Él, amigo
Por Ernesto García
Luego de tantos días de ver su sonrisa crecer, hoy su rostro se llenó por completo. Amigo, la luna se alegra tanto de ver a dos estrellas tomadas de la mano. Y sucede que las estrellas tienen su propio fervor, pero juntas hacen brillar la inmensidad.
¿Recuerdas aquella noche en la que te hablé de él? Pues sí, no estoy loco. Representa toda la belleza del universo en un sólo cuerpo. Date cuenta de lo grande que es su alma para abarcar tanta magnificencia.
Cierra tus ojos… Imagina las suaves pinceladas de un gran artista en el papel más humilde. Versátil y algo antiguo, un lienzo blanco pero con historia. Trazos finitos, apenas rozando el relieve de la superficie. Se halla el pintor creando la obra de arte más grande. A veces deja correr esa pintura verde brillante que sosega, pero no importa, eso es parte de él.
Aún no los abras, necesito que lo conozcas… Recuerdo sonriente haber jugado contigo a encontrar el final del mar, allá, lejos por el horizonte. Que tontos éramos. Pero justo así, sin ser infinito, pero basto sin igual, así es la calidez de su sonrisa.
Adéntrate en mar abierto, te sentirás poseído, como la parte más minúscula de un todo. Agobia si no sabes apreciar la fantasticidad de eso, pero yo lo disfruto. Perderme en su sonrisa, que placer, soy culpable.
Sé que soy fastidioso; pero sin abrir los ojos, olvida el mundo y sólo siente la brisa acariciarte. ¿Notas como roza tu piel sin lastimarte? Llegas a sentirla en cada rincón de tu cuerpo con sólo tenerla besando tus mejillas.
Así; así es él en totalidad. De él no hay acción tan pequeña que no pueda invadirte, todo de sí se expresa de la forma más sublime posible. Te llena, se apodera de ti, puedes sentirlo hasta en lo más lejano. Sí, también en aquellos rincones.
¿Alguna vez has escuchado el cantar de los pájaros? Todos al unísono, decorando el paisaje. Imagina esa armonía traducida en palabras, es imposible resistirte a escucharlas. Las palabras llegan a ti una por una, guardando fidelidad entre ellas. Amigo, desde que la metáfora de su voz llegó a mi cabeza, sólo delirio con ella.
Ahora, abre tus ojos… ¿Sientes como la luz te enceguece? Es curioso como por sólo un momento tu cuerpo se acostumbra a un estado. Así me pasa al estar junto a él, me acoplo a su presencia de manera casi inmediata. Es tan fácil, no hay una persona que pueda brindar tanta seguridad. El más cálido de los abrazos, el más profundo de los besos, la más noble de las compañías.
Ahora, he de preguntarte; ¿Sabes qué sonido tienen las estrellas? Pues, coloca en sus manos la más fina pieza de arce y escucharas la melodía del universo. Notarás la trementina desapareciendo en el aire, las caricias entre el arco y las cuerdas delataran la majestuosidad de su talento. Es irónico, el sonido será amplificado por el silencio de una atmosfera admirada. Si pudieses oírlo lo entenderías, la más bella sinfonía la construye él con sólo el movimiento de su muñeca.
Él inspira mis palabras, cada una de ellas. Si en Grecia existieron nueve musas, a mí sólo me basta con una. ¿Recuerdas a Euterpe, la musa de la música? Para mí, él ni se compara, el numen de mis palabras ha sido él.
Amigo, podría describirte cada estrella del universo y ninguna se asemejara en belleza a él. Si la estrella más mundana derrocha hermosura, imagina su caso. He de confesarte, una y mil veces más, que lo amo, con locura. Con el peso del universo como empuje… Lo amo.
No encuentro más, no encuentro más que decir… Existe tanto, pero yo sé tan poco. Hoy me despido de ti querido amigo, mi fiel confidente. Prometo volver, y será pronto. Quizás vuelva y escriba sobre sus ojos, su sonrisa o sobre la forma en la que su cabello acariciaba mi pecho durante aquella noche. No lo sé, pero volveré. Tienes como prueba, mi promesa.
- Lo que hay que saber sobre la declaración de ley marcial en Corea del Sur - 4 diciembre, 2024
- Bitcoin, imparable: a cuánto puede llegar su precio en medio del “efecto Trump” - 24 noviembre, 2024
- El extraño caso del hombre que estuvo desaparecido 30 años, reapareció con la misma ropa y no recuerda qué le pasó - 2 septiembre, 2024