Y ahora, ¿Quién podrá defendernos?

Por Andrés Abreu Urdaneta

@andresabreu

aabreu@guayoyoenletras.com

 

 

 

Luego de pronunciar esa frase, hacía su aparición el superhéroe latinoamericano de todas las generaciones: El Chapulín Colorado, que con sus antenitas de vinyl y su chipote chillón, trataba de ayudar a quienes requerían de su presencia.

 

El viernes 28 de noviembre, Latinoamérica y el mundo se vistieron de luto; el gran Chespirito se había ido a la edad de 85 años, dejando en todos miles de recuerdos y risas que siempre acompañaran su noble imagen.

 

“Chespirito” era el apodo de Roberto Gómez Bolaños, actor, director, productor, comediante, dramaturgo, escritor, guionista y compositor mexicano. Conocido por ser el creador y protagonista de series como “El Chavo del 8” y “El Chapulín Colorado”. Su apodo se debe al director Agustín Delgado, quien motivado por el talento de Bolaños para escribir historias, comenzó a llamarlo por el diminutivo del apellido de Shakespeare.

 

A pesar de iniciar su carrera en la década de los 50, no es sino hasta 1970 cuando crea al Chapulín Colorado, superhéroe que, a pesar de no tener superpoderes ni una gran habilidad, su determinación y buen corazón hacían que pudiera solucionar los problemas de quienes lo necesitaban.

 

En 1971 nace quien fue su personaje insigne: El Chavo del 8. La serie contaba la historia de un niño (“chavo” en el lenguaje coloquial mexicano) y de todos los habitantes de una vecindad. Desde entonces, la serie no ha dejado de transmitirse en más de 50 idiomas diferentes, y en 20 países aún la transmiten (Venezuela entre ellos).

 

El Chavo representó en la comedia por televisión un antes y un después, y un antes y un después en la mente de todas las familias que tarde tras tarde disfrutaban (Y aún disfrutan) de las ocurrencias del Chavo, Quico, la Chilindrina, los golpes que Doña Florinda propinaba a Don Ramón, quien huía del Sr. Barriga cada vez que llegaba a cobrar la renta. Personajes como Ñoño, la bruja del 71, la Popis, Godínez y el profesor Jirafales quedaron por siempre en el imaginario popular.

 

¿Quién no recuerda el viaje a Acapulco que hicieron todos los vecinos? o las aguas frescas que vendía el Chavo en el segundo patio, raramente visto. Frases como “Fue sin querer queriendo”, “es que no me tienen paciencia”, “no te juntes con esta chusma” y muchísimas más son pronunciadas diariamente en muchos países del mundo, a veces sin saber que nacieron en la serie mexicana.

 

Roberto Gómez Bolaños deja un legado gigante en la televisión mexicana y latinoamericana, un legado de risas y enseñanzas para pequeños y grandes. Con su “¡Síganme los buenos!” se coló en los corazones de más de tres generaciones, y las que vendrán.

Y así, sin querer queriendo, se nos fue un ídolo. Y ahora, ¿Quién podrá defendernos?

 

Chilindrina: Chavo, ¿A dónde vas?

Chavo: No sé, lo único que sé es que ya nunca voy a regresar

Chilindrina: Adiós Chavo…

Chavo: Adiós…

 

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