10 situaciones por las que todo tesista ha pasado
Ese infierno llamado tesis
La tesis (o Trabajo Final de Grado) es, para la mayoría de los estudiantes -hay otros con mejor suerte-, un requisito indispensable para acceder al título universitario. Esto para muchos se ha convertido en una verdadera odisea, pues es una situación bastante compleja. A continuación, algunos de los momentos que se viven durante el proceso de creación:
1-. Definir el tema y que lo acepten: puedes tardar meses decidiendo el tema de investigación, ya sea porque nada te gusta o porque te gusta todo y no logras delimitar. Cuando al fin crees que encuentras el tema que te apasiona, lo rechazan. Se inicia el mismo ciclo.
2-. Conseguir un buen tutor: el tutor de tesis no sólo es el encargado de corregir el trabajo, éste debe ser un guía, un aliado. Con la deserción de profesores y tanto “pirata” en las aulas es difícil conseguir a alguien que se comprometa con el trabajo.
3-. Redactar mil veces los objetivos: si estás preocupado porque los objetivos te salen mal por tercera vez, relájate; es parte del proceso. Probablemente aún sigan malos el día de la presentación.
4-. Procrastinar: el llamado arte de posponer. Nos pasa a todos, en momentos de estrés dejamos todo para último minuto. Es una forma de evadir el problema.
5-. Tristeza después de las correcciones: después de pasar días leyendo y redactando, entregas capítulo. Piensas que hiciste tu mejor esfuerzo hasta que te entregan las correcciones. Sugerencias del tutor: reestructurar todo. Es inevitable caer en depresión, pero la vida, y sobre todo la tesis, debe continuar.
6-. Preguntas por la tesis: ¿te pusiste a decirle a medio planeta que eras tesista?, error. Ahora todo el mundo apenas te ve te pregunta por los avances. Lo peor de todo es que suelen preguntarte justo después de las correcciones o justo en ese momento en el que estás feliz y amnésico, de nuevo la depresión.
7-. Encuentros casuales con el tutor: nunca en la vida te habías topado por casualidad con el que ahora es tu tutor, pues ahora lo encontrarás hasta en la cola del supermercado. Aprenderás las 1001 formas de evadirlo: teletransportación, metamorfosis…
8-. Presión social para que termines: después de tantos meses de sufrir, todos empiezan a poner el dedo en la llaga, hasta tu mamá te pide que termines de una vez.
9-. Hacer la ponencia: la tesis no termina cuando la entregas empastada y corregida al jurado, nada de eso. Todavía queda preparar la ponencia o lo que yo llamaría: cómo resumir un año de sufridera en 45 minutos. Solemos dejar esto para la noche antes de la presentación, por lo que –además de madrugar- seguro quedarán detalles para arreglar minutos antes de exponer.
10-. El momento de la defensa: no, aún no termina. No basta con el año de infierno que viviste, ahora estás frente a dos o tres personas dispuestas a darte nocaut. Tu tarea es defender el trabajo así como defenderías a tus hijos, no importa que no tengas la razón hazles creer que la tienes.
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