Inestabilidad en costos impide producción de azúcar y harina precocida
Productores de maíz y caña de azúcar, se pronunciaron ante el retraso del gobierno para fijar el precio de estos rubros de cara a la zafra correspondiente al periodo 2016-2017, según lo acordado en las conversaciones entre miembros del sector y las autoridades designadas durante los Consejos de Economía Productiva.
“Luego de un mes de negociaciones, el ministro (Marcos Torres) prometió que el monto iba a salir la semana pasada,” declaró el martes Ricardo Álvarez, presidente de la Federación de Asociaciones de Cunicultores de Venezuela (FESOCA), en una rueda de prensa. Álvarez destacó que es la segunda vez que la decisión se ve postergada, acto que calificó como una afrenta a la producción nacional.
Secundado por un grupo de Trabajadores, el líder gremial manifestó que la ausencia de un consenso en lo referente a los costos además de sembrar angustia y desesperanza ha retrasado las labores de cultivo y cosecha: “debimos empezar hace un mes, pero dadas las circunstancias lo haremos a finales de diciembre”, puntualizó.
Bajo una coyuntura similar, La Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios (FEDEAGRO), emitió un comunicado donde informó que miles de hectáreas de maíz blanco permanecen sin poder comercializarse. Antonio Pestana, presidente de la coalición, exhortó a las autoridades pertinentes a garantizar el abastecimiento de harina precocida, conforme a lo establecido en la ley de precios justos.
Celso Fantinel segundo vicepresidente de FEDEAGRO, señaló en Unión Radio que hace un año se trató de llegar a un acuerdo con el Consejo Nacional de Economía Productiva para ajustar de 96,50 a 243 Bolívares el precio que las plantas procesadoras pagan cada por kilogramo de maíz blanco: “Un monto que sigue estando por debajo del costo de producción, pero que sin embargo era un sacrificio viable” puntualizó.
De acuerdo con las estimaciones de los productores, para mantener la rentabilidad es necesario ajustar el costo de la materia prima a 260 Bs por cada kilogramo de maíz, aumento que permitirá reactivar la producción al otorgar a los trabajadores un margen de ganancia del 30 por ciento. No obstante, Fantinel advirtió que a causa de la inflación estos costos deberían revisarse mes a mes. En ese sentido, calculó en 350 Bolívares el monto que las procesadoras deberían pagar al productor.
Trago amargo para los cañicultores
Con la caña regulada a 380 Bs la industria azucarera nacional ha retrocedido al nivel de los años 60, entonces Venezuela era exportadora del rubro, hoy esas condiciones han cambiado: “Somos víctimas de un dólar especulativo”, sentenció Álvarez. El presidente de FESOCA, reiteró la necesidad de llevar el precio de un kilo de azúcar a 770 Bolívares al proveedor y a 1.530 en los anaqueles, “un costo mucho menor al que paga el venezolano en el mercado informal. Creemos que se puede apoyar la producción nacional con mucho menos dinero del que se utiliza para importar”, enfatizó.
Además del desfase entre la rentabilidad, las ganancias y el déficit operativo, la inseguridad se suma a la lista de factores contribuyen a mermar la producción. Solamente en el estado Trujillo dejaron de cosecharse 350 mil toneladas de caña por esta causa, al tratarse de una entidad productora del rubro se tenían proyectadas unas 400 mil , pero solo se obtuvieron 50 mil. Las cifras totales reportan una caída de abrupta, de 9 a 3 millones de toneladas.
La ausencia de azúcar en los anaqueles o el guayoyo del desayuno, se originó en un mercado que trabaja a pérdidas que superan el 100% donde destacan los 250 mil empleos, directos e indirectos (y las familias) cuyo sustento e ingresos, son proporcionales al desarrollo del sector.
Golpes a la economía agrícola
Expertos del mercado agrario coinciden en señalar al Gobierno como el responsable de la creciente escasez: “Los Rubros agrícolas han comenzado a mermar como consecuencia de un gran déficit operativo, no tenemos repuestos ni lubricantes,” señaló Gilberto Esteva, portavoz de la Sociedad de Cañicultores del Estado Portuguesa, (SOCA Portuguesa), una de las entidades más afectadas por la crisis del sector.
Esteva recordó que 10 de las 16 centrales azucareras que existen en el país se encuentran bajo el control del Estado: “básicamente las utilizan para refinar el azúcar que importan de otros países”, acto seguido cuestionó la ambigüedad de las leyes que regulan la producción agrícola: “nos prohíben el uso de semillas transgénicas (genéticamente modificadas para garantizar su rendimiento), pero importan gran cantidad de alimentos sin verificar si son tratados con este mismo proceso” denunció.
En la misma línea, Fantinel lamentó que el Ejecutivo nacional no de al sector agrícola la misma prioridad que a otros mercados de la economía: “recuerdo que hace poco el presidente Maduro pedía rentabilidad para el barril de petróleo, decía que había que hacer gastos comprar maquinaria… a nosotros nos pasa lo mismo, debemos invertir en las fincas. Si el gobierno no da un golpe de timón frente a sus políticas agrarias vamos a ir definitivamente a la quiebra”, sentenció.
El segundo vicepresidente de FEDEAGRO, explicó que el maíz se cultiva con un año de anticipación: “eso quiere decir que está en juego la siembra para el ciclo invierno 2017, que es el más importante del país” pronosticó. El agricultor y directivo de la Asociación de Productores Agropecuarios, expresó que la cosecha de este año se quedó corta: “De las 500 mil hectáreas que teníamos pensado sembrar apenas cubrimos unas 40 mil.”
Además del maíz y la caña de azúcar Fedeagro monitorea otros 12 rubros. entre los que se cuentan; arroz, papá, remolachas y sorgo.
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