Entrevista exclusiva
Conozca al nuevo presidente de EE.UU.

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Llevaba unos pantalones de mezclilla. La luz opaca de su living room los hacía lucir coloreados, con un azul gastado, añejo. El mandatario cruzó las piernas y me regaló una sonrisa protocolar, antes de meterse un canapé de cangrejo a la boca. Aupó a su camarera con la mano, para que preparara ese tal guayoyo que yo tanto le había comentado a su jefe de comunicaciones.

Se aclaró la garganta con solemnidad y me preguntó qué pensaba yo a cerca de los paraísos fiscales, las armas y las películas clase D Hollywoodenses. Yo me reí con nerviosismo y le contesté: “seguramente mis respuestas son menos interesantes que las suyas”. La finura de su nariz pareció arrugarse, y podría jurar que se despeinó un poco al decirme: “Well, I ask you this because I enjoy sharing my coffee with the right people”, (traducción: Bueno, te lo pregunto porque me gusta compartir mi café con las personas correctas).

Era jueves y llovía. Carmen, la camarera, dejó dos tazas sobre la mesa color caoba. Encendí la grabadora. Esa mañana había llegado a Washington D.C (por primera vez), con el único propósito de entrevistar en exclusiva al nuevo presidente de los Estados Unidos de América.

El equipo de Guayoyo en Letras  no se hubiera dejado examinar, interrogar y  olfatear ( perros antidrogas, claro) por otras razones que no fueran conversar con el misterioso primer mandatario. Aquí el resultado:

An intererior view of the Oval Office at the White House, empty of people during the George W Bush Administration. The Oval Office is the official office of the President of the United States. Located in the West Wing of the White House, the elliptical-shaped office features three large south-facing windows behind the president's desk and a fireplace at the north end of the room. Photo by Brooks Kraft/Corbis

Guayoyo en Letras: La comunidad internacional está expectante, ¿en cuáles asuntos o problemáticas se centrará su gobierno durante los primeros seis meses?

Presidente de E.U.A: La lista está hecha. Exploraremos nuevos tratados económicos con Cuba; vamos a vigilar muy de cerca los movimientos del Estado Islámico y la guerra de Siria; así como las amenazas terroristas en nuestra nación.

Debemos reconstruir a Estados Unidos, nos debilitamos y abrimos los brazos a todo el mundo, ahora pagamos las consecuencias. No volverá a ser tan fácil cruzar la frontera, la cultura del coyote debe ser urgentemente erradicada; necesitamos individuos productivos y que paguen impuestos, necesitamos ciudadanos; no somos un gran hogar de acogida. No haremos excepciones.

Los casos de indocumentados que no pudimos detener en la frontera seguirán lineamientos distintos; no todos serán deportados, los más calificados tendrán oportunidad de quedarse y obtener la ciudadanía. Pero como ya dije: necesitamos individuos que hagan aportes reales en nuestra economía, que deseen formarse.

Tenemos gran interés en fortalecer y profundizar las relaciones diplomáticas con los países del sur. Vigilamos con cuidado el desarrollo de las naciones aliadas en la región.  No cometeré los mismos errores que mi predecesor.

G.L: Dijo que va a vigilar muy de cerca las amenazas terroristas contra su país, ¿Cómo planea tomar partido?

P.E: (silencio)…Estos atentados que sufrimos son “endémicos” y dicen por todas partes “hecho en U.S.A”. Nosotros lo provocamos. La mayoría de los musulmanes residentes en Estados Unidos son personas normales, tienen familia, profesiones y aficiones. Son ciudadanos y debemos velar por sus derechos, pero tampoco ignoro que entre ellos se esconden e infiltran personas que están dispuestas a explotar en el subterráneo, en plena la rush hour (hora pico).

No tenemos más opción que poner la lupa sobre esta comunidad; en situaciones críticas, la privacidad es opcional. Sé que es lo correcto, aunque parezca que vulneramos su libertad en este país, pero el perfil del terrorista es tan sutil que hasta podría ser una maestra de kindergarten o ese vecino que te ayuda con los víveres.

G.L:  La masacre de Orlando todavía está fresca en la memoria colectiva. ¿Se examinará la Segunda Enmienda de la Constitución estadounidense que permite el porte de armas?

P.E: Es cierto que la Segunda Enmienda se ha forjado como un emblema de la libertad en nuestra nación. Muchas generaciones de americanos crecieron recitándola; para ellos significa independencia como comunidad e individuos. Nos da la opción de defendernos ante la tiranía y la represión; pero no podemos ignorar sus implicaciones en  trágicos sucesos que de igual forma coartaron la vida de muchos ciudadanos. La masacre de Orlando fue uno de ellos. Eso jamás podremos olvidarlo.

Yo creo firmemente que es posible modificar o regular algunas especificaciones de la Segunda Enmienda y al mismo tiempo, conservar su esencia histórica y simbólica. Debemos analizar eso de “un derecho para todos”, porque esa madre cuyo hijo resultó muerto en la masacre de la primaria Sandy Hook, Virginia Tech o la discoteca Pulse, seguramente piensa que el asesino nunca debió poder comprar un arma con tanta facilidad.

Necesitamos crear mecanismos para conocer de antemano al sujeto que desee adquirirla. Debemos evaluar su estado de salud mental, antecedentes, oficio, intenciones, conexiones. Esto limitará las posibilidades para que otros ataques vuelvan a ocurrir. La sangre no debería ser el precio de nuestra libertad.

G.L: ¿A caso Venezuela figura en la agenda de quehaceres  presidenciales?

P.E: No es una prioridad, pero sí me interesa reparar las relaciones diplomáticas; quizá lleguemos a acuerdos que beneficien a ambos países, aunque el Gobierno venezolano no parece muy dispuesto a ello. Yo sé que es cuestión de tiempo y paciencia; ustedes están en sus propios procesos coyunturales y nosotros por ahora, preferimos ser espectadores.  Pronto, Venezuela y Estados Unidos dará de qué hablar en la comunidad internacional, se acordará de esta entrevista cuando eso suceda.

G.L: Esto seguramente no le parecerá una novedad, pero algunos sectores de la opinión pública tildan a E.U.A como una nación injerencista, ¿cuál es su posición al respecto?

P.E: Sí, lo de injerencistas me resulta familiar, lo digo con gracia: nos ganamos el título. Debemos proteger nuestros intereses y los de las naciones amigas cuando se requiera; claro que esto tiene sus efectos negativos en las poblaciones, pero a veces no podemos controlar los daños colaterales.  Estoy consciente de que estas intromisiones (risas) son necesarias en pro de la democracia, pero al mismo tiempo, peligrosas.  Cometimos errores en Siria. Nuestros protocolos serán más estrictos, pero nuestro deber como nación potencia continuará.

Nota:  El Presidente de E.U.A es un personaje ficticio y ésta, una entrevista imaginaria. Las respuestas y los escenarios fueron inventados por el autor; son la recreación de una posible realidad.

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