La maqueta
Por Alfredo Yánez Mondragón
@incisos
Allí dentro, donde algunos creen que se cuecen las habas, no han terminado de descifrar de qué va el cambio que la sociedad persigue. Allí dentro, se creen el cuento de que lo que diga un “líder”, o un grupito de “líderes” será santa palabra.
Encuestas en mano, se creen la tesis del cheque en blanco; como si esas mismas encuestas no dejaran suficientemente claro que las propuestas de un bando u otro, no se son percibidas como positivas para el país, en tanto reproducen en la práctica las mismas taras de imposición y –peor aún- de infravaloración del ciudadano.
No conformes con jugar al consenso entre las cúpulas, intentarán apelar, otra vez, a la mudanza de candidatos para puestas salidores en entidades en las que no tiene arraigo, en las que no conocen a nadie, en las que su propuesta política está anclada en la cuota que le “corresponde” al partido A, o B.
El supuesto cambio que promueven en sus jornadas de calle, no se corresponde con la oferta formal que presentarán al electorado; cansado ya de ser invitado de relleno.
Los promotores de la Unidad de los partidos políticos; que solo son parte de la Unidad Nacional, deberían pasearse por la realidad del país; que no solo se queda en la certeza de ir a votar cuando así se determine.
Leer no es solo descifrar letras o palabras. Leer implica interpretar.
Lo que ha vivido el venezolano en los últimos años no son dos conchas de ajo; con lo cual es imperdonable para aquellos que apuestas a la estrategia política; la reproducción de prácticas electoreras, que en nada favorecerán al ejercicio de la democracia, ni mucho menos a una formación ciudadana, tan necesaria ahora, como en el futuro inmediato; cuando nos toque reconstruir al país.
Que los partidos políticos se repartan entre sí alícuotas en la maqueta de candidatos en una extensión de todo aquello que se ha criticado desde mediados de los ochenta. Eso no forma parte de las transformaciones de la sociedad; y al final tendrá consecuencias.
La Asamblea Nacional debe ser un organismo en el que esté representado el país; y la forma de representación viene dada por la división política en estados. Así las cosas, habrá representantes de Bolívar, de Zulia, de Lara, de Aragua… que deben ser genuinos representantes de esas regiones; entre otras cosas porque los electores de esas regiones merecen que se les respete, empezando por ese detalle básico de la representatividad real.
Los candidatos a la Asamblea Nacional no deben ser como las aspirantes al Miss Venezuela; a las que se les entrega una banda, sin que tengan mayor noción del lugar al que representan.
Se han tardado mucho estructurando la famosa maqueta. Ojalá que esa tardanza no implique movimientos extraños como la aspiración de una diputada de Caracas por una curul de Aragua, de algún diputado de Miranda por una curul de Lara, de un diputado de Zulia por una curul de Bolívar o Apure; y así sucesivamente.
Los que votamos vamos a cumplir. Es tiempo de que quienes aspiren a un cargo, y quienes los proponen, cumplan también.
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