Hija de «El Aviador»: «Tenemos que buscar la forma de dar a conocer las injusticias»
Por Claudia Smolansky
@clausmolansky
Rodolfo González es la primera víctima de los patriotas cooperantes (una figura inventada por esta revolución en donde cualquier venezolano puede ir a juicio gracias a la denuncia de alguien que no se identifica, no da su nombre y apellido y mucho menos se le ve la cara).
Lissette González es su hija, socióloga y profesora de la Universidad Católica Andrés Bello, y afirma que su padre tomó la decisión de suicidarse tras las constantes torturas psicológicas y la noticia de su traslado a Yare III. Recuerda a su padre como una persona «sociable, bromista y muy solidario con su familia. Era el líder, muy extrovertido y pendiente de todo el mundo. Cuestión que se le devolvió en sus momentos más difíciles, debido a que mi familia se mantuvo muy unida y siempre en apoyo a mi papá».
La vida de Lissette y su familia ya no es la misma. Perdieron a Rodolfo no por causa natural sino por la condena a la que fue sometido. Revela que el Gobierno está investigando si la correa con la que se suicidó su padre era de él. Lamenta que el Sebin no les haya dado el pésame.
Guayoyo en letras: ¿Se esperaban el suicidio de su padre?
Lissette González: No, nos esperábamos lo ocurrido. Aunque en varias ocasiones estuvo muy deprimido, fue una sorpresa para nosotros. Jamás pensé que esta historia terminaría así.
G.L.: ¿Es cierto que a su padre lo sometieron a torturas psicológicas?
L.G.: Sí. Amenazas constantes de traslado, comentarios insinuando que sería condenado de manera perpetua. Por otro lado sentía amenazas veladas a mi mamá, quién sigue en juicio todavía. De hecho la primera tortura psicológica, fue cuando detuvieron a mi mamá con el único motivo de quebrarlo a él. También el hecho de que pasaban los meses y en los programas de VTV continuaban nombrando al «Aviador» y sus amigos, y esto generaba fuertes presiones en mi papá.
G.L.: El ministro de Paz, Interior y Justicia, Gustavo Gonzalez López, además de desmentir la noticia del traslado a Yare III, expresó que no se debía intentar politizar el hecho «el cual no tiene ninguna relación con las condiciones de reclusión; las mismas siempre fueron respetuosas de los derechos humanos»
L.G.: La noticia de Yare III es un hecho, mi papá me lo confirmó por teléfono horas antes de lo sucedido. Con respecto a las condiciones de reclusión, El Sebin viola todos los códigos que establecen los convenios internacionales. Las celdas están en unos sótanos y sin ventanas. Llegan a ver la luz natural un par de horas a la semana. Estas condiciones y sensación de encierro sin duda forman parte de una tortura psicológica.
G.L.: ¿Cuáles han sido las investigaciones hasta la fecha por parte del Estado, al ser ellos los responsables de la vida de los reclusos?
L.G.: El mismo día prestamos declaraciones a las autoridades. Están evaluando las herramientas que se permitían en la celda, definir si la correa que utilizó en el acto era efectivamente de mi padre. El Sebin hasta ahora no ha tomado responsabilidad alguna. El Ministerio Público está determinando si fue un hecho inducido psicológicamente, y está realizando sus investigaciones, esperemos a ver qué ocurre con estas pesquisas y si efectivamente se llevará alguien a juicio para que tome la responsabilidad de reguardo de la vida de mi padre.
G.L.: ¿Conoce los motivos del traslado a Yare III?
L.G.: No sabría decirte las razones, conozco que en el expediente de mi papá están bajo la misma causa Renzon Prieto, Douglas Morillo, Yeimi Varela, y todos estuvieron bajo la misma sala varias horas con el Sistema de Anuncio Penitenciarios, con la noticia de que los iban a trasladar a Yare III, sin motivos claros y específicos, y esto causó en mi papá mucho miedo y ansiedad.
G.L.: ¿Podría confirmar si el suicidio de su padre fue para evitar el traslado de los estudiantes a éste sitio de reclusión?
L.G.: No te puedo decir si lo que hizo fue para evitar el traslado de los estudiantes, debido a qué no hemos podido hablar con ellos, por la norma de que solo permiten familiares directos. Sin embargo, no encuentro razón alguna por la que alguien inventaría eso.
G.L.: A lo largo del año, ¿cómo fue el proceso judicial de Rodolfo González?
L.G.: Hubo muchas dilaciones para la audiencia preliminar, por distintas razones. Inició en julio y concluyó en octubre, señalaron que mi papá y los estudiantes tenían que ir a juicio, y ahí fue cuando se estacionó todo. Ni siquiera habían asignado el tribunal que se encargaría de llevar el juicio, sino hasta el 18 de marzo, cinco meses después, cuando lo establecido es que este proceso se debe realizar en cinco días hábiles.
G.L.: ¿Cómo fue el trato de las autoridades del Sebin ante el hecho ocurrido?
L.G.: Estaban mudos y se notaban sorprendidos. Sin embargo, no nos dieron el pésame.
G.L.: ¿Piensan tomar medidas contra el Estado?
L.G.: Hasta el momento, no hemos llegado hasta ahí como familia, seguimos en duelo. Por ahora nuestra preocupación legal es qué va a ocurrir con mi mamá, que por fin, después de cinco meses, anunciaron un tribunal de juicio.
G.L.: ¿Cuál era el estado de ánimo de Rodolfo González durante sus meses como recluso?
L.G.: A lo largo del año su humor fue muy variante. Siempre pensó que no iba a ser liberado hasta que hubiera un cambio político y de gobierno, y en varias ocasiones comentó que moriría preso.
G.L.: ¿Cómo calificaría el sistema penal y judicial en Venezuela después de lo sucedido con su padre?
L.G.: Es una tragedia, así como nosotros hemos vivido estas penurias, no puedo imaginar distintas familias de presos, y no solo por causas políticas, sino en general. El sistema judicial y penal en Venezuela es un horror.
G.L: ¿Cómo fue el año 2014 para la familia González?
L.G.: Fue aterrador, tuvimos una serie de allanamientos. El primer mes, mis hijos durmieron fuera de casa con su padre para evitar cualquier mal rato. Después que pasa el tiempo, uno va entendiendo cómo es la logística y la rutina, y lo incorporas a tu vida. Para mí, los jueves y domingos eran días sagrados para visitar a mi papá, no dejaba que ningún compromiso lo impidiera.
G.L.: ¿Qué mensaje deja a las familias venezolanas de presos políticos y estudiantes?
L.G.: Tenemos que unirnos más y organizarnos, buscar la forma de dar a conocer estas injusticias y estas situaciones dolorosas que estamos pasando distintas familias venezolanas. Y cómo hacemos para sumar, porque el tema no puede ser venganza. El tema tiene que ser, a pesar del dolor, encontrar un espacio de tolerancia y de democracia, en dónde todos estemos incluidos
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