Youtube: un circo romano 2.0

En el 2005 nace Youtube, una comunidad donde cualquiera podía subir y ver vídeos, nadie nunca imaginó en lo que se convertiría. Después de ser adquirida por Google y gozar de millones de visitas al día, Youtube se volvió la cuna para estrellas del internet, personas con talentos o simplemente mucho carisma que lograron amansar por sí mismos millones de seguidores.

Actualmente el canal con más seguidores es el de PiewDiePie, un joven sueco que posee la impresionante cantidad de más de 95.000 millones de suscriptores y alcanza más de 6 millones de visualizaciones diarias. El crecimiento de Youtube fue tanto que obviamente muchos que hacían videos por diversión en aquella comunidad del pasado comenzaron a ver grandes retribuciones económicas y fama, junto con ello un fenómeno social que es muy atractivo para analizar: el ciberacoso en masa; toda una multitud ansiosa de saber quién será la nueva víctima que los leones devorarán sin piedad.

La desventaja de ser influencer

Muchos odian la palabra “influencer” pero en realidad son personas que tienen una facilidad increíble por mover un grupo enorme de personas, transmitiendoles ideas, opiniones y por ende también publicidad, algunos de estas estrellas de internet poseen el poder de movilizar un número tan exagerado que sería el equivalente al total de habitantes de un país entero.

Tener tantos jóvenes, niños y algunos adultos que te ven como un ejemplo a seguir no debe ser nada sencillo. Escriben libros, lanzan marcas de ropa, entre otros beneficios con alianzas con marcas, cosas que con tan sólo un error pueden perder.

Somos una generación que tiene un sentido de pertenencia tan alto como para reunir firmas para rehacer el final de una serie, imagínate que quedará para personas comunes y corrientes que saltaron a la fama mediante una red social; hacen falta unos segundos, una frase, un error para recibir la furia de millones de personas por todos los medios digitales posibles.

A continuación, nos adentraremos en situaciones que nos hacen cuestionar el poder que le damos a los influencers y además lo fácil que es destruir años de esfuerzo en segundos.

Caso 1: “Los tolero”

Kika Nieto es una Youtuber colombiana que el año pasado encendió las redes por en un video decir Dios creó hombre y mujer para que el hombre esté con la mujer y viceversa. Lo que hayamos hecho después de eso, como hombre con hombre o mujer con mujer no está bien. Sin embargo, lo tolero”. Su video fue visto y comentado por cientos de otros Youtubers, sus redes se llenaron de odio en cuestión de horas, incluso su cantidad de seguidores bajó considerablemente.

Aunque no estemos de acuerdo con su afirmación fue una simple opinión, la misma comunidad que exige comprensión es la misma que desató toda su ira sobre una chica que simplemente es famosa por ser youtuber, lo queramos o no siempre existirán opiniones diferentes. Cuando las aguas se calmaron ella siguió con su canal, pero aun así dejó toda una estela de haters. ¿Se imaginan desatar tanta furia por decir lo que opinas?, ¿somos una generación que no tolera ideas diferentes?

Caso 2: La vegana que come pescado

A diferencia del caso pasado este si fue mucho más moralmente cuestionable. Yovana o mejor conocida como Rawvana es una youtuber dedicada a promover “la vida sana” y el veganismo mediante sus videos, libros, “retos”, donde promocionaba una dieta que ella aseguraba ser la solución a todo mal que pudiera afectar el cuerpo humano, ya sea física o psicológicamente.

Después de años de compartir su historia, decir que “perder su menstruación por su dieta es bueno”, vender cientos de libros donde se daban comidas para el diario (desayuno, almuerzo y cena), resultó ser que en el transcurso de 4 años Yovana poseía múltiples problemas de salud por lo que debió volver a comer huevo y pescado

Todo se destapó en un video publicado por otra youtuber dónde se veía claramente a Yovana consumiendo pescado, el internet estalló en ira, no era para menos, el veganismo es toda una filosofía de vida que va más allá de la salud.

Independientemente de que comiera pescado o no, esta fue la prueba de que la mejor dieta se consigue asesorandose con un profesional, no con cualquiera que se pare frente a una cámara a dar consejos sobre nutrición y salud.

Caso 3: Las vitaminas de James Charles

La polémica más reciente y que da tela para escribir otro artículo entero sobre esto. Es toda una telenovela gringa que en resumen comienza cuando Tati Westbrook (blogger de belleza) hace un video de más de 40 minutos para decir que James Charles (otro blogger de belleza que además era como “su protegido”, a quien decía ver como un hijo) le había hecho publicidad a las vitaminas que eran rivales de su marca, además aprovechó de acusarlo de depredador sexual.

James Charles en cuestión de días perdió millones de seguidores además de perder contratos con marcas y recibir odio en internet, por lo depredador y “decepcionar a su amiga”. Una semana después James subió un video donde explicaba la situación, demostrando que las acusaciones de Tati fueron sin fundamento, ella borró su video, pero ya el daño estaba hecho.

Fue curioso ver cómo se armó tremenda telenovela por unas vitaminas, tanto fue el alboroto que Youtube a partir de agosto no va permitir a cualquiera ver en tiempo real la cantidad de seguidores que tiene un creador de contenido, para evitar otro evento en masa de tal magnitud.

¿En que nos hemos convertido?

El show de la Britney pelona se queda en pañales ante las polémicas que se han armado en Youtube, aquella diva rapándose frente un espejo rodeada de paparazzis no sería más que un presagio para el enorme éxito del chisme y la opinión pública en masa. Los padres de los 90 y 2000 se quejaban del contenido de la Televisión, pero es que ellos no sabían lo que veía…

Desde el que mostró un cadáver en el bosque de los suicidios en Japón para tener más vistas hasta la que llora al frente de la cámara para acusar de abusador a su ex novio, creer ciegamente nos deja en claro lo influenciables que nos hemos vuelto y las consecuencias de ello.

Pareciera ser que detrás del teclado todos somos jueces de vidas ajenas, poder dejarle personalmente en su Instagram un mensaje de odio llena de satisfacción a millones de internautas, un placer que no daba la prensa rosa en la época de la Britney pelona pero que ahora nos ha hecho ver un lado oscuro que tal vez ya escondía la sociedad.

¿Sigues con ganas de ser influencer después de esto?

Ana Daniela Valero
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