La aspiración más grande que tenemos es volver a ser normales
Editorial #359 – Nuestro rol

En el país, debido a la coyuntura que atravesamos, el ciclo de noticias es tan constante que cada una de ellas tiene periodos de vida muy cortos. La semana pasada tuvimos un claro ejemplo de esto.  En un solo día, Maduro entregó las bases comiciales para su Constituyente, Julio Borges anunció desde la Asamblea Nacional que la oposición haría un referendo consultivo para preguntarle a la gente si quería o no la Constituyente y  la presidenta el CNE, Tibisay Lucena, anunció que las fechas en las que se realizarían la Constituyente y las elecciones a gobernadores, serían a finales de julio y el 10 de diciembre, respectivamente.

La reacción de la gente no se hizo esperar y por redes sociales –hoy por hoy el modo de comunicación de mayor importancia en el país- el rechazo a todas estas propuestas fue arrollador. La gente está clara: no quiere Constituyente y no quiere elecciones regionales; lo único que va a aceptar es un cambio político real que permita solucionar la grave crisis que vive el país.

Los acontecimientos también fueron un baño de realidad para un sector de la dirigencia opositora. Como en las últimas semanas fortalecieron su posición de vocería, algunos de ellos creyeron que su voz de mando sobre los ciudadanos era incontestable. No se dieron cuenta de que si la gente hacía lo que ellos pedían era porque ellos decían lo que la gente quería escuchar. En el momento en el que decidieron convocar a un referendo consultivo sobre algo que habían llamado un “fraude”, el rechazo fue inmediato y rápidamente tuvieron que rectificar. La gente tomó el liderazgo de una lucha que lleva ya dos meses en las calles  y que todo parece indicar acabará solo cuando el pueblo así lo decida.

La aspiración más grande que tenemos en Venezuela es volver a ser normales. Nuestro gran sueño es vivir como se vive en la mayoría de países del mundo: con un sueldo que alcance para subsistir, acceder a los alimentos y medicamentos más básicos, poder salir a la calle sin miedo a que te maten o te secuestren, decir lo que uno piensa sin que por eso te metan preso o tener un negocio sin el temor a que el gobierno te lo quite.

Estamos cerca de lograrlo y vivimos horas cruciales en las que será determinante no perder el foco. De nosotros, los ciudadanos comprometidos en esta lucha, depende el que nuestra dirigencia no lo haga.

El rol de quienes lo único que aspiramos es a recuperar la libertad, es seguir luchando por nuestros derechos y recordar permanentemente a nuestros líderes que queremos una transición, no una transacción.

Mantenerlos firmes, ese es nuestro rol.

Miguel Velarde
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