La tragedia de este pueblo se está escribiendo en estas horas
Editorial #399 – Nuestra historia
Daniel Alarcón es un peruano de 40 años, creador y director de “Radio Ambulante”, un programa en versión podcast –muy a tono con la comunicación en la era de las nuevas tecnologías- que tiene más de 450.000 oyentes cada mes.
“Radio Ambulante” está lleno de historias cortas, muy interesantes, que ha sabido ganarse la atención de una gran audiencia no solo en Perú, sino también en toda Latinoamérica. Su fama se hizo internacional en 2014, cuando obtuvieron el Premio Gabriel García Márquez de Periodismo en la categoría de Innovación.
Alarcón cuenta que tienen “en cada momento entre 6 y 15 historias en proceso, historias de Venezuela, de México, Chile, Perú, EEUU, Brasil, Guatemala, Honduras… es un privilegio, porque uno está con una mirada muy regional, conociendo historias de muchos países”.
A pesar de la cantidad y diversidad de contenido que “Radio Ambulante” recibe, su director no duda en afirmar que “la historia para mí en Sudamérica es Venezuela porque no es solo lo que está pasando en Venezuela, sino la diáspora venezolana”.
Quizá se quede corto: el drama de los venezolanos que padecen todo tipo de penurias en su tierra y lejos de ella, se ha convertido en noticia en los lugares más recónditos del mundo. En la región, es objeto de cobertura y análisis diario.
La crisis venezolana es motivo de una constante y creciente preocupación. A pesar de haber ignorado durante años lo que se estaba gestando en el país, hoy los países de la región ya no pueden desconocer el colapso de Venezuela. El drama ha tocado su puerta y ha entrado a su casa. Ya es un problema compartido.
Una de las frases de Daniel Alarcón sobre el tema que más llama la atención es cuando afirma que muchos venezolanos le dicen que “no sabemos cómo ser inmigrantes, tenemos que aprender”. Tiene razón: de todos los países de la región, los venezolanos deben ser los menos acostumbrados a escapar de su país. Mientras en las décadas de los 60, 70 y 80 del siglo pasado, países como Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y otros, enfrentaban feroces dictaduras militares y crisis económicas, Venezuela era un reducto de democracia, estabilidad e incluso bonanza.
Es por eso que el país no solo era un espacio seguro para sus ciudadanos, sino también un destino anhelado por muchos otros en la región e incluso de países de Europa que atravesaban momentos también difíciles post Segunda Guerra Mundial.
Hoy la realidad es muy diferente. Mientras el mundo ha avanzado en lo relacionado a los derechos de las personas, los principios democráticos y las libertades de todo tipo, Venezuela atraviesa la peor crisis económica, política, social y humana de su historia. Una realidad que ha obligado en los últimos años a más de cuatro millones de venezolanos a buscar un mejor destino en otras latitudes. Una cifra brutal que se incrementa cada día que pasa.
La tragedia de este pueblo, que hace no mucho le abrió sus brazos a millones y que hoy clama por su ayuda, se está escribiendo en estas horas y su final dependerá no solo de los venezolanos, sino también de todos sus hermanos latinoamericanos.
Es por eso que la historia de Venezuela es hoy la historia de toda la región y debemos escribirla juntos y solidarios.
Porque es también nuestra historia.
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