Analfabetismo disfuncional

Por Alfredo Yánez Mondragón

@incisos

 

 

 

Hay que decirlo fácil y despacio para que se entienda bien: La jornada electoral, en la fecha que se anuncie, no será más que un paso en este difícil trance por el que atraviesa el país. Un paso clave, importante, crucial, pero será eso, un paso más.

 

Si todo se centra en el anuncio de la fecha; ¿una vez que se cumpla ese trámite, qué vamos a hacer?¿quedará todo resuelto porque una funcionaria, en un esfuerzo de cinismo, le haga creer a los venezolanos que trabaja con apego a lo que dictan las leyes?

 

Los referentes políticos tienen la responsabilidad de inspirar a la sociedad. Poco se inspira cuando el único fin es conseguir un anuncio, un único anuncio, que serviría únicamente para ajustar un proceso; que huelga decir; está viciado desde el mismo momento en que se le niega su curso institucional.

 

Imaginemos por un momento que ya tenemos la fecha; imaginemos incluso que se consiguió presentarle al país una plataforma unitaria para acudir a esos comicios, en esa fecha. ¿Qué vamos a hacer con eso?¿Vamos a iniciar una campaña casa por casa para convencer a la gente de que debe ir a votar?

 

La verdad en la calle indica que no basta con ese discurso; que no es suficiente con el intento de convertir en fines, lo que evidentemente no son más que medios que podrían, eventualmente, servir para la consecución de objetivos comunes.

 

Toda la tardanza de las instituciones para cumplir con los mandatos legales; debería servir para que los referentes políticos diseñen y difundan una estrategia de desafíos nacionales. Hay que decirle a cada uno; en esas visitas casa por casa, qué es lo que se piensa hacer y cómo; para que cada quien entienda que la responsabilidad individual es mucho más que el solo hecho de ir a votar y ya.

 

Esta campaña; para algunos entre las sombras, tiene que servir para motivar a la sociedad ante los retos que implica asumir la crisis del país y trabajar todos para superarla.

 

Es mucho más que ir a votar; es mucho más que poner toda la energía en la solicitud de una fecha, es mucho más que ver la vida política desde la perspectiva de las coyunturas.

 

Se dice, con razón, que sobran razones para estar unidos; pero en este momento faltan argumentos para integrar esas razones y convertirlas en propósito de enmienda y de construcción de un país.

 

Buena parte de la sociedad parece estar preparada para asumir esos desafíos que se avecinan; habría que preguntarle a quienes pretenden erigirse en referentes políticos, si están en disposición de plantearse –primero ellos, y luego a la gente- auténticos desafíos estratégicos; que trasciendan los trámites burocráticos.

 

La crisis no es una invención fantasiosa; y los disgustos por las formas como se leen las acciones y reacciones de la gente, tampoco. Quienes creen que la sociedad venezolana se mantiene anclada en una visión política de postración; a la espera del dictado de línea; como los trasnochados de la izquierda revanchista; no han entendido de qué va esto; y podrían llevarse una sorpresa.

 

Para decirlo fácil y despacio: Están leyendo muy mal lo que esta sociedad está escribiendo. Padecen de analfabetismo disfuncional.

 

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