Venezuela está desesperada y necesita un liderazgo valiente, coherente y consistente
Editorial #398 – Dos dedos de frente
Quizá la noticia más importante en la última semana haya sido la contundente declaración del alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en la que no solamente muestra su preocupación por la crítica situación alimentaria en el país, sino también por las graves violaciones a las libertades más básicas de los venezolanos.
Zeid Ra’ad Al Hussein fue tajante al afirmar que «la libertad de expresión, opinión, asociación y asamblea pacífica están siendo reprimidas y severamente restringidas. Estoy seriamente preocupado porque en este contexto no se cumplen de ninguna manera las mínimas condiciones para unas elecciones libres y creíbles».
El hecho de que se haya referido explícitamente a la no existencia de condiciones para participar en la farsa electoral convocada para el 20 de mayo, es un mensaje poderoso no solamente para algunos actores locales que todavía coquetean con prestarse a esa farsa, sino también para la comunidad internacional, que ya ha anunciado que no reconocerá los resultados de ese proceso.
Pocas horas después de las declaraciones de Zeid, la Cruz Roja emitió un comunicado en el que alerta sobre la “difícil situación” que atraviesa el país en cuanto a la adquisición de medicamentos e insumos médicos, y en un tono casi de ruego, ofrece solicitar donaciones por parte de las diferentes Sociedades Nacionales a nivel internacional para distribuirlos “en sintonía y con la aprobación” de las autoridades competentes.
Vale la pena mencionar que esta noticia sale el mismo día en el que el diario La Nación de Argentina publicaba un extenso trabajo sobre la escasez en Venezuela, en el que informaba que “en los últimos años, los medicamentos, desde antibióticos hasta drogas de quimioterapia, se volvieron cada vez más escasos. Los hospitales públicos les piden a las familias de los pacientes que los abastezcan con sábanas y jeringas. Hace meses que los pacientes que padecen VIH no obtienen las drogas necesarias, y hay pacientes trasplantados que murieron por falta de los inmunosupresores necesarios después de la operación”.
La dramática situación en el sector salud llega ahora a un límite inimaginable: existe escasez incluso de uno de los suministros médicos más básicos: la sangre. Según expertos, el problema no es tanto la falta de donantes como la escasez de los siete reactivos que detectan infecciones en la sangre donada.
Mientras el colapso del país se acelera y el gobierno vive a pleno su “fiesta electoral” en su realidad paralela, la MUD sigue atrapada en su propio laberinto. Con el único fin de mantener su vigencia –la cual perdieron justamente por su incoherencia e inconsistencia- ahora se reciclan en una nueva plataforma que llaman el Frente Amplio que tiene una falla de origen: es tan estrecho que la mayoría son las mismas caras de siempre y muestra muy poca renovación y apertura a ideas y pensamientos distintos. Así, por muy buenas intenciones que tenga, es difícil augurarle un destino diferente al que en su momento tuvieron la Coordinadora Democrática y luego la MUD.
Venezuela está desesperada y más que a los mismos personajes de siempre agrupados en un nuevo frente, necesita un liderazgo valiente, coherente y consistente que vaya de frente.
Y que también tenga dos dedos de frente.
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