inclusiva, sin color partidista, sin odios, acogedora, solidaria, alegre, autóctona, creativa, multifacética, cultural, tolerante, gastronómica, aventurera y democrática, la Venezuela de “Bitácora”.
¿Y tú qué Venezuela recuerdas? ¿ Y por qué vas a luchar?
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