Que nos tomen por radicales, pero jamás por ingenuos

Tengo infinitas diferencias con la Constitución actual, para mí, es un saco perfecto al Presidente de la República, para hacer y deshacer, siempre bajo los términos «legales», pero ampliamente ilegítimos y contrarios a las libertades individuales de cualquier ciudadano.

La Constitución de 1999, fue ilegalmente, propuesta, impuesta y aprobada por Hugo Chávez y sus aliados (por cierto, muchos constituyentistas, en ese entonces, son hoy «admirados y alabados»).

El Plan de la Patria, propuesto, impuesto y aprobado en el 2013 por él mismo, es prácticamente la nueva forma no sólo de abolir a la Constitución de 1999, sino, además, la República.

Cuando, Nicolás Maduro, anuncia para Venezuela hacer una nueva Asamblea Constituyente, anuncia a su vez, consolidar lo que había venido haciendo H. Chávez, y que dejó plasmado en el Plan de la Patria, escrito por él.

Yo sé que algunos seguirán insistiendo que, si él estuviese vivo, nada de esto estuviese pasando, pero, aunque haya sido un experto en actuar con carisma, no quita, para nada, que sus actos hayan sido tan irresponsable, ilegales e ilegítimos, como los de Maduro, Diosdado, Reverol, y todo aquél combo promotor de este modelo. Que, a estas alturas, consideraré estar de más nombrar cada uno de ellos.

Chávez dejó un legado de miseria, hambre, pobreza y crisis, y lo dejó a cargo de Nicolás Maduro, que lo ha conservado muy bien. El Plan de la Patria se ha cumplido al pie de la letra y la Constitución de 1999 lo ha permitido a la perfección, pero algunas cosas se han salido de control, necesitan otra Constitución.

Necesitan una Constitución que de una vez por todas les de bases legales a la tiranía, que permita la imposición total del Comunismo en Venezuela, y eso es lo que Nicolás Maduro propone hoy, formalizar la Dictadura criminal, mafiosa y militarista, pero, además, se formalice el Comunismo, aunque parezca redundar.

Aquí hay un modelo continuado, un modelo que vive y se sostiene de la crisis, el caos y la miseria. Aquí no hay nada «mal hecho, fuera de control o torpeza», aquí hay lineamientos bien cumplidos. Son 18 años en el poder, absolutamente nada es casual.

La Constituyente es un fraude, así como siempre lo ha sido el modelo Socialista/Comunista, como lo fue Hugo Chávez y como lo es Nicolás Maduro y este régimen. No sólo es fraude en términos jurídicos o políticos, también lo es en términos existenciales, éticos y morales.

Es un fraude al imponer por quién votar, es un fraude porque decide quién votará, es un fraude porque destruye el pluralismo político, es un fraude porque legaliza la violación a los derechos humanos; pero lo más peligroso, es un fraude, porque exterminaría lo que queda de la República, llevándonos al estado comunal, es decir, se aprobaría la esclavitud de nuevo, en pleno siglo XXI.

Por ello, es imperante mantenernos en resistencia, en desobediencia y en rebeldía contra cualquier vía que intente el Dictador sólo para terminar de esclavizarnos, no lo pueden lograr; sin duda cada vez somos más los que desde cada espacio posible actuamos en defensa de la Libertad.

De eso se trata; no es salvar la actual Constitución, es salvar la República, es impostergable que todos nos unamos a la lucha.
Resiste, Venezuela. Llegó la hora de la Libertad.

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