Venezuela: Un país de derrames

Trabajador en labores de saneamiento de laguna. Año 2016 Venezuela

Mis tres años de experiencia laboral los desempeñe como supervisor ambiental en actividades de control de derrames y producción en la industria petrolera, en esta rama, la labor del supervisor ambiental es minimizar los impactos negativos sobre las variables ambientales en el desarrollo de la actividad productiva, es decir, mantener lo más inalterable posible las dinámicas naturales de los ecosistemas, poblaciones animales, vegetales y humanas cercanas al lugar de trabajo.

En la extracción, almacenamiento, manipulación y transporte del petróleo se deben evitar los derrames, ya que de ocurrir, generan pérdidas del material que no podrán ser procesados ni vendido y gastos por remediación y recuperación de los ecosistemas alterados, también dependiendo de la magnitud del accidente, gastos de compensación por daños ambientales a trabajadores y poblaciones cercanas.

Aunque lo ideal es no derramar ni una gota de petróleo, este proceso productivo es sumamente dinámico y pueden ocurrir pequeños derrames, pero existen medidas preventivas para evitar o minimizar el daño que tienen sobre el ambiente.

Venezuela por ser productor petrolero no escapa de los riesgos ambientales que trae consigo la explotación, pero pueden minimizarse adoptando medidas a nivel de equipos, instalaciones, procesos y trabajadores, que lamentablemente y a mi criterio, las actualmente implementadas en el país son insuficientes.

Si existen medidas para controlar derrames, cuando se entran a instalaciones petroleras se pueden observar algunas estructuras diseñadas para controlarlos, pero suele ocurrir que no se les realice mantenimiento, lo mismo pasa con los equipos. Los mantenimientos preventivos son necesarios para asegurar la integridad de las instalaciones, la seguridad en las condiciones de trabajo y evitar derrames.

Muchos tanques y fosas usados para almacenar sustancias peligrosas no cuentan con los respectivos muros que contengan los fluidos si llegan a desbordarse. Tampoco se prevé que las sustancias al derramarse accidentalmente entren en contacto con el suelo corra con la pendiente hasta cursos de agua o se infiltre a través de él.

Otro gran problema es la débil preparación de los trabajadores que manipulan el petróleo, pocas empresas se preocupan por capacitarlos en manipulación de sustancias peligrosas, por tal motivo, no saben cómo reaccionar ante derrames y cómo contenerlos de manera efectiva.

Estos son solo algunos de muchos problemas y todos podrían ser mejor atendidos, pero la escasa cultura ambiental del venezolano lo lleva a ver la gestión de riesgos ambientales como un gasto en vez de una inversión, y solo logran ver su importancia cuando ocurre algún accidente y contrastan los gastos de reparación contra los de prevención.

Les dejo algunas imágenes de mi trabajo en las que pueden observar derrames que tuve que atender, también otras sobre medidas preventivas que aplican en Colombia, que me las facilitó un amigo que se encuentra actualmente trabajando en ese país.

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Guayoyo en Letras