Finalmente la oposición comprendió que la lucha es muy diferente a la que tenían planteada
Editorial #352 – «Aguante»
Las imágenes que dejaron las jornadas de protesta la semana pasada y que ahora dan la vuelta al mundo lo cuentan todo: miles de venezolanos retomaron las calles para recuperar su libertad. La represión fue grande, pero la resistencia fue mayor.
El espíritu que se ve en las personas que han decidido volver a las calles es de una convicción absoluta: seguir luchando a pesar de todo. Es que los venezolanos lo tienen claro: ante la trágica realidad que se ha convertido su vida, no es mucho lo que tienen que perder.
Por eso el conflicto va en escalada y el gobierno lo sabe. Busca reprimir con fuerza desde el principio para generar miedo y desincentivar a la gente de sumarse a la próxima protesta. Sin embargo, está logrando justamente lo contrario: ante más represión, más resiste la gente y más personas salen la siguiente convocatoria.
A pesar de que el oficialismo tiene al frente el escenario más complejo desde las protestas de 2014, sigue avanzando por el camino que mejor conoce: ir por todo. La más reciente muestra de esto fue la inhabilitación por 15 años del gobernador de Miranda, Henrique Capriles. Podemos estar seguros de que no será las última. Lejos de buscar conciliar, el gobierno seguirá echándole gasolina al fuego.
La oposición, por su parte, finalmente está encontrando el rumbo. Después de más de un año de haber perdido la brújula, comprendió que la lucha es muy diferente a la que tenían planteada. Por fin terminaron por aceptar que en una coyuntura como la actual, el diálogo solo le sirve al otro.
Esto presenta una gran oportunidad para lograr una unidad verdadera y amplia, en la calle y con la gente. Todo dependerá de que la dirigencia opositora no abandone la lucha en su mejor momento.
Mientras tanto, los venezolanos ya tomaron una decisión: van a pelear por su libertad y sus derechos cueste lo que cueste.
Saben que el futuro de Venezuela depende de su aguante.
Twitter: @MiguelVelarde
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