Quien no conoce su historia…

Regresemos a una época más simple cuando nuestra única preocupación, más allá de perdernos el episodio de Dragon Ball, era ir a escuela, recordemos juntos ese momento dónde debíamos (o aun debemos) sacar aquel libro lleno de polvo para estudiar sobre eventos pasados, la materia “Historia” nos persigue desde muy jovencitos y les apuesto que a más de uno de mis lectores le recordará con una gran carga de fastidio y aburrimiento, algunos tal vez hasta la recordarán como un martirio innecesario, una pérdida total de tiempo que al parecer no tiene un mayor propósito que amargarnos la vida.

Incluso en las series, caricaturas y películas siempre vemos aquel personaje que dice “¿para qué voy a estudiar sobre algo que ya ocurrió?, ¿qué me importa saber que paso durante la época de George Washington, ¡esa gente ya es hisstoriaa!”, entonces, desde el otro lado de la pantalla pensamos ¡es verdad, que fastidio la historia!, la verdad es que si es una materia que posee un propósito importante para la formación individual y colectiva de una sociedad.

No voy a mentirles, de niña llegue a creer que “Historia” era una de las asignaturas más inútiles que podían existir pero cuando empiezas a tomar conciencia de lo que estas aprendiendo, dejando de lado aquel pensamiento de que lo que se aprende en la escuela va a terminar suprimido de los recuerdos, todo empieza a tomar forma y es cuando tu mente hace cortocircuito, comienzas a ver todo desde una perspectiva completamente nueva lo que relata el pasado.

La historia no es aquel cuento de amor y dolor que estábamos acostumbrados a escuchar en las aulas de clases, ese cuento que nos hacía morir entre bostezos y flojera está en realidad lleno de muertes, destrucción, tragedias, triunfos épicos, relatos interesantes, hechos sorprendentes… quien no sabe de su historia está ignorando todo un mundo de conocimientos increíbles, toda una parte de nuestro legado que moldeo nuestra actualidad, nuestra forma de ser e incluso sigue moldeando nuestro futuro.

¿Por qué nos hacen estudiar la historia?

Conocer la historia de nuestra sociedad tiene múltiples beneficios para el colectivo y el individuo, entre ellas tenemos:

1. Creación del sentido de pertenencia: Conocer de dónde vienen las tradiciones de tu país permite crear un vinculo que te hará ver tu alrededor desde otra perspectiva que podrían llevar incluso a valorar muchísimo más el legado cultural que caracteriza una nación.
2. Evitar cometer errores del pasado: Dicen que quien no conoce su historia está condenado a repetirla, no hace falta estudiar mucho la historia de Venezuela para saber que parte de nuestro problema proviene del desconocimiento de nuestras raíces, ignoramos que llevamos en un proceso decadente desde hace años sin darnos cuenta de que aquel antecedente es mucho más antiguo al año 1999.
3. Comprensión del mundo que nos rodea: La historia es la gran respuesta para muchos de los “por qué” de nuestra civilización moderna, desde la formación de palabras propias de una región, la manera de vestir, de comer, de actuar entre muchísimas interrogantes que pueden ser fácilmente respondidas con analizar un poco nuestro pasado.
4. Nos ayuda a reflexionar: Pensar en el porqué de las cosas puede ir más allá del dónde y el cómo, entender la causa y efecto de nuestras acciones nos puede ayudar individualmente a tomar mejores decisiones en nuestra vida.   

Una ciencia más importante de lo que piensas

Si bien es cierto la historia no tiene el mismo impacto para la humanidad que otras ciencias como la física o la química, pero si tiene un objetivo más humanista, busca comprender mejor el mundo en el que vivimos para intentar predecir a donde nos dirigimos.

La historia a su vez complementa a otras ciencias, permitiendo establecer patrones no solo sociales si no naturales que nos permiten analizar el comportamiento de la naturaleza en sí misma o puede ayudar también a descubrir el origen de alguna enfermedad, al fin y al cabo termina siendo aliada de otras áreas del conocimiento, pues después de todo la necesitamos para comprender quienes somos como especie.

Es momento de empezar a ver la historia como una herramienta que nos permite comprender el presente para poder proyectarnos al futuro.