Estamos dando una lucha existencial por los valores más básicos de la humanidad: la vida y la libertad
Editorial #356 – Un grito de libertad
Entre tantas imágenes e historias que nos conmueven desde que comenzaron las protestas pacíficas, hace más de un mes, en las últimas horas vimos algunas especialmente emocionantes.
Miles de mujeres vestidas de blanco y armadas con su bandera y una rosa, caminaron por las calles del país para sumarse a una lucha que desde hace varios días vienen dando los jóvenes en el país. Madres, abuelas e hijas que están dispuestas a dar la vida por defender a los suyos.
Como ellas, son cada vez más los que se suman a la exigencia de cambio. El silencio hoy no es una opción. Hasta las voces menos esperadas están empezando a hacerse escuchar, como la de Luisa Ortega Díaz, la Fiscal General de la República, la de Yibram Saab Fornino, el hijo del Defensor del Pueblo, o el mismo director de orquesta Gustavo Dudamel, quien hasta hace poco le ponía música a cuanta fiesta rojita había y se retrataba sonriente con los más altos jerarcas del chavismo, hoy dice “ya basta”.
Es que no hay fuerza más poderosa que la de la razón. Y cuánta verdad decían los que, desde hace años, advertían sobre el destino que íbamos a tener en manos de quienes hoy se aferran al poder.
Ya no se trata solo de una crisis política o económica. Ya no es ni siquiera una pelea por la democracia o la república. En el país estamos dando una lucha existencial por los valores más básicos de la humanidad: la vida y la libertad.
No es fácil, y duele mucho. Especialmente al ver cómo se pierden vidas de jóvenes que no superan los 20 años y que solo conocieron esto pero aspiraban a mucho más. Es por ellos, por su lucha y sus sueños, que no podemos rendirnos.
En los días más oscuros de su historia, los venezolanos están demostrando valentía, determinación, solidaridad y mucho amor por su país. Son la mejor prueba de que el miedo nunca va a ser más grande que la esperanza.
Todo eso nos permite soñar en que más temprano que tarde, esta pesadilla se va a acabar. Hoy Venezuela es un nudo en la garganta, pero muy pronto será un grito de libertad.
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