Los que no se van

Por José Zapata

@jousezapata

 


 

Se habla mucho del fenómeno de la emigración de venezolanos al exterior. Para resumir, se maneja la estadística de que cerca de un 10% de venezolanos se han ido del país, de los cuales más del 50% se han ido durante el último período presidencial. ¡Capuskicapubul! Emigrar no es solo para buscar mejores oportunidades económicas o de seguridad, sino para buscar un mejor contexto que permita el mejor desarrollo de una vida cotidiana en donde una persona sienta que puede explotar el máximo de su potencial. Claro, esto no es la verdad-realidad única, y hay quienes difieren. Hay quienes ya han encontrado su felicidad en esta tierra y, sin importar su posición política, no quieren irse.

 

Con el Ávila adornando sus ojos, el señor Jorge Santos confiesa que está seguro que no encontrará nada parecido a Venezuela en el resto del mundo. Él, graduado de la Universidad de Pittsburg (Estados Unidos) de ingeniero de computación, trabaja duro para cuidar de su familia. Sabe que cada día se le hace más dificil, incluso cuando su esposa también trabaja y su hijo mayor se ha ido del país, por lo que solo les queda cuidar de su otra hija. “Antes, con un solo sueldo, yo podía viajar con mi familia. Ahora con dos sueldos no podemos ni hacer un buen mercado”. Vuelve a pensar en el Ávila, en la playa, en la cerveza, en la arepa y en todas esas cosas venezolanísimas que no encontraría en ningún otro lugar. No importa, dice, las descarta. Pero él, quien ya tuvo la oportunidad en otra época de ordenar su vida, no quiere irse a otro país, en donde lo perdería todo y empezaría de cero.

 

“Si no estás de acuerdo con lo que aquí sucede y quieres irte del país, tienes que estar preparado a pelar bola y empezar de cero” – Jorge Santos.

 

Suena irónico: los adultos con más formación (master, post-grado – doctorado) son cerca del 58% del total de personas que emigran del país. Y aún así son los adultos con una vida estable en Venezuela quienes estarán mas felices aquí y a quienes se les hace más difícil irse. Es como el “ya estamos aquí” venezolano.

 

Jóvenes. Dirán que el modelo de educación con el que crecieron –el de ser una persona justa, trabajadora, honesta, formada y educada para conseguir en la vidad las cosas que quiere, formar una familia, tener una casa, tener salud y tener lujos- ya no es válido en este modelo sociopolítico. ¿Pensarán todos así? Hay quienes son felices y han logrado conquistar logros importantes. Claro que son aquellos que tienen una posición económica o social aventajada o aquellos que de más jovenes emprendieron una empresa y ahora su éxito los ancla a esta nación. Así, están los jóvenes que no ven cómo construir su futuro sino en otro país, y aquellos que ya lo han construido en este país.

 

Y están otros casos: aquellos que se quieren quedar porque piensan que irse es una hipocresía; aquellos que quieren ayudar a construir un país, aquellos que consideran que sus conocimientos y su formación deberán quedarse en la tierra que les dio todo, para así regresarle a Venezuela el favor; aquellos que se fueron hace mucho y regresaron (o regresaran) para “sacar el país adelante” y demás. En fin, irse no es la solución / respuesta única. Hay muchas otras.

 

Por último, cuando vemos al otro lado de la ecuación, encontramos a quienes apoyan el sistema político. No por decir que todas estas personas están satisfechas con lo que sucede, pero la gran mayoría está esperando que se termine de derrotar el enemigo interno venezolano que es causante de todos los problemas para que estos problemas terminen y que será pronto, mientras agradecen con creces lo mucho o poco que han recibido del papá-Estado, convencidos de que esto no sucedería en ningún otro tipo de contexto.

 

Otra porción de esta sección de la sociedad no está de acuerdo con muchas cosas, pero en defensa del legado del expresidente Chávez deciden quedarse para recuperarlo o defenderlo (de acuerdo a sus perspectivas personales). Y claro, está el último caso: las élites políticas y sus círculos sociales que se han beneficiado de un poderosos círculo de corrupción son parte también de los que no se van.

 

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