Nadaremos, nadaremos, en el mar el mar el maaar…
La inolvidable Dory

Buscando-a-Dory

Pixar lo logró de nuevo, sí,  enternecer el corazón a más de un adulto y por supuesto a todos los niños, Dory regresa a la gran pantalla para hacernos reír, para hacernos llorar, para entretenernos con sus ocurrencias y su falta de memoria a corto plazo.

En esta entrega el “pez cirujano” (Dory) recuerda estando en una clase del Maestro Raya quien habla sobre la migración, ella recuerda que tiene una familia y que en algún lado están, para ser más específico en “La Joya del Morro Bay, California”, junto a Marlín y Nemo se embarcan en la búsqueda de los padres de Dory lejos de la frontera del arrecife.

Con la ayuda del buen amigo Crush, toman la corriente de California que los deja en un mar sombrío bajo el dominio de un calamar gigante, superado ese momento, llegan al instituto acuario de protección marina de La Joya del Morro Bay California, donde Dory visualizó el último recuerdo de sus padres.

Disney Pixar lograron crear una secuela de “Buscando a Nemo” con mucha sutileza, incorporando nuevos personajes como lo son Destiny una tiburón ballena con problemas serios de visión y que enseñó a Dory a hablar cetáceo, Bailey una ballena Beluga y Hank un pulpo con muy mal genio pero con un gran corazón.

Mucha aventura se consigue en esta película, también risas, cosa que es muy difícil de lograr y antes de comenzar la función, podrán disfrutar de un corto muy pertinente con un diseño excepcional, les hablo de Piper un pequeño pájaro de mar que debe enfrentarse a su mayor miedo: el mar.

Buscando a Dory a pesar de los 13 años que han pasado desde “Buscando a Nemo” quiso dejar el mismo formato visual sin alterarlo ni un poco, para poder así mantener el ritmo, e imagen de su predecesora; y sin dudarlo, es una excelente película para todo público de todas las edades y que disfrutarán cada segundo.

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