Entre asesinos y creyentes

Después de la horrenda masacre ocurrida en Orlando, dentro de un famoso club nocturno para personas homosexuales, los comentarios de los activistas ateos, sobre el problema de la religión, como la semilla del extremismo homicida, vinieron con su usual ataque hacia todo sistema de creencias, metiendo en el mismo saco, a justo y pecadores, algo alejado de la verdad y de la tolerancia que tanto profesan.

Por supuesto que a las religiones monoteístas se las puede relacionar con la homofobia, la intolerancia y el genocidio; el nombre de Dios se ha utilizado para miles de matanzas desde hace siglos, sin embargo, antes de sentenciar a una religión, es necesario conocer los principios de la misma, para discernir entre los sociópatas que matan usando a la fe como excusa, a los manipuladores sin escrúpulos que engañan para beneficiarse de una creencia, y a los verdaderos creyentes, que viven conforme a las enseñanzas que hicieron los pilares de su vida.

En el caso del cristianismo, en el Nuevo Testamento, no se hace referencia a valerse de las armas terrenales, para hacer ninguna acción violenta en nombre de la Fe, más bien en Efesios 6:12 dice: “Porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales.” todas las leyes del Antiguo Testamento, que sentenciaban a muerte y otras condenas, para cualquier pecado dependiendo cual haya sido el realizado, pierden su uso, no porque Dios sea indulgente y no los aborrezca, sino porque gracias a la muerte y resurrección de Jesucristo, los que estábamos condenado (todas las personas) podemos salvarnos de la muerte espiritual, si nos arrepentimos de nuestros pecados, por voluntad propia, de todo corazón, cumpliendo como consecuencia a la obediencia a Cristo resucitado, todas las leyes promulgadas en el Antiguo Testamento.

El principio, de que todos somos iguales delante de Dios “Ya no hay judío ni griego, esclavo ni libre, hombre ni mujer, sino que todos ustedes son uno solo en Cristo Jesús.” Gálatas 3:28, hace que cualquiera pueda alcanzar misericordia, que junto a la ordenanza de predicar el evangelio “Las buenas noticias” amando a todos, incluso a nuestros enemigos, hace que el extremismo religioso asesino, dentro del cristianismo sea una total contradicción, una enseñanza retorcida y vil, que nada tiene que ver, con la participación del discípulo de Cristo en esta Tierra. En el nuevo testamento, no dice en ningún lado, que está en nuestras manos darle muerte a nadie en nombre de Dios, porque ya todos los pecados fueron pagados por Cristo en la cruz, cada quien tiene que elegir, entre aceptar el perdón o mantenerse condenados en la mentira.

Creer o no en la Fe cristiana es una cosa, pero condenarla de genocida, porque hay quienes matan en nombre de Dios, es mantener una posición ignorante, que se basa en una incomprensión total de la misma. Los psicópatas asesinos, así como los líderes manipuladores, encuentran cualquier excusa, para justificar sus fines podridos.

Jorge Flores Riofrio
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