Los Carros de Hitler, 1era parte: El Mercedes G4

El pasado 20 de abril pasado se cumple aniversario del nacimiento de Adolfo Hitler, no tengo que entrar en detalles con relación al personaje y su importancia en la historia, lo que si quiero detallar en estos párrafos, aprovechando la fecha, es la historia de los automóviles que utilizaba estando en el poder en Alemania, ahora bien, en cualquier cantidad de videos, en documentales relacionados con la Segunda Guerra Mundial, hemos visto ese inmenso e imponente carro, pero pocos son los que realmente lo conocen. De hecho, el tema de los “carros de Hitler” se toca pero de forma discreta quizás por el tema ideológico o por un tema de rectitud política, aunque resulta curioso que del comunismo, que no es santo, se habla con más libertad. Lo cierto es que con estas líneas podremos tener una mejor idea de cómo eran los carros que utilizó Adolfo Hitler al llegar al poder.

Mercedes G1 (W103), el principio de todo

Alemania, luego de la 1era Guerra Mundial (1914-1918), tiene severas prohibiciones impuestas arbitrariamente por los aliados, entre ellas está la prohibición de tener unas Fuerzas Armadas convencionales, eliminando la Aviación, la flota sub-marina y los blindados. Además, las Fuerzas Armadas quedan eliminadas y sólo pueden tener un cuerpo de defensa que no supere los 100.000 hombres. Pero los alemanes no se quedan quietos y en septiembre de 1919 el gobierno de Weimar crea la “Übergangsheer(Ejército Transitorio) y éste evolucionaría hasta convertirse en enero de 1921 en la Reichswehr. A mediados de los 20 comienza una iniciativa del nuevo cuerpo militar para rearmarse. De hecho, mediante un acuerdo con la URSS los soldados y oficiales alemanes desarrollaron y estudiaron nuevas tácticas y estrategias en ese país. Esta nueva iniciativa  implicaba adquirir nuevos vehículos de transporte, así como de patrullaje y reconocimiento y, como toda la operación se hizo en secreto y además no se podía importar nada de otros países, el Reichswehr hace el pedido a las diversas empresas automotrices alemanas para que desarrollen vehículos con las capacidades que antes menciono.

Mercedes G1, prototipo de 1926.

Daimler- Benz presenta en 1926 el Mercedes G1, la abreviatura de “Gländewagen1 (Vehículo Todoterreno 1), un prototipo de vehículo con 6 ruedas, equipado con un motor de 6 cilindros en línea, de 3 litros y una potencia de 50 Hp. Además tiene una transmisión  manual no sincronizada de 5 velocidades y la potencia se transmitía desde la caja a las 4 ruedas traseras. El vehículo, con una capacidad de 6 soldados (Conductor + 5 soldados) fue probado tanto en Alemania como en la URSS, en donde se estaban formando nuevamente las tropas alemanas, se condujo en la mayor cantidad de terrenos disponibles para probar sus capacidades. Lamentablemente, el pedido del Reichswehr apuntaba a los fabricantes que pudieran participar y además de Daimler-Benz, participaba Horch y Selve, un fabricante más pequeño y ya extinto. Al final los militares decidieron a favor de los camiones de Horch.

Esta decisión condenó (por lo menos temporalmente) al concepto del vehículo utilitario de 6 ruedas. Sólo 7 prototipos se fabricaron entre 1926 y 1928 que luego fueron desmantelados, ya que la materia prima en aquella época escaseaba. No fue el momento idóneo para ese proyecto, pero en Daimler Benz no se dan por vencidos y simplemente lo engavetan, esperando otra oportunidad.

El G4, el G1 mejorado

Para 1934 las cosas en Alemania han cambiado, Hitler Asumía el cargo de Canciller en 1933, los ánimos en Alemania mejoran y un sentido de optimismo reina en el país. Con ese ambiente, Mercedes decide desarrollar y presentar una versión mejorada del G1 a un ejército muy diferente al de 1926, que desde 1933 va encaminado en un proceso de expansión que lo llevará a la creación formal y pública de .la Wehrmacht (Fuerza de Defensa). El nuevo vehículo será llamado G4 y usará el código interno W34.

Mercedes G4 de 1934.

El nuevo automóvil usa un motor más grande y más potente, ahora tiene un motor de 8 cilindros en línea de 5 Lts y 100hp, de hecho es un motor similar al que usaría el Mercedes 540K. Al motor le acompaña una transmisión manual ZF-Aphon de 4 velocidades que, al igual que el G1, transmite la potencia al suelo a través de las 4 ruedas traseras y sus cauchos de todo terreno permiten al vehículo entrar y salir de vías accidentadas con relativa facilidad. Esta combinación mecánica podía llevar a este gigante de 4.4 toneladas a una velocidad máxima de 67 Km/h. ¿La razón?… El nuevo automóvil se aleja del concepto utilitario para pasar a ser un automóvil destinado a la oficialidad, se trata de un automóvil perfecto para desfiles militares o para cuando el alto mando está en inspección durante maniobras militares. Afortunadamente el nuevo automóvil gusta a la oficialidad alemana, pero más que a nadie, a los jerarcas del Partido Nazi y a las SS, a quienes se les entregan las primeras unidades. Once G4 son vendidos de los 18 producidos, 9 en 1934, 8 en 1935 y 1 en 1936. Para 1937 Daimler-Benz presenta una nueva versión del motor con una cilindrada mayor, el motor pasa de 5 a 5.2 litros y la potencia aumenta de 100 a 115Hp, aunque la velocidad máxima se mantiene. De esta versión, que se produce con estas características durante 2 años, se producen sólo 6 unidades, la versión menos producida, 6 en 1937.

El Mercedes G4 de 1937 usado por Hitler en el desfile triunfal de la anexión austriaca a Alemania.

Precisamente el hecho de que a Hitler le gustara, hizo que la producción del G 4 se mantuviera por 2 años hasta 1939. De hecho, para el año anterior, Daimler-Benz presenta otra versión con un motor diferente, en ésta ocasión con 8 cilindros en línea pero con menor cilindrada, 5.4 lts y menor potencia. Ahora el G4 arrojaba unos 110Hp., manteniendo la misma velocidad máxima. Este modelo será el más producido. De hecho entre las escenas de Hitler desfilando a bordo del G4 y que la Cancillería había comprado ya 6 ejemplares, la producción total de la serie 38 y 39 es de 16 unidades en 1938, de las en 1938, de los cuales 6 serán entregados a la Cancillería del Reich y entregados a diversos personeros del Reich.

Hitler será asiduo usuario de estos automóviles. De hecho, las imágenes más frecuentes son durante los desfiles celebrando la anexión alemana de Austria y la toma del resto de Checoslovaquia, Hitler era bastante enfático en el hecho de que los G4 estuvieran a disposición de Hitler para desfiles posteriores a una campaña militar en la que los alemanes resultaran victoriosos. Por ese motivo también sería usado por el dictador alemán en su desfile triunfal en París. De hecho, de los 6 entregados a la Cancillería del Reich, 2 eran unidades especialmente hechas y ambas con carrocería completa y techo duro: una era una especie de furgón cerrado apodado “Kastenwagen”, usado para llevar el equipaje de Hitler en viajes por tierra y que, además, podía convertirse en ambulancia; la otra era una unidad con equipo de radio para comunicaciones. El hecho de que las 6 unidades antes mencionadas se vendieran a la Cancillería del Reich y que se viera Hitler en los desfiles militares a bordo del G4, hizo que el último año del G (1939) fuera el de mayor producción, con un total de 32 unidades hechas y 30 vendidas.

Mercedes G4 “Kastennwagen” vehículo de carga usado para el traslado del equipaje de Hitler, también podía convertirse en ambulancia.

La producción del G4 (W31) finaliza en 1939, mismo año en que Alemania invade Polonia, dando así inicio a la Segunda Guerra Mundial. Aunque la inmensa mayoría de las fuentes hablan de una producción total de 57 unidades, el escritor y especializado en estos vehículos, Werner Oswald, habla de un total de 72 unidades producidas, lo que me lleva a inferir que la diferencia entre 57 y 72 (15) corresponde a unidades de pruebas previas a la entrega, pre-producción o prototipos y que las 57 no son unidades producidas sino entregadas. Pero, más allá de la producción, su uso en la guerra tuvo un resultado devastador para la Historia Automotriz.

Estos vehículos estaban concebidos con la finalidad de transportar a oficiales del más alto rango en desfiles y demás eventos protocolares, sin embargo con la llegada de la Segunda Guerra Mundial, muchos de estos carros fueron parte del equipo enviado a las diferentes campañas militares alemanas, muchos de ellos terminaron siendo vehículos de escolta, para lo cual se podían instalar, de ser necesario, un par de ametralladoras, o unas MG34 o unas MG42: una se podía montar detrás del asiento del conductor viendo hacia adelante y la otra viendo hacia atrás iba justo detrás del último asiento del vehículo. Lo cierto es que por pomposo que fuera y por muy imponente que se mostrara, en combate resultó ser pesado y muy poco eficiente, razón por la cual la inmensa mayoría de las unidades producidas y vendidas terminaron destruidas en combate y en la actualidad Daimler-Benz sólo reconoce 3 sobrevivientes originales de la versión cabriolet así como las 2 versiones de techo duro, tanto la equipada con radio como la “furgón”; de hecho, se pusieron a la venta con otro G4 W31 que algunos adjudican a Hitler, aunque no se ha comprobado. Uno de los ejemplares, el que usó Hitler en el desfile de la anexión de Austria y Checoslovaquia, está preservado y exhibido en el Museo Técnico y Automotriz de Sinsheim, el segundo está en Estados Unidos y el tercero (el que en mejor estado de preservación está) pertenece al Estado Español.

El de Franco, de todos, el mejor preservado

Hitler solía obsequiar automóviles a otros gobernantes, bien sea como gestos diplomáticos o como forma de captar nuevas amistades o alianzas: la Casa Imperial Japonesa, la Casa Real Noruega, la Casa Real Iraní o la Casa Real Egipcia, son algunos ejemplos de estados que recibieron automóviles del más alto lujo de manos de la Cancillería del Reich, pero de este modelo sólo se regalaron a 2 países: la Italia Fascista de Mussolini y la España de Fascista de Francisco Franco, el ejemplar que vemos en la portada y al cual me referiré brevemente.

Franco en su nueva adquisición en 1939.

El carro es el número de chasis 440.881 y es un automóvil que salió de la fábrica en 1939. La entrega se produce a través del Embajador de Alemania en España Eberhard Von Stohrer, quien recibe el automóvil en Barcelona el 16 enero de 1940 y lo entrega al General Francisco Franco. No se tiene detalles sobre el uso del G4 por parte de Franco, salvo por una visita oficial que hizo a Ciudad Real, al sur de Madrid, la cual hizo a bordo del G4 y posteriormente, lo usó en sus jornadas de pesca y de cacería. Con el final de la guerra en 1945, la de Franco era la única dictadura fascista que quedaba en Europa y con la intención de tratar de acoplarse al nuevo orden, el uso del automóvil quedó totalmente relegado a las faenas de caza y pesca, aunque se rumora que, cuando el Presidente Eisenhower visitó España, Franco lo llevó a la Embajada de Estados Unidos en el G4, aunque no se tienen detalles, ni evidencia, eso sin contar que las fotos del presidente estadounidense son a bordo del Lincoln Cosmopolitan.

Lo cierto es que tanto el G4 como la limosina Mercedes 770 K que Franco también recibió de Hitler, se quedaron en un rincón del garaje y afortunadamente el mantenimiento rutinario de los mecánicos de la Guardia Real (3 o 4 revisiones al año)  mantuvo con vida al gigante de 6 ruedas. Con la llegada de la democracia española el carro pasó a ser propiedad de la Casa Real Española y para ese momento ya era una pieza súper altamente cotizada, a tal punto que la misma familia Franco reclamó en tribunales el carro como parte de la herencia, sin éxito. Para la década de los 80, Daimler-Benz ofrece incluso un cheque en blanco por el carro de Franco, pero la Oficina de Patrimonio Nacional rechaza la oferta y en cambio, firma un convenio con el fabricante alemán para hacer el trabajo de restauración por parte del Mercedes-Benz Classic Center. Lo mismo pasaría por cierto con el 770K que antes menciono. En septiembre de 2001, un convoy con escolta armada sale de Madrid hacia la frontera francesa y de ahí a Fellbach, cerca de Stuttgart, en donde Mercedes-Benz Classics Center tiene su sede. Allí se desarmó todo el vehículo y comenzó un proceso exhaustivo de restauración.

 

El G4 de franco durante su restauración por Mercedes-Benz Classics.

Los frenos fueron reparados, la parte eléctrica fue hecha nuevamente, cada botón, cada función del carro fue revisada y puesta en funcionamiento nuevamente si estaba dañada, incluso el radio de tubo fue puesto de nuevo en funcionamiento. Para diciembre de 2004 el trabajo finalizó y aunque en Daimler-Benz se tomaron su tiempo, el trabajo de restauración resultó en buena parte de “mantenimiento mayor”, el monto total del trabajo: 300.000 Euros, pagado por Daimler-Benz como regalo a la Casa Real Española.

La saga del 6 ruedas sigue

Hoy en día, Daimler-.Benz tiene el mérito de ser el único fabricante automotriz en hacer vehículos comerciales de 6 ruedas, en esta ocasión con el AMG G63 que, aunque al igual que su padre el G4 y su abuelo el G1, nacen de un pedido militar (Australia en el caso del G63), si tiene la tracción en las 6 ruedas. Además sigue siendo un vehículo producido en cantidades limitadas y por un tiempo bastante reducido, por lo que en términos de exclusividad, todavía hay elementos que convierten al G63 en sucesor del G4.

Más allá de las personas que lo utilizaron (tema que no tocaré aquí), es de vital importancia dejar un tanto de lado la rectitud política y hablar cada vez más de estos impresionantes e interesantes automóviles, en aras de alimentar una historia automotriz con vehículos como éste, que poco se conocen.

 

En la próxima entrega estaremos revisando la historia de otro de los automóviles más utilizados por Adolfo Hitler, un modelo de automóvil que por cierto, no sólo usó el dictador alemán, Reyes, otros dictadores y hasta un papa usaron uno de éstos, pendientes, eso saldrá en la edición de la semana que viene.

Michel Rodríguez
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