ISIS 2.0: web, cultura pop y bombas

Por O. Rendón Azuaje

@TalesOfOrian

 

 

 

Cuando Alex, niñera y maestra estadounidense de 23 años conoció a Hamad y al resto de la comunidad militante del Estado Islámico por Twitter, solía matar el aburrimiento y la soledad viendo series en Netflix y actualizando sus estados en las redes sociales. Alex contó al New York Times que bastó con un solo tweet para tener docenas de nuevos amigos que mantenían su teléfono vibrando durante todo el día: “Estaba buscando personas que simpatizaran ellos, para poder entender porqué lo estaban haciendo; fue muy fácil encontrarlos”. La curiosidad de Alex se despertó el día en que CNN avisó a la comunidad internacional sobre la decapitación del periodista  norteamericano James Foley. Pulsó al botón de “tweet”, y de repente, ya no estaba sola.

 

Ellos le enviaron chocolates, dinero, hijabs, libros para entender el Corán y su cultura; Alex se dejó seducir, y sin más, sus ventanas de chat estaban repletas de informalidades: Lol, xD, LMAO. Eran sus amigos. En poco tiempo, pasó de ser una ferviente cristiana a una convencida musulmana y simpatizante de ISIS, lista para ser tomada como esposa en algún lugar lejano de Austria. Soñaba con luchar por el califato y contra los infieles, pasaba los días pensando en el significado de morir por la causa. Sin embargo su familia intervino evitando el viaje y actualmente, Alex vive bajo el escrutinio del las autoridades por representar no solo un peligro para ella misma sino para el resto de la nación.

 

La historia de Alex solo es una muestra de la potencia 2.0 que se cuela por la web, no se confunda, no se trata de un reducido grupo de cavernarios matando al azar, llenos de ira y sin un plan específico, no. ISIS también está conformado por nuevas generaciones que crecieron con las tecnologías de la información y que aprendieron a compartir sus pensamientos en 140 caracteres, a regalar  varios me gusta, y a  socializar con  otros a través un simple añadir amigos. No sería una sorpresa entonces que el Estado Islámico demuestre ser una maquinaria bien engrasada que se vale de la psicología, el Internet, la música occidentalizada y producciones visuales para su propaganda y reclutamiento; además del uso del inglés para la distribución de sus publicaciones más extensas.

 

La revista DABIQ producida y editada por el centro de comunicaciones  “Al-Hayat”, cuyas ediciones que pueden superar las 80 páginas, exponen en alta resolución y totalmente en inglés el itinerario de ISIS en artículos a la altura de los estándares periodísticos de cualquier escuela de comunicación. Los temas de la revista van desde: consejos para los líderes del EI, interpretaciones del corán, entrevistas a espías descubiertos y las fotografías de asesinatos a rehenes extranjeros.

 

El propósito de Al-Hayat no es otro más que el de transmitir el mensaje del Estado Islámico en distintas lenguas produciendo contenido audiovisual y escrito como el polémico trailer de  “Flames of War” y otros videos subidos a Youtube, en los que muestransus jornadas de entrenamiento con adultos y niños. Además, exponen los testimonios de radicales extranjeros que decidieron dejar sus tranquilas vidas en el occidente para morir en nombre de Dios.

 

No se debe olvidar que los simpatizantes de ISIS vienen de todas partes del mundo, poseen títulos universitarios, vidas paralelas y se dedican a ser doctores, músicos, empresarios, madres, padres, hermanos. Muchas veces el Estado Islámico no necesita cuentas oficiales para continuar con su campaña mediática, porque la guerra se vende sola: nombres anónimos conectados a la web; difíciles de rastrear y con una convicción de acero. Los panfletos no se imprimen, se tweetean, se suben a youtube, se comparten en Facebook; se invitan a los otros como si se tratara de un juego de seducción bien argumentado. Y al final, lo consiguen: la gente viaja, pelea y muere.

 

La comunidad internacional ya ha comentado que se necesita más que estrategias militares y una docena de bombas para superar a ISIS. Las redes sociales han optado por rastrear las cuentas de simpatizantes y militantes del grupo para bloquear y suspender, pero cuando una es eliminada, dos le preceden y otros canales de propaganda se abren.