La ‘Friend Zone’: cuando los rechazados se agrupan para victimizarse

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El término ‘Friend Zone’ es un anglicismo que se ha hecho bastante popular, su traducción literal es ‘Zona de amigos’. Se usa particularmente cuando a una persona le gusta otra que la considera sólo un(a) amigo(a). O lo que básicamente se ha convertido en una especie de apología a la victimización.

La expresión se hace viral en Internet y se reproduce/justifica a través de los medios masivos de comunicación, con películas como ‘500 días con ella’, referencia principal cuando se habla de la ‘Friend zone’ y tema central de este artículo. ¿Quién no conoce al ‘pobre’ Tom y a la ‘malvada’ Summer?

Para mí estos tipos de películas son más bien contraproducentes para la sociedad, porque de alguna manera normalizan ciertos comportamientos que en el fondo tienen un contenido violento. Sí, porque irrespetar mi derecho a decir NO, es también una forma de violencia.

Los últimos años hemos sido testigos de las demandas –en su mayoría exigidas por los movimientos feministas- en pro de los derechos que tienen las mujeres de decidir sobre su propio cuerpo. Entiendo que el contenido de este tipo de reivindicaciones surja en principio desde el movimiento de mujeres, porque históricamente la mujer ha vivido de primera mano los efectos de esta privación. Pero actualmente esta problemática no se restringe a un género, sino que se amplía incluso en otros ámbitos, hoy todos –sin distinción- podemos reclamar nuestro derecho a decidir: lo que va desde temas como la eutanasia hasta nuestras preferencias sexuales.

Si bien en algunos países (entre ellos, por su puesto el nuestro) muchas de esas demandas todavía no son legales, lo cierto es que cada vez son más comunes, más visibles, y ello se debe a muchos años de lucha, de sangre y de muertes.

Es por esto que de alguna manera encontrarnos frente a la connotación simbólica del término ‘Friend Zone’ resulta tan devastador. Para muchos representa una especie de retroceso en las luchas que poco a poco se han ganado.

Con ello no quiero decir que esté de acuerdo con el engaño o la manipulación que algunas personas –aprovechándose de su ventajosa posición- sí aplican en estos casos. Mi molestia se basa en la forma en la que la mayoría se toma el no o el ‘te veo sólo como amigos’. Porque seamos claros: tú no quieres ser –sólo- mi amigx, pero yo no quiero que seas mi pareja. ¿Tu “no” es más válido que el mío?

El problema central, desde mi perspectiva, es seguir considerando al otro como un objeto. Un objeto al que deseamos poseer y del cual ignoramos cualquier respuesta. Cuando nos damos cuenta de que no estamos frente a un objeto sino frente a un sujeto que piensa y actúa, chocamos con la realidad. Y la forma más común de afrontar ello ha sido victimizándonos.

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Es verdad, nadie está obligado a quedarse de pendejx con alguien que sólo te ve como un amigo, mientras tú sientes otra cosa; pero tampoco existe la obligación de desear a otra persona. Así pues, que no te impongan quedarte ni que te impongan desearle. Todos podemos decidir con quién estamos y con quien no sin sentirnos mal por ello.

‘500 días con ella’ no es una película que muestra una faceta diferente del hombre, es decir, como una persona más sensible, más ‘débil’; la historia está muy lejos de ser el planteamiento de una masculinidad alternativa. Es más bien la historia de una persona a la que le costó muchísimo aceptar por respuesta un ¡no!

Hoy son bastantes las batallas que se han ido ganando con respecto a nuestro derecho a decidir sobre nuestras vidas, nuestros cuerpos, nuestra sexualidad, nuestros gustos. No legitimemos/normalicemos términos que nos hagan retroceder muchos años de historia. La ‘Friend Zone’ no existe, es sólo tu forma de canalizar el rechazo.

Anyelmary Fassano
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