El presidente de las dificultades
Por Ricardo Del Bufalo
@RDelBufalo
La semana pasada, Nicolás Maduro declaró que él era “el presidente de las dificultades”. ¿Presidente de las dificultades? ¡Mijo, cuán autocomplaciente! Es como que yo me emborrache, choque el carro y diga que soy el conductor de las dificultades. Ya había pedido hace un par de meses que le descontáramos estos primeros dos años de presidencia y ahora nos viene con esto. Creo que hay que decirle que una cosa es ser el presidente de las dificultades y otra que se le haga difícil ser presidente.
Sin embargo, quisiera darle la razón en cuanto a eso de la dificultad, aunque es importante hacer una aclaratoria: Maduro no es el presidente de las dificultades, sino del desastre. Digamos que le llegó una responsabilidad con la que no puede lidiar. Digamos que era como un tío arrimado en casa de la hermana, donde el esposo maltrataba a sus hijos pero mantenía cierto orden, y que ahora con su ausencia le tocó asumir las riendas de la casa. Ahora está pagando las consecuencias, la sobrina le salió embarazada y el sobrino malandro. Pero él, en vez de encaminar a los muchachos, los alcahuetea y en cambio castiga a la pobre madre, aunque no haya hecho nada.
En otras palabras, Maduro ha decidido radicalizarse, como él mismo ha declarado últimamente. ¿Eso qué significa? Empezar a tomar acciones con base en su discurso. Es decir, terminar de meter presos a los soldados de la guerra económica. Escuchaba en estos días a Pérez Pirela comentando que el Ministro de Salud había declarado que las empresas farmacéuticas escondían los medicamentos y él estaba indignado preguntándose cuándo pensaban tomar acciones. No sé si es cinismo o estupidez lo de Pérez Pirela; el hecho es que si el discurso es “ellos son unos criminales”, entonces hay que actuar contra ellos como criminales que son.
¿Cuál es el problema? Que no son criminales. Que es una mentira la guerra económica. ¿O acaso existen los cuarteles de guerra económica donde el presidente de Fedecámaras hace llamadas a los empresarios para que acaparen y suban los precios? Si existiese, ya lo habrían demostrado. Tantas pruebas que dicen tener, tantos audios y videos conspiranoicos que han publicado y todavía no demuestran nada. Hay un afán de estos regímenes en exhibir su gran poderío, en presumir de todo el poder que tienen, que recuerda a ese macho vernáculo que dice tener un gran güevote y a la hora de la verdad tiene un pipí promedio que no se le para.
La radicalización de la revolución implica vivir en la mentira. Pero la gente se enferma de verdad y la escasez de medicamentos no es mentira. Y la gente, por más desinformada que esté, no es pendeja. Sólo un 20% de la población cree en la guerra económica, pero debe ser la misma población que cree que la sábila con coñac cura el cáncer. Y aunque ellos son una fuerza electoral para el chavismo, también están arrechos porque el coñac está demasiado caro.
Con la mitad de los ingresos petroleros que tenía Chávez en sus años electorales, vamos a ver qué se ingeniará Maduro para ganar estas próximas elecciones. No me cabe duda de que seguirá haciendo todo lo necesario para pasar a la historia como el presidente del desastre.
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