Hoteles del cáncer: alternativa inhumana ante la enfermedad (Infografía)
Cuando se considera que la República Popular de China es una de las potencias más grande del mundo, resulta fácil imaginar una nación en donde más allá de las situaciones políticas e ideológicas, sus habitantes encuentran la posibilidad de cubrir todas sus necesidades y aspirar a unas condiciones de vida digna.
Sin embargo, la realidad se separa de esa suposición idílica, el país contrasta entre las fuertes necesidades de las provincias y el desarrollo que aparentan las grandes ciudades que también presentan profundas desigualdades entre diferentes sectores.
El sistema de salud chino no escapa a esta realidad, en principio el acceso es gratuito pero se limita a una cobertura básica. ¿Qué sucede cuando se requiere atención para enfermedades crónicas? allí el ciudadano debe buscar recursos para costearse el tratamiento.
Con ello, comienza más allá de la enfermedad la preocupación por conseguir los recursos para asumir esa inversión o administrar los pocos que se tienen para lograr superar el percance, de igual manera surge la posibilidad para los comerciantes de aprovecharse de la necesidad, crear alternativas económicamente razonables y moralmente reprochables.
Una realidad: China padece cáncer
Además de contar con paisajes espectaculares y de ser la nación más poblada del mundo, con 1.400 millones de habitantes, es escenario de una triste realidad. Según la Organización Mundial de la Salud en China cada 10 segundos un ciudadano es diagnosticado con cáncer.
«Entre las principales causas del aumento están los hábitos poco saludables como fumar, la falta de ejercicio o un excesivo consumo de alcohol, sin olvidar el rápido envejecimiento de la población o la contaminación que padece el país«, señaló el doctor Bernhard Schawartlander, representante de la OMS en el país, para el diario El Mundo de España.
El tratamiento para esta enfermedad en el país asiático no entra en la cobertura del sistema de salud gratuita, por ello los pacientes deben costear sus tratamientos.
«De los 70 millones de personas que viven pobreza en el país, alrededor de un 40% ha llegado a esta situación por los altos costes sanitarios y de atención médica; muchos de ellos a consecuencia de un cáncer», aseveró el doctor Schawartlander.
El tratamiento supone una inversión
Fotografía: Reuters/ Kim Kyung-Hoon
Costear un tratamiento de enfermedades crónicas como el cáncer, implica el compromiso económico del presupuesto familiar y de los ahorros -si se tuviesen-.
Aunado a ello, los grandes centros de salud en China se encuentran en las ciudades, por ello los habitantes de las afueras deben viajar en busca de atención médica, lo que implica en muchos casos que deban pasar largos períodos allí mientras completan el protocolo médico.
Una habitación en un hospital se aproxima a los 20 dólares diarios, cantidad inaccesible para muchos pacientes que adicionalmente deben costear el tratamiento que no está incluido en el precio.
Por ello, como solución y en provecho de la situación en los alrededores de los centros de salud chinos, especialmente en los hospitales oncológicos de Pekín, ha surgido un sistema de alojamiento que por la mitad del precio ofrece estadía a los pacientes, los llamados hoteles del cáncer.
Alternativa económica más no humana
Edificios ruinosos, casas elaboradas con materiales inestables, cualquier espacio que cuente con techos, paredes y una puerta es un espacio para estos centros de alojamiento.
El mobiliario se limita en el mejor de los casos a una cama y a una silla, no cuentan con el equipo médico necesario para atender una emergencia, con apoyo médico ni de enfermeras.
Baños compartidos y condiciones que distan de lo mínimo necesario para un paciente con cáncer, de todas formas en muchos casos es la única alternativa a la que se puede acceder sin comprometer el dinero destinado al tratamiento.
Fotografía: Reuters/ Kim Kyung-Hoon
¿Cuál es la tarifa? 10 dólares diarios, con ellos se garantiza un techo, más no el ser tratado ni considerado un ser humano.
Las instalaciones en muchos casos no cuentan con las condiciones mínimas de habitabilidad, no se dispone de una nevera o una cocina para conservar los alimentos.
Un baño para cada 7 habitaciones es lo que ofrece uno de estos lugares de alojamiento, cuyo dueño señala que el origen de ese centro es un edificio que alquiló, un inmueble y que acondicionó 70 cuartos.
Fotografía: Reuters/ Kim Kyung-Hoon
¿Qué pasa con el cáncer en nuestro país?
Venezuela por fortuna no cuenta con instalaciones como estos “hoteles”, sin embargo, tampoco cuenta con los medicamentos ni reactivos necesarios, lo que hace el diagnóstico y el tratamiento del cáncer un largo peregrinar.
Asimismo, no se sabe a ciencia cierta la cantidad de pacientes con esta enfermedad, la cifra más reciente que se dispone en una fuente oficial, es el Anuario Epidemiológico del 2012 parte del Registro Central de Cáncer del Programa de Oncología del Ministerio del Poder Popular para la Salud.
El trabajo de las fundaciones se ha convertido en el pilar de difusión y acompañamiento de la enfermedad, inclusive del tratamiento.
Campañas informativas, jornadas y el testimonio es el documento con el que se cuenta para dar fe cierta de una enfermedad que se convierte en la pandemia del siglo XXI.
China y Venezuela, dos países aliados en ciertos puntos, diferentes en otros, en ambos la lucha contra el cáncer supone para el paciente una larga espera, un ejercicio de paciencia, un duro golpe para el bolsillo y una demostración de que la lucha por la vida es una necesidad universal.
Créditos: bbc.com, elmundo.es
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