Un amor de cuento de hadas

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Todos lo conocemos, hacemos bromas al respecto, lo añoramos o tal vez ya lo disfrutamos, el amor directa o indirectamente es realmente fundamental en nuestras vidas, tiene un peso enorme en las  decisiones que tomamos e influye fuertemente a la hora de escoger ese camino que deseamos seguir, pues sea por amor o desamor somos conscientes de que es imposible ignorar aquel sentimiento capaz de nublar los sentidos.

Crecimos junto a los cuentos de hadas, soñando algún día tener un “príncipe Eric” en nuestras vidas, un hombre apuesto y valiente que luche por nosotras, que siempre tenga las palabras más adecuadas y que por supuesto nos haga suspirar con su carisma, incluso cuando somos adultas continuamos con el masoquismo gracias a las películas y novelas románticas, no paramos de cometer el error de idealizar a una posible pareja, esperando vivir un “romance de película”, más de una vez terminamos con la estúpida idea de que existen relaciones así de perfectas.

Cuando nos toca toparnos con el amor en la vida real esperamos que el destino nos premie con la pareja perfecta, lamentablemente la realidad hace acto de presencia con una enorme cachetada, algunas más traumáticas que otras, al final somos culpables de idealizar para luego terminar en manos de la decepción.

Idealizar: nuestro gran problema

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Tanto hombres como mujeres cometemos este pecado, en el instante que comenzamos a sentir una gran atracción por alguien nos resulta casi imposible mantener los pies en la tierra, admiramos con una increíble devoción ese ser amado, le inventamos cualidades, omitimos defectos e incluso nos llegamos a plantear hipotéticos escenarios de una relación sublime.

¿Qué pasa cuando las cosas resultan ser diferentes a lo esperado?, ¿y si la realidad es completamente opuesta a esa expectativa?, ¿será que continuará ese mismo interés inicial?, probablemente sí, probablemente no, la cuestión es estar consciente de que la perfección no existe, idealizar resulta ser en la mayoría de los casos un arma de doble filo.

Amar no es asunto sencillo, hay que tener en cuenta de que cuando existe cierto interés esa otra persona siempre va a querer demostrar la mejor parte de si, hará todo lo posible por resaltar lo mejor que pueda, pues el objetivo es resultar ser la pareja más factible, pero con el paso del tiempo los defectos saldrán a flote tarde o temprano, ya es nuestra decisión aceptarlos o descartar a esa persona.

También es fundamental aceptar que esa persona obviamente tiene sus defectos, muchos de ellos muy presentes desde antes de comenzar una relación, nadie cambia de la noche a la mañana, es como aquellas mujeres que conocen a sus novios gracias a un acto de infidelidad, no puedes esperar tener la certeza de que te será fiel toda la vida, entonces surgen inseguridades, desconfianza y poco a poco todo comienza a desmoronarse  aunque ya sabías desde un principio que era una persona propensa a la infidelidad. A veces esos defectos puedes ser más pequeños pero durante en el camino se transforman en un enorme obstáculo, pero no puedes esperar cambiar a esa persona para moldear aquella pareja idealizada que soñabas en el inicio.

Corazón vs Razón

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Como fue mencionado anteriormente cuando uno está enamorado es difícil aceptar los defectos de la otra persona, es importante saber cuándo no nos conviene una relación, aprender a separar lo que dicta el corazón y lo que demanda la razón, encontrar un equilibrio entre ambas partes y saber si esa relación resultará factible o no. Es imposible saber antes de empezar una relación si durará toda la vida, eso lo dirá el paso del tiempo aunque existen casos donde es obvio desde el primer momento, por ejemplo si nos encontramos con personas decididas a tomar caminos apuestos y sin metas en común lo más probable es que aquello esté destinado al fracaso.

En esta época de “Tinder” es común encontrar gente que no desean relaciones a largo plazo, y eso no es malo en lo absoluto pero ¿qué pasa cuando uno de los miembros espera una relación “para toda la vida” y la otra parte simplemente quiere una pareja pasajera?, son cuestiones que se deberían tener claras desde un principio para evitar causar daño, la comunicación es una herramienta clave para cualquier pareja.

El tiempo siempre revela, no es posible ocultar los defectos para siempre, si con el paso de los meses se pueden empezar a observar señales de que se está volviendo algo toxico tenemos que saber que es mejor cortar antes de que el veneno haga más daño, hay tener el valor de alejarte de quien nos hace daño pues el pasar de los años no repara una relación fracturada, la costumbre es una enemiga silenciosa, si la razón tiene más puntos a favor que el corazón y la comunicación no hace su función es hora de terminar esa relación, pensar en nuestro bienestar propio no siempre es algo malo, tener el valor de tomar las riendas de tu vida es lo mejor que puedes hacer.

El proceso de escoger pareja está lleno de baches y tropiezos, nadie dijo que sería tarea sencilla, pero “es una locura odiar a todas las rosas sólo porque una te pinchó”, jamás terminamos de conocer a las personas, si nos lastiman no significa que cualquier pareja que llegue a nuestras vidas nos lastimará también, a veces hasta la persona que menos imaginas puede causarte mucho daño y eso no es nuestra culpa.

Tiempo de reflexionar

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El amor es un sentimiento poderoso, nos duele si nos traicionan, nos sentimos felices si nos sentimos amados, es tan poderoso que resulta toda una hazaña escuchar a la razón cuando nos invade el amor, pero debemos tomarnos el momento de escuchar esa pequeña voz en nuestra cabeza que nos advierte cuando algo anda mal, ¿nos conviene esa pareja?, ¿puedo confiar ciegamente en él/ella?, ¿me gustaría vivir junto a ella?, ¿es la persona con la que quiero pasar el resto de mi vida?.

Sinceramente contigo mismo, estar consiente desde un principio que la vida no es cuento de hadas, saber que no podemos convertir un sapo en príncipe por más que nos esforcemos y es fundamental tomarte el momento para reflexionar sobre tu papel en la relación, pensar en las actitudes que tomas, las acciones que haces, ¿le expresas tu amor?, ¿le eres fiel?, ¿lo apoyas cuando lo necesita?, recuerda que una relación es un trabajo en equipo, si una de parte no ayuda obviamente están condenados a fracasar.

Y si después de todo eso te das cuenta de que no es la persona para ti, no te preocupes, no morirás en compañía de un millón de gatos, es cuestión de ti dar lo mejor en una próxima relación, ¡si no aprendes de tus errores posiblemente sea buena idea que vayas adoptando esos gatitos!

Ana Daniela Valero
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