La muerte del primer efectivo policial del 2017

Poliaragua-calcinado

El olor a carro quemado inundaba la estancia. Los bomberos intentaban apagar la gran bola de fuego en la que se había transformado el Corsa del señor Navarro Rodríguez.

  • Póngale más presión. Cabo, tráigame el paño cinco. ¡RÁPIDO! – Bramaba un funcionario del cuerpo de bombero del estado Aragua.

Los ciudadanos que observaban la escena pensaban que se encontraban en el mismísimo infierno. Las lágrimas no se escondían, corrían por el rostro de algunos, mientras que en otros se manifestaba la ira por lo sucedido.

  • Recién comienza el 2017 y ya asesinan al primer policía -, recuerda una pueblerina del barrio La Guaricha de Mariara del Edo. Aragua.

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El corsa plateado como la barba de un abuelo, iba a no menos de 80 kilómetros por hora. Se desplazaba a escasos metros de la Calle Mérida. Quien lo manejaba se desempeñaba como oficial agregado de Policía de Aragua. Estaba adscrito a la cárcel de Alayón, en Maracay.

Giró a la izquierda, en la esquina próxima a su residencia, cuando fue abordado por unos sujetos que planeaban no despojarlo de su unidad de transporte, pero sí de su vida. Esos sujetos lucían como demonios, demonios armados.

Plo.

Plo.

Sonaron las descargas.

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El 2017 arrancó un domingo nublado, aunque poco lluvioso en Maracay, Venezuela, según el último reporte del Instituto de Meteorología e HIdrología de Venezuela, mejor conocido como INAMEH, lo que no pronosticó dicho ente fue que en menos de 72 horas sería asesinado el primer poliaragua del año en una de sus tantas calles.

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Mientras en Caracas, exactamente en Capitolio, en pleno corazón de la capital, se juramentaba Julio Borges como presidente de la Asamblea Nacional para el período de sesiones 2017 – 2018 , un grupúsculo de funcionarios, en Maracay, investigan la muerte de su compañero.

  • Todo apunta a que fue una venganza, funcionario -, comentó un policía de vieja guardia. Acariciaba su bigote oscuro como la noche y analizaba la situación. La no tan agradable situación.

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Minutos antes de la muerte

Proyectiles hambrientos de sangre penetraron los cristales posteriores del vehículo Chevrolet. Impactaron en los asientos de cuero sintético y en la piel del hombre que laboraba para la justicia maracayera. El funcionario que aún se aferraba al manubrio de su unidad de transporte ahogó un grito. Suspiró. Respiró y gritó.

El corsa se manejó solo. Se detuvo no muchos metros de donde debía estar. Mientras que un par de antisociales se acercaron disparando. Uno de ellos, el que tenía inyectado los de ira, abrió la puerta de piloto y le propinó un cachazo en la cabeza al funcionario, acto seguido, lo sacó del carro para darle una buena tunda. Mientras que otros, rociaban con gasolina la unidad de transporte.

Luego de una brutal golpiza y de que con una sierra los antisociales desmembraron las piernas del funcionario, lo volvieron a subir a la unidad para prenderlo en fuego.

El hombre se mantenía con vida aún, agonizaba, pero con vida. Fue testigo de como las llamas comenzaron a comerse la unidad de transporte y como paso a paso, esas mismas llamas se esparcieron por su malogrado cuerpo, hasta que el humo hizo que se desmayara para que posteriormente muriera.

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A las  tanto para las siete de la noche, los bomberos terminaron de apagar el fuego. Las llamas dejaron de consumir el carro y el calcinado cuerpo del policía. Irreconocible, así terminaron los restos del objeto y del humano, de la vida y de la muerte.

Entregaron parte a sus superiores y se retiraron. Funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) procedieron a levantar la escena del crimen.  

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Un funcionario de la policía de Aragua, que responde al nombre de Alexis Navarro (34) fue asesinado la tarde del reciente 4 de enero. Sus victimarios rociaron su auto con gasolina y lo prendieron. El funcionario tenía 12 años de servicio.  Navarro había salido de su casa para comprar alimento para su familia.

Ramsés Rosero B.
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