El abandono, un año después

El primer día de clases es un evento especial para los muchachos que comienzan el primer año de la carrera de derecho. Tengo un cuidado particular en causar buena impresión y dejar definidos algunos aspectos desde el principio. Una de las advertencias está relacionada con el método de estudio por lo que no dejo de ejemplificar, en este punto, con la memoria histórica de los pueblos. Les digo que la de los venezolanos es muy corta y que al final de la clase lo voy a demostrar. Simplemente, les pregunto sobre cualquier aspecto que destaqué durante nuestra hora de conversación. Pocas han sido las veces en que alguno atina a recordar la información que di. Bajo la constatación de una memoria histórica del curso menor a la hora, concluyo que mi misión es que después de un año comprendan la esencia del Derecho Constitucional porque lo entendieron, no porque lo memorizaron.

Abro con esta anécdota porque hace exactamente un año, en ocasión con la instalación de la Asamblea Nacional, plantee la necesidad de una estrategia compleja que comprendía: a) Declaratoria formal del carácter viciado de la designación, hecha a última hora, de esos que llaman los “magistrados express”; b) Declaratoria del Abandono del Cargo por parte de Nicolás Maduro; y c) La defensa cerrada del status de los parlamentarios de Amazonas proclamados por el C.N.E y calificados como tales por la propia Asamblea Nacional. En pocas palabras, propiciar la crisis constitucional antes que eludirla. Evidentemente, las distintas voces que coincidían en esta estrategia no fueron escuchadas.

A la hora que escribo este artículo, sustituida la directiva originaria del cuerpo legislativo, el nuevo presidente anuncia que “se abrirá un debate sobre el Abandono del Cargo de Presidente”, justo un año después. Y yo me voy a permitir transcribir algunos párrafos que redacté en diciembre de 2015 porque reflejan exactamente lo que pienso hoy:

Aquí está planteada una crisis constitucional que terminará en la salida de Maduro de la Presidencia y la convocatoria de nuevas elecciones. Eso se dará, sí y solo sí, la Fuerza Armada cumple su deber constitucional. De no hacerlo así, el alto mando militar será cómplice de un Golpe de Estado y la institución militar quedará marcada por el desprecio nacional al punto de su desaparición y  sustitución con esquemas de seguridad nacional más en la línea del combate contra los flagelos del siglo XXI: El Narcotráfico y el Terrorismo.

No me planteo participar en el debate sobre el problema que deriva del cálculo de mayorías específicas, sobre la base de la inhabilitación de los cuatro diputados del Estado Amazonas, por cuanto la calificación de los miembros del Parlamento es exclusiva de la propia Asamblea Nacional. No hay discusión constitucional, el CNE acredita y proclama mientras que la Asamblea Nacional califica con base a la credencial conferida. La Sala Electoral no podía por vía cautelar usurpar la función del CNE que acreditó y la de la misma Asamblea Nacional que calificó, pero lo hizo. Y el principio básico del derecho constitucional es que toda autoridad usurpada es nula, así lo es ese mamotreto que llamaron sentencia.

Lo que sí podrían hacer es abrir el proceso de nulidad de la proclamación hecha contra el acto del CNE, no de la Asamblea. Y después de un proceso debido, signado por el derecho a la defensa de los parlamentarios, eventualmente declarar la nulidad de la elección, lo que implicaría la convocatoria de un nuevo proceso en los circuitos afectados. De manera que la Asamblea Nacional puede funcionar sin complicaciones al margen de las maniobras dirigidas a restar su autonomía. Y entre estos actos que se asumen esta la atribución de declarar el abandono del cargo por parte de Maduro de acuerdo con el artículo 233 de la Constitución. Se trata de una decisión que se asume con la mayoría absoluta de los miembros presentes en el hemiciclo.

El concepto constitucional de abandono no se restringe al simple abandono físico del cargo, como sería irse del país sin autorización. “Abandono del Cargo” se manifiesta con la violación de la Constitución o la negativa a cumplir actos debidos de acuerdo con lo que ella dispone, como sería la promulgación de las leyes; o, ahorcar financieramente a otros poderes públicos; o, en definitiva, la ejecución de cualquiera de los actos con los que amenaza todos los días quien no ha entendido todavía el golpe democrático que le azotó la cara el 6 de diciembre.

Si Maduro no asume su nueva situación saldrá de la presidencia irremediablemente y él y sus cómplices serán juzgados en Venezuela o dondequiera que se refugien. Llegó la hora de las definiciones. No toda crisis es negativa. Estamos en vísperas de una que definirá si volvemos a un ejercicio democrático o si el espectro de una dictadura disfrazada se quitará su careta al ritmo de la pandereta que toque el estamento militar. Pero los usurpadores no tienen pueblo para maniobrar. Alea iacta est.

Hasta aquí lo que dije en aquellos tiempos. Retomo como conclusión, en estas breves líneas, lo que mi viejo amigo Enrique Tejera transmitía a nuestros alumnos: “Las cosas son como son y no lo que parecen ser”. Lo aparente es que, al fin, se asume una salida coherente y pensada; en realidad, ¿es así? ¿Acaso no es evidente que anunciar que algún día de 2017 la A.N. declarará abandono del cargo por parte de Maduro es auspiciar otro bloqueo del T.S.J.? Preavisar estrategia, ejecutarla en forma irresponsable, no complementar con otras medidas indispensables, hacerlo con un año de atraso, ¿alguien tiene una explicación?

Cuando se escriba la historia de 2016 y 2017 el epitafio dirá «Siempre a destiempo, época de defensores de la vía electoral sin elecciones«. Recordemos, porque hace falta recordar, se bloqueó fraudulentamente el revocatorio y las elecciones regionales debieron ser en diciembre de 2016. Nosotros estamos en una situación similar a la de un estudiante descifrando un método. La mejor forma de memorizar es comprender; y, sinceramente, tengo la impresión que se ignora lo más elemental, en tiempo y espacio. ¿De qué elecciones hablan? ¿De las que debieron ser o de las que podrían venir? Mientras tanto Maduro debe estar complacido preparándose para su reelección.

 

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