Síntesis de la crisis político-económica en Venezuela
Por Ibrahim Martínez Méndez
@IbrahimUCV
En primer lugar, la actual crisis económica, política y social en Venezuela pretende ser abordada desde el régimen con un “Decreto de Emergencia Económica”, dicho decreto entre otras cosas se asoma como un absoluto irrespeto a los ciudadanos, a los venezolanos que esperan y aspiran de los gobernantes un giro que consagre de una manera u otra bienestar, prosperidad, paz y libertad. Sin embargo y para mayor problema lo que tenemos hoy por hoy es todo lo contrario, siendo esta propuesta un sin sentido que no se adapta a la realidad social de nuestra nación.
La miopía del régimen aunque muchos lo creen no es involuntaria, por el contrario todo indica que la recientes derrotas políticas en los países que están bajo la órbita del Foro de Sao Paulo ha llevado a los conductores de esta doctrina a radicalizar el proceso, hecho que además ha sido cacareado en reiteradas oportunidades por los actores políticos fundamentales de la izquierda en nuestro país.
La radicalización del proceso como se ha señalado anteriormente tiene nombre y apellido: “Decreto de Emergencia Económica”, este decreto es la consecuencia de la ruina económica de nuestra nación, y no, la ruina no es por causa de una supuesta “crisis económica internacional” argumento simplista utilizado en muchas ocasiones por los voceros oficialistas para excusar las distorsiones económicas que han generado las erradas políticas gubernamentales, incluso pasando por alto intencionalmente desde ese bando que nuestro planeta cuenta con más de doscientas naciones (hay que verle la cara una crisis económica de la magnitud de la venezolana en doscientos países) sin duda alguna algo impensable y casi imposible. Por el contrario la crisis económica se ha focalizado en países monoproductores, es decir aquellos dependientes de la comercialización de los commodities y desde luego en el caso de Venezuela la sobreoferta global del petróleo ha afectado los precios a la baja siendo esta una consecuencia catastrófica para nuestra nación y para un régimen que en 17 años no genero una alternativa a la dependencia petrolera.
Sostener el mismo modelo político-económico e incluso radicalizar lo que se ha venido haciendo no es más que un crimen por parte de los que aún están bajo la ceguera ideológica del socialismo del siglo XXI, aún están y seguirán estando porque ‘no hacer nada’ es responder a este señalamiento, no hacer, no aplicar, no corregir y no rectificar ninguna medida en materia económica y en materia política en tantos años en el poder.
Por lo tanto, un decreto que solo pretenda exacerbar el gasto público al infinito, incrementar las importaciones para palear la falta de producción nacional, disponer de los presupuestos de las empresas o ministerios que se crean convenientes es sinceramente una monstruosidad, en pocas palabras no hay empresa que pueda invertir, no hay polos de desarrollo que se puedan crear y más importante no puede haber bienestar para nuestra población si se mantienen estas condiciones.
Eliminar la inamovilidad laboral, unificar el control de cambio y eliminar el control de precios, son medidas que pueden asegurar mejores beneficios para las empresas nacionales y sus trabajadores, siendo esto a la par un incentivo para la inversión extranjera y sobre todo una gran oportunidad para el desarrollo industrial y para el impulsode la producción y aun así se necesitara mucho más que estas medidas iniciales para mantener cierta estabilidad político-económica en esta Venezuela transitoria.
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