Y, ¿Entonces qué?

Por Tulio Álvarez

@tulioalvarez

tulioalvarez17@gmail.com

 

 

 

 

Cuando uno escribe periódicamente suceden desgracias, de vez en vez. La más común es la sequedad intelectual que se produce por dos causas: carencia de genio o escasez de temas. De manera que los escribidores, en la mayoría de los casos, no nos imaginamos el tedio que producimos ya que nuestras cualidades nos deberían conducir a otras actividades, preferentemente las manualidades. Pero también hay países en los que no pasa nada y la gente no tiene otra opción que la locura o el suicidio. Los nórdicos europeos son míticos en este aspecto.

 

Pero hay algo peor que la desgracia anterior. Me refiero a la situación que vivo al escribir este artículo. Sucede que en Venezuela lo insólito es cotidiano y que, cuando uno comienza a apuntalar y desarrollar una idea, un evento sucede a otro y cambian las prioridades. Esto implica que, en el momento en que escribo estas líneas, no tengo idea sobre una temática concreta que permita un desarrollo medianamente interesante. Y que conste que no estoy más idiotizado que de costumbre.

 

Solo para ejemplificar, hoy debería faltarme espacio para desarrollar una crónica sobre el evento esotérico del año. Algo tan oculto en la mente de los venezolanos que no se atreven a aceptar el hecho de que, por primera vez, existen evidencias científicas de vida después de la vida, casos increíbles que se nos manifestaron graciosamente a los venezolanos, el domingo 28 de junio pasado. Me refiero a las primarias de eso que llaman P.S.U.V., órgano aglutinante de la clientela roja y brazo político de la barbarie que azota a nuestra patria.

 

Pues sí, no fue un solo fantasma el que recorrió a Venezuela, parafraseando a Marx en el Manifiesto Comunista; no, queridos amigos, fue la bicoca de tres millones de zombies los que dando traspiés, sin ton ni son, sedientos de alimento, deambularon por los centros electorales. Estos sitios se evidenciaban vacíos para el ojo desprevenido del ciudadano común pero, para el ojo avizor de un procelato galvanizado por el poder, se manifestaron con alegría y furor, seguramente impulsados por los logros innegables de un proceso revolucionario como nunca antes visto en la historia de la humanidad. Hasta el punto que 17 presos que estaban en Poliguaicapuro se escaparon por un boquete para ir a votar.

 

Justo cuando estaba por comenzar unas reflexiones sobre situación tan sobrenatural se conoció la noticia de que piensan solicitar a China más dinero para endulzar la campaña electoral. No bastaron los 22 millardos de dólares de deuda hasta ahora reportados. La avidez de la jefatura zombie es infinita, como todos ustedes saben. Seguramente, el esfuerzo que yo pensaba realizar para demostrar el sangramiento económico del país y la enajenación de la riqueza petrolera pudo haber sido fructífero pero se atravesó en el camino otra noticia: “Grecia firmará acuerdo energético con Venezuela”. Aquí se volteó la búsqueda.

 

No es tanto por el hecho de que, si utilizamos el término “riesgo país”, la economía griega es un modelo de perfección si la comparamos con la Venezuela del siglo XXI, sino por un rumor que comenzó a correr indetenible. Resulta que los lenguarudos economistas de la oposición han confirmado que es un hecho la designación de Giordani como nuevo embajador allá; con la intención de que los griegos sepan lo que es una crisis de verdad y que, de paso, se dejen de tanta lloradera por los dos dígitos de inflación, el control de cambio y la ausencia de inversiones. Esa situación tenemos años viviéndola aquí y nadie se queja, al menos eso es lo que dice la versión en los medios oficialistas o los comprados con el dinero de la corrupción.

 

¡Es que son tantas cosas! Desmond Tutu advierte que la comunidad internacional no se puede dejar engañar por el hecho de que en Venezuela haya elecciones, en la Sudáfrica del apartheid también había elecciones. Yo le digo a él que en Cuba las hacen sin abstención, ¿y qué?

 

Vemos a un régimen que pretende asignar el cupo en las universidades en forma discrecional e incumple con ella los más elementales compromisos. Dilma visita al país que, en sus años mozos, atacó y secuestró al embajador. El régimen beneficia a Guyana y a sus aliados con el descuento petrolero.  El aumento del salario mínimo efectivo a partir de esta semana no completa para comprar un café pequeño. La Fiscala dice en la ONU que, en 2014, se dieron 19.200 homicidios mientras que las ONG reseñan una cifra cercana a 25.000. Pepe Mujica dice sobre Chávez: “Le advertí que no iba a construir el socialismo. Y no construyó un carajo”. Y, ¿entonces qué?

 

Pero en este punto me percato de que se me terminó el espacio para seguir escribiendo y no he dicho nada. No me queda otra que confesar que mi único deseo es vivir en un país tan tranquilo que su gente huya al exterior en búsqueda de emociones fuertes y de algo de anarquía para poder soportar la incomprensible rutina  de una sociedad que no practique la cultura de la muerte.

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