¿Un empujoncito?
Expresión Progresista

Silencioso y lleno de incertidumbre es el amanecer venezolano, donde las noticias más creíbles pueden ser del Chigüire Bipolar y las más ficticias de la prensa común. Entre rumores y descalificaciones transitamos, sin ninguna teoría confirmada, la situación nos ha vuelto paranoicos, ¿y quién puede culparnos? Helicópteros, ocupaciones a la Asamblea, cajas del CNE sin confirmar su contenido, militares recibiendo honores por sus goriladas, entrega de documento a una institución que se desconoce con el art 350… una semana difícil.

El complejo terreno en el cual nos encontramos tiene desequilibrado a más de uno, y a otros adormecidos sin aceptar la realidad. Venezuela anhela un fin a esta situación, y es lamentable decir que no será de la noche a la mañana. La lucha se torna más ardua cada día, la palabra “resistencia” cobra mayor valor,  y nuevos líderes surgen en las pequeñas –pero grandes- trincheras.

Las zonas populares despertaron, y cada día más cerca de Miraflores –el tan añorado Miraflores-, la falta de gas doméstico, de comida y la profunda repugnancia que sienten los venezolanos por la represión descomunal, encendieron la llama que se propaga desde Lidice hasta Caricuao. La Pastora despierta poco a poco, solo necesita un empujoncito… no como el del Coronel Lugo a Borges, ¡No! Ese puede ser mostrado para la lucha contra el bullying.

Las zonas del oeste de Caracas son las más descontentas con el supuesto “legado”, se sienten traicionadas, y no han logrado demostrar su descontento de manera exponencial por estar más expuestas a las agresiones de los colectivos. Sin embargo, los últimos días observamos como Caricuao, Los Altos de Lidice y Ruiz Pineda hicieron frente con protestas espontaneas. Imagínense si esas protestas poseyeran una estrategia elaborada… otro gallo cantara.

Siempre recuerdo esta frase de Albert Einstein: locura es hacer lo mismo una vez tras otra y esperar resultados diferentes. La recuerdo porque nos veo atrapados en un círculo vicioso de estrategias estériles que se contradicen día tras día. La política nacional no es un centro de estudiantes. Créanme cuando digo que soy uno de los que más desea  que este Gobierno se vaya, pero comprendo que solo no se irá, necesita de una ofensiva capaz de desarticular sus planes, y unidos, solo unidos lo lograremos. Ya es momento de que entiendan que la lucha es por Venezuela y no por cuotas de poder que jamás serán alcanzadas con esta dictadura.

Llegó el momento de avanzar, y solo con organización podremos alcanzar nuestra libertad. Unidos venceremos. ¡Viva Venezuela!

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