Educación universitaria en Venezuela ya no se trata solo de “salir bien”
Ser universitario en Venezuela: Los sacrificios para ser un títulado

El estrés de los exámenes se ha convertido en el menor de los males para quienes hacen lo posible por obtener una licenciatura en este país. En este período, los ajustes debido a la inflación en algunos casos han duplicado el costo de la matrícula.

Por su parte, la Ucab ha asumido el reto de que ningún alumno se quede sin estudiar por falta de recursos.  El número total de ayudas económicas de algún tipo que otorga la universidad ha aumentado en un 55% para este período (de 1.930 beneficiarios el período pasado a 2.983 para este de octubre 2016- marzo 2017). Esto representa cerca de un 20% del estudiantado. De este modo, en los últimos meses la institución se ha dado a la tarea de recolectar fondos para financiar becas con la ayuda instituciones privadas y de la modalidad de micromecenazgo, o crowdfunding, la cual permite a la amplia red de egresados contribuir en la medida de sus posibilidades.

La Universidad Metropolitana ofrece la oportunidad de acceder a Becas de Excelencia por concepto académico, artístico, deportivo, de compromiso cívico y emprendimiento. Asimismo, los egresados académicamente destacados de los colegios Fe y Alegría y Mano Amigo pueden obtener la exoneración total del pago de matrícula a través de su programa de Becas.

Vacas para comprar materiales de odontología 

A pesar de estudiar en una universidad pública, Rebeca, estudiante de tercer año de Odontología en la UCV, debe asumir todos los costos de los materiales que su carrera conlleva. Afortunadamente, con los años ha conformado un grupo de amistades entre quienes comparten gastos de materiales, guías de estudio, etc. Para reunir los utensilios que le permitan a Rebeca  adquirir los conocimientos y competencias propios de la profesión esta utiliza tanto tiendas especializadas como Instagram, Mercado Libre y Amazon.

Rebeca señala que “es muy común que te roben” dentro de la Universidad y sostiene que este no ha sido su caso pues acostumbra andar de muy “bajo perfil”: el teléfono guardado, sin audífonos, lejos de la calle, por las caminerías y siempre acompañada. No obstante, los “motorizados” no constituyen su única preocupación pues dentro del propio salón de clases debe cuidar sus materiales de la apropiación indebida de compañeros, “gente de nosotros mismos”, que enfrenten dificultades económicas y deseen estar allí [en la carrera] “a como dé lugar”.

Los sacrificios de ser del interior y estudiar en Caracas 

Como muchos compañeros, Andrés, estudiante de séptimo semestre de Comunicación Social en la Ucab, considera que cada regreso a clases se torna “más y más agridulce”. Andrés proviene de Barquisimeto y, mientras la perspectiva del aprendizaje le entusiasma, penden sobre él todas dificultades que acarrea el vivir solo y expuesto en la ciudad que se ha convertido Caracas. No es para menos, pues le han robado la maleta en dos ocasiones. La primera vez le hurtaron una laptop, la cual no ha podido reponer más de un año después; la segunda solo conservó la ropa que llevaba puesta. “Siento que las dificultades deberían ser solamente educativas. Yo nada más debería estar preocupado por salir bien”, lamenta.

Ambos estudiantes comparten el agradecimiento por el privilegio que se les ha otorgado y el cariño por lo que hacen. Rebeca finaliza la entrevista asegurando que “a pesar de todo, allí en la Facultad las cosas funcionan muy bien. Ayudamos mucho a la gente y esa yo creo que es la base de la carrera”.