Batallamos, ¿Sin guantes?

Por Jilmir Valera Hurtado

@Jilmir_Valera

 

 

 

Al final, sin presentación previa, obtuvimos lo que muchas veces nos prometieron presentarnos: La maqueta electoral de la Unidad Democrática. Muchas postulaciones trajeron sorpresas como la candidatura de Roland Carreño en Lara, Tamara Adrián en Caracas o los inscritos fuera de la maqueta como Gómez Sígala y las propuestas de JAVU. 

Esto es como tener muchos chicles en la boca y generar la misma cantidad de bombas que se genera con uno sólo, o como es peor, no generar ninguna. 

Presentados e inscritos los candidatos pareciera que arrancó la contienda electoral pero un mal sabor llega a nuestra boca cuando vemos la falta de convocatoria en una marcha contra problemas tan álgidos como lo son la escasez y la inseguridad. Evidenciamos nuevamente como la falta de tacto y la poca lupa política en consonancia con la ciudadanía se hacen presentes. ¿Esto a qué se debe? Sin duda alguna son los daños que nos deja el síntoma del triunfo. 

Muy pocas cosas en el discurso de Diosdado Cabello son ciertas, pero una de las verdades que este señor dice es cuando expresa que en todas las contiendas electorales nos autoproclamamos ganadores, y esto no está mal porque no se puede comenzar la pelea sin los guantes puestos y no hallándose victorioso pero, ¿estamos tan confiados? No puede parecernos perfecta la contienda electoral ni podemos asegurar nuestro triunfo si, en primer lugar seguimos teniendo la misma podrida y corrupta cúpula en el ente electoral y en segundo lugar, si los candidatos a nivel nacional, ahora ya inscritos, se ponen los guantes sin una fecha de vencimiento porque quizá esta batalla no termine el 6 de diciembre.

 

Hay muchas cosas que como venezolanos tenemos claras y hasta las encuestas la reflejan, y es la alta desconfianza que se le tiene a la directiva del ente electoral y la amplia intensión al voto que existe en la ciudadanía (Lo más parecido a un síndrome de Estocolmo que podamos tener, pero así somos). Entonces, pareciera que las reuniones entre cuatro paredes y alrededor de una mesa no han mermado. Pareciera que seguimos viendo dónde poner y quitar gente (cosa efímera). Pareciera, en fin, que comenzamos la batalla sin los guantes puestos.

 

Cosa contraria pasa con el régimen, parece que la nueva artimaña en estos meses es expropiar y secuestrar todos los productos que se puedan para sacarlos en los días de campaña; recordemos que estas elecciones son en el famoso y recordado 6 de diciembre y ellos trabajaran por hacer parecer que resolvieron el problema y hay de todo en el mercado. Su segunda estrategia de precampaña son las libertades condicionadas o las casas por cárceles a seres inocentes que llevan años privados de libertad, como es el caso del General retirado, Raúl Isaías Baduel, y el ex alcalde de San Cristóbal, Daniel Ceballos. 

 

¿Qué más se trae el régimen entre manos? ¿Dónde están nuestras acciones de repudio a lo que sigue pasando? Parece muy extraño que es una de las contiendas electorales donde menos complicado es evidenciar el problema pero parece que no hemos encontrado el método de darle palo al régimen y mostrarle a la ciudadanía las soluciones y mejoras que se pueden lograr con una mayoría en el órgano legislativo. Daniel Ceballos no está en libertad, sigue preso en su casa. Al igual que Antonio Ledezma. Y como ellos, siguen presos políticos en el país, estudiantes, personas enfermas, líderes políticos, ciudadanos comunes y trabajadores que no les alcanza la vida para exigirle a este régimen absurdo Libertad, Justicia, Paz, Bienestar y Democracia. 

Es momento de echarnos pega loca en cada dedo y ponernos los guantes. Es hora de ajustarnos las alpargatas y poner nosotros el ritmo de joropo y no bailar el del régimen. Es momento de apoyar a la Unidad que hemos logrado hasta ahora y salir a trabajar por conseguir una Asamblea Nacional plural, más allá de nombres y postulados, que nos importe lo que obtendremos y todas las mejoras que podamos dar a raíz de un triunfo el 6 de diciembre.

 

Que el tacto no siga fallando. Que la espera no desespere a nadie. El momento de lucha es ahora.