Slam Poetry Barquisimeto: Surge poesía inconforme

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Muchos han intentado infructuosamente, atrapar a la poesía en un concepto manipulable, calculable y predecible, para de esa manera poder saber su valor utilitario, comprender su función en la sociedad, encontrándose con la ausencia de una respuesta satisfactoria. Lamentablemente, el pensamiento occidental puede ser, un tirano que aleja al ser humano, de la belleza a la que los poetas, se han declarado sus sacerdotes por medio de los versos creados por sus bocas y manos.

Tal vez la belleza a la que evocan los poetas con sus escritos, está más allá de los sentidos consientes de nuestros cuerpos y es una especie de espíritu que reposa en las cosas, a la espera de sus intercesores para revelarse por medio de palabras a un mundo, que cae en el error de definir todas las relaciones humanas y vivenciales, como meros y vulgares fenómenos materiales; una idea insuficiente para comprender, a una especie compleja, que ríe y canta por el simple placer de hacerlo.

La poesía parece haber encontrado sacerdotes para expresarse, en esta generación que quiebra el hilo narrativo de otras épocas, para formar un mundo multiforme y honesto, libre de prejuicios y con una visión de un futuro sin limitantes.

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En Barquisimeto, inspirado por los torneos de poesía en varios ciudades de Estados Unidos e Europa, llamados Slam Poetry, Jhon Vesser, un diseñador gráfico de la ciudad crepuscular, decidió crear un espacio, en donde personas que como él, llevaban años acumulando escritos, que pedían ser leídos frente a otros, pudieran exponer sus obras delante un micrófono—Yo quería participar en un Slam y al ver que no habían eventos de ese tipo en Barquisimeto, me dije ¿Por qué no realizar uno yo?—  Su firmeza se expresa por medio de sus manos elocuentes, que se mueven con ímpetu al hablar de este proyecto, que ya tiene más de dos años ejecutándose mensualmente sin falta. Algo sorprendente, puesto que organizar un evento nunca es tarea fácil y menos en un país, que hoy atraviesa una crisis difícil de ignorar.

Puede que la crisis sea la razón del éxito del Slam, las dificultades son catalizadores para que la poesía salga como las estrellas rescatadoras de las noches solitarias, que le sirven a los  náufragos perdidos en mares infinitos, que tienen solo como esperanza, a los astros que brillan con intensidad en el cielo oscuro. Los venezolanos necesitan sobrevivir en medio del dolor, aferrándose a cualquier cosa para existir ¿Qué mejor idea que la poesía? Sin embargo, conseguir apoyo para el Slam Poetry no fue tarea fácil— Te voy a decir la cantidad de correos que envié, pero no pienses que exagero— advierte ante la increíble cifra— mandé dos mil correos, los tengo en mi buzón de envíos guardados. Es difícil creer que haya mandado tantos, para recibir la respuesta de una sola persona.

A quien hace  referencia Vesser, es un joven escritor larense, que para aquel entonces, era director del IMCA (Instituto Municipal de Cultura y Arte) institución subordinada a la alcaldía de Iribarren, municipio al que pertenece Barquisimeto. Zacarías Zafra, un gestor cultural, poeta, cuentista y hombre dedicado totalmente a las letras, decidió apoyar el proyecto de un desconocido, iniciando una relación de amistad, que dio pasó a la realización del primer Slam Poetry en la ciudad—Yo no conocía a Zacarias, supe después que era escritor y no solo eso, que era un académico, un tipo que sabe lo que es escribir, que estudió para comprender la literatura y utilizarla como un maestro.

Ese primer equipo, en agosto del 2014, llevó a cabo el primer Slam— Yo soy diseñador gráfico, así que hice todo el material visual y lo empezamos a compartir por las redes sociales. Sí nos poníamos imprimir, además que no contábamos con ninguna financiación, imagínate la cantidad de esfuerzo que íbamos a requerir para llenar la ciudad de flayers—El enfoque por medio de las redes sociales tuvo éxito—la galería en donde fue el primer Slam se llenó, mucho más de lo que esperábamos, más de 200 personas fueron a escuchar poesía— Toda una hazaña, que no solo los sorprendió a ellos, también a funcionarios del orden, a los que les pareció extraño que un lugar a donde no van multitudes, se encontrara abarrotado— Ese día llegó la Guardia Nacional, querían saber que estaba ocurriendo, puesto que no se les había informado de ningún evento de envergadura, que pudiera haber atraído a tanta gente—Una victoria para la publicidad alternativa.

Después de ese primer evento, mes a mes continuaron realizando el Slam, enfrentándose a diversos retos y a personas, que tienen formas de expresar los desacuerdos, con métodos más violentos que los utilizados por los escritores— ¡Una vez nos lanzaron un zapato!—Cuenta Jhon, que al hablar sobre aquella anécdota, soltó una carcajada. En  otra oportunidad, les robaron los equipos de sonido— ¡eran prestados, imagínate la frustración y la pena!— algo difícil de enfrentar, sin embargo, las historias no se quedan allí— En un Slam, unas personas se nos acercaron para decirnos que estaba mal lo que hacíamos con la poesía, nos insultaron en pleno recital— De cada uno de esos inconvenientes, tomaron fuerzas para continuar, así demuestran como el arte debe amoldarse a las críticas y a la crisis, que no discrimina a nadie— Durante la recesión de energía eléctrica, el lugar en donde estebábamos se quedó a oscuras— comenta al recordar una de las situaciones que más le impactaron. La ausencia de electricidad no logró callar a los poetas, al fin y al cabo, la poesía no necesita de enchufes ni cables para mantener su energía.

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Esas situaciones, no mermaron el compromiso del equipo del Slam liderados Vesser y Zafra. Estaban seguros que la poesía no es una reliquia condenada a los libros de páginas desteñidas, ni a museos abandonados y abandonantes de la realidad actual—El Slam no puede ser realizado solo por mí y menos ahora. Lograr todo esto necesita de un equipo— afirma mientras llama con la mano a parte de quienes apoyan el Slam, entre ellos una fotógrafa, que desliza una sonrisa en su rostro, al captar el momento con una fotografía de la conversación.

La lista de colaboradores incluye artistas de diversos campos. En los Slam, músicos encuentran tarima para mostrar su arte y llenar de música las vidas del público, que se ha ido acostumbrando a buenas presentaciones. Además, ilustradores de la ciudad tienen la oportunidad de capturar los momentos más llamativos con su técnica, dándole un sentido multidimensional a la experiencia poética.

No solo artistas dedicados a su arte son parte del equipo, entre quienes colaboran con  la realización de cada una de las presentaciones, se encuentra un abogado, un médico internista, una lingüista, una psicóloga, una comunicadora social, que tienen en común, una sensibilidad para identificar la belleza, así como el compromiso de promover la poesía como un medio para desvelar esa hermosura espiritual oculta en lo cotidiano—Yo no podría hacer esto sin el apoyo de Daniela Urdaneta, Wilmer R Acosta, Amado Carrillo. Mari Angélica Ramirez Saldivia, Francisco Mendoza, Joselyn Castillo, Camila Cristo, Anais Pacheco,

Wilmer Acosta y Amado Carrillo, dos de los organizadores que trabajan en conjunto con Jhon, hablan de su experiencia siendo Slamers (Participante de un Slam Poetry)—Aquí en el Slam, he podido perfeccionar mi voz poética, descubrirla al exponerme al público— Reflexiona Wilmer, un médico amante de la literatura, que desde el comienzo del proyecto, participa y colabora como un fin de vida, algo que comparte con Amado, un profesor de derecho, que no encuentra diferencias fundamentales entre su profesión como litigante y el desvelamiento de la verdad oculta en la poesía. Para él, ambos oficios son un acto necesario para la justicia, la verdadera—Se necesita estos espacios para unir a quienes tienen el interés por el verbo— Ese pensamiento va más allá de los eventos mensuales. En la universidad en donde es docente, fundó un grupo de poesía que ha ido creciendo en número como en calidad, permitiendo el surgimiento de una generación de poetas, que a lo Garmendia, hacen de los espacios públicos, su campo de juego para crear mundos con las palabras.

Gracias al Slam, han surgido nuevo grupos poéticos, que son precedentes en la ciudad y en el país— Agrega el medico mirando una mesa, en donde están reunidos escritores muy jóvenes, repasando sus poemas alumbrados por la luz de una vela— Toda generación necesita de un lugar de encuentro. Sin espacios como este, personas que no saben vivir lejos de las letras, que simplemente no se consiguen a sí mismas separados de la voz que se crea en el papel, permanecerían esparcidas en la ciudad, anónimos, mudos y frustrados. El Slam solventa una necesidad muy importante, ha permitido que gente diferente reconozca algo de su singularidad en otros.

Anais Pacheco, una psicóloga y poeta entregada a la fotografía, sonríe y suspira mientras atrapa momentos con el disparo de su cámara. Aquellos personajes que se montan en la tarima, observados por otros con historias propias dignas de ser contadas, son los elementos perfectos, para que su sensibilidad pueda experimentar sentimientos imposibles de ser percibidos, en lugares alejados de la belleza—Muchas fotografías nacen de un poema que escucho al momento, uno que me trasmita emociones inexplicables con las palabras —comenta. La poesía ha sido la forma para descubrirse como artista y ser humano—Hoy leo cosas que escribí hace tiempo y puedo ver que he adquirido madurez como escritora y como persona— coincide con su compañero Wilmer, el Slam le ha brindado un espacio para que su voz poética se afine, se perfeccione y se haga mucho más hermosa de lo que ya es—hace poco escribí una frase, con la que quise intenté mostrar la manera en que veo la poesía: “La poesía es un reflejo en la pupila de otro”.

El equipo del Slam no quiere que el proyecto se quede allí, tienen planeado la publicación de un libro digital con los poemas de los participantes, para dejar un legado que pueda ser el punto de inicio, para que los poetas del futuro, continúen la función sacerdotal de quienes observan la belleza en la cotidianidad—La idea es que esto nos sobrepase, por eso seguimos diseñando nuevos proyectos, que requieren de tiempo para armarse, antes de que podamos verlos tangibles. Tenemos la intención de utilizar el lenguaje audiovisual, para expresar lo que es el Slam para la ciudad. Estamos en un tiempo único, la era digital nos exige masificar nuestras voces. No podemos permitir quedarnos solo en los locales nocturnos. Más personas necesitan de la poesía.

Aunque otros Slam Poetry se han iniciado en Venezuela, solo el de la capital larense continua—Tuvimos contacto con organizadores en otras ciudades— revela Jhon—desconozco porque no continuaron, tal vez la fuerza de la crisis los detuvo en seco—reflexiona, para luego mirar el cielo por segundos, exhalar algo de aire que luego dejó escapar en palabras llenas de compromiso—Creo que no podemos pararnos por la dificultad. Estamos expuestos a noticias desesperanzadoras todos los días y a cada rato. Sí nos dejamos envolver por eso, no hiciéramos nada, yo me quedaría en mi casa viendo televisión y dejaría que la vida pasara, pero no puedo, me niego a quedarme así. Es necesario que sigamos soñando y creyendo que es posible, hacer de lo que está dentro de nosotros, algo importante para la vida de muchos. No podemos dejar que nos expropien los sueños, eso es aceptar que perdimos ante la crisis.

El último jueves de cada mes, el Slam Poetry Barquisimeto surge con su naturaleza subversiva, en algún local nocturno o en una plaza abierta, con una nueva manada, un grupo de poetas que aúllan debajo de la luna o iluminados por una bombilla amarilla,  en busca de los aplausos del público, que tiene el deber de elegir, al sacerdote de lo intangible, que logré reflejar en sus escritos, los sentimientos que deambulan en las intimidades de las personas, que no logran expresarse en algo diferente a una frase, a una oración, o a un verso que entreteja la belleza de las cosas y al espíritu humano, que nos une a todos en la misma voz; que se niega a desaparecer ante la dictadura de los sistemas y los teoremas encuadrados en una lógica agotada, que ya es incapaz de darle sentido a una humanidad en búsqueda de un nuevo relato para continuar en la vida.

Puedes seguir todos los acontecimientos del Slam Poetry Barquisimeto por medio de sus redes sociales, que tienen como objetivo, no solo mostrar lo que ocurre todos los últimos jueves de cada mes en la ciudad crepuscular, sino ser parte de una red de personas comprometidas con el arte, que quieran ser parte de una nueva narración nacional.

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Twitter: @slampoetrybqto

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Jorge Flores Riofrio
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