Rolls Royce Silver Shadow: De ser la 1era burbuja automotriz a sobreviviente
Esta es la historia de una burbuja automotriz, aunque sin intención. Es la historia de un ícono de la tecnología automotriz inglesa de mediados de los 60, es la historia de un sobreviviente, la historia de un carro multicultural. En fin, es la historia de un automóvil que dejó su marca en la historia automotriz, un carro moderno y vanguardista que, por necesidad, fue hecho por una empresa que invertía en mantenerse tradicional y hasta anticuada y que pasó de ser un ícono moderno de exclusividad y lujo para convertirse en un sobreviviente, en una pieza interesante de colección que incluso algunos toman como su primer clásico.
La tradición de Rolls Royce
Desde sus inicios, Rolls Royce siempre apunto a los clientes más exclusivos, casi todas las casas reales o gobiernos de Europa tenían al menos un R.R. en su flota, curiosamente la casa real inglesa se sumó a esta lista tarde, cuando en 1952 la Reina Isabel II llega al trono, antes de ella los automóviles usados eran de marca Daimler.
Lo cierto es que la supremacía de Rolls Royce en era total y su clientela era básicamente compuesta por nobles, monarcas, presidentes, y unos pocos industriales. Hasta países comunistas cayeron en el encanto de un Rolls. Pero a medida que la sociedad inglesa iba evolucionando después de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), en la empresa automotriz con sede en Crewe, se percataron de que el perfil de los nuevos clientes había cambiado, a los nobles, reyes y gobernantes que compraban Rolls Royce se sumaban una nueva clase rica emergente, compuesta de empresarios, magnates, músicos y artistas en general, que deseaban tener un automóvil no menos lujoso, pero que se alejara de la imagen sobria y protocolar que los clásicos modelos de la marca inspiraban, algunos incluso deseaban conducir ellos mismos sus carros, algo quizás contradictorio para el único fabricante automotriz del mundo con escuela para choferes. Con el tiempo quedó claro que mantenerse anticuados ya no era tan rentable.
El ultimo modelos que R.R. presentó era el Silver Cloud, que se produjo entre 1955 y 1964, era un tanto más moderno que los modelos anteriores, pero mantenía esa línea muy similar a las grandes y ostentosas limosinas de finales de los 30 y finales de los 40, además de su construcción era básica, un chasis y una carrocería como piezas separadas, ya incluso para la época de su salida al mercado (1955), era obsoleto, a{un así había logrado por un tiempo más adaptarse a los deseos de su mercado con diseños de carrocerías más estilizadas hechas por carroceros como James Young o Mulliners. Pero los tiempos cambiaban y estaba claro, Rolls Royce “O corre o se encarama”.
El proyecto Burma/Java/Silver Mist
A inicios de los 60, hubo un acercamiento entre Rolls Royce y la British Motor Corporation (BMC), con la intención de explorar la idea de hacer trabajos en conjunto que permitieran elevar el perfil de los automóviles de lujo de BMC. R.R. aportaría sus conocimientos en cuanto a lujo, mientras que BMC aportaría las plantas motrices y chasis, los diseños se harían en conjunto. En enero de 1961 se anuncia el inicio del trabajo en conjunto, BMC saca provecho con modelos como el Princess 1100 R. Rolls Royce decide que para este trabajo en conjunto utilizará la marca Bentley, el plan es evaluar la posibilidad de producir un Bentley económico y en masa como introducción de un Rolls Royce más moderno de Hubo otros proyectos como el proyecto ADO53 llamado Bentley Java, cuyo prototipo llamado 71-B rueda en marzo de 1962 y que parecía más bien un Vanden Plass 3 litros con un motor de 6 cil. de Rolls Royce.
Otro prototipo llamado “Java 72-B” rueda en octubre de 1962, pero luego de un mes se suspende el proyecto, pero sobre ese prototipo se crea la posibilidad de un nuevo Rolls Royce apodado “Burma”. Otro proyecto que ayudó al desarrollo del Silver Shadow fue el BMC Bengal, sobre el cual Rolls Royce trabajaba en su versión que llamaron internamente “Rangoon”. Toda ésta etapa sería una interesante escuela para Rolls Roce, que para finales de 1963 tenía ya un carro concebido que se ajustaba a las necesidades de sus nuevos clientes, el Jefe de Ingenieros de la empresa, John Polwele Blatchley, desarrolla el nuevo automóvil tomando lo aprendido del trabajo con BMC.
Luego de 60 años, Rolls Royce renunciaba al concepto de carrocería y chasis separados y decide reinventarse creando un carro con carrocería unitaria, dando así la gran ventaja de brindar más espacio en el interior del carro y en el maletero, mientras que en el exterior, el nuevo Rolls Royce “Silver Mist” lucía modernas y estilizadas líneas con una carrocería mucho más baja de lo que normalmente eran los Rolls Royce. Otra novedad en el nuevo automóvil era el uso de frenos de disco en sustitución de los de tambor, tenía también una nueva suspensión hidroneumática, cuya licencia había sido comprada a Citroën, la suspensión incluía un sistema hidráulico de auto nivelación que se extendía a la parte trasera y que además era independiente, era el primer R.R. con suspensión trasera independiente.
Por si todo esto no era suficiente, era el primer Rolls Royce con mandos eléctricos: vidrios, seguros, radio, asientos que se movían en varias posiciones y hasta la puerta del surtidor de gasolina se abría de forma eléctrica.
El Silver Shadow
Así se decide llamar el carro, luego de que en las oficinas de la empresa en Crewe se percatan de la palabra Mist en alemán significa estiércol. El nuevo Silver Shadow debuta en el Auto Show de París en octubre de 1965. Opacando a varios carros del momento, el Silver Shadow representaba lo más novedoso, la punta de lanza de la industria automotriz inglesa.
El nuevo carro era además el primer R.R. con un motor V8, una máquina de 6.2 litros, con cabezas de cilindros de aluminio, que generaban una potencia de unos 172hp., aunque éste motor se reemplazaría en 1969 con un nuevo motor V8 de 6.7 lts. Al motor le acompañaba una caja automática Hydramatic (de General Motors) de 4 velocidades, mientras que a la versión de exportación se le colocaban una caja automática TH400 de 3 velocidades, que luego pasaría a ser standard en todas las versiones. La velocidad…eso es algo que Rolls Royce no considera importante, de hecho tampoco la potencia, a esas preguntas R.R. decía que el Silver Shadow tenía una potencia “suficiente” y que su velocidad máxima también era la “suficiente”.
Para R.R. la victoria más grande era ofrece un automóvil con una conducción tan suave como para dar la sensación de que se maneja una nube. Si eras empleado de Rolls Royce y decías palabras como “velocidad”, “agarre” o “deportivo” tenías un despido garantizado. A la versión de 4 puertas se suma en 1966 una versión coupe hecha por el taller Mulliners – Park Ward y James Young y en 1967 se incorpora una versión convertible de 2 puertas que a partir de 1971 se llamará Corniche.
La burbuja Silver Shadow
El Silver Shadow se convirtió en un extraño e interesante fenómeno digno de estudio por parte de más de un mercadólogo ¿Por qué? Sencillo: porque es la única vez (hasta donde sé) que en el ámbito automotriz alguien afirma que “hay demasiados”.
La verdad es que Rolls Royce no estaba familiarizada con el concepto de producción en masa, nunca tuvo esa necesidad porque le iba magníficamente bien siendo exclusivo, aunque quizás BMC no hubiera sido la mejor escuela para aprender de producción de carros en masa, algo pudieron haber captado, pero no sé si o no era su interés o lo que captaron no era lo acertado, lo cierto es que la producción del Solver Shadow no lograba cumplir con la demanda tan grande que tenía un carro que si bien no era barato, era más económico que los Rolls Royce anteriores, aunque no puedo dejar de decir que costaba el equivalente a 2 veces el precio de una casa promedio en la Inglaterra de los 60. Lo positivo de esto es que tal como se pronosticó en las oficinas de la empresa en Crewe, llegó una inmensa oleada de nuevos ricos ávidos por uno de éstos, todo el que tenía dinero podía comprar uno, jefes de Estados y de Gobierno, artistas, emprendedores, empresarios, industriales, fotógrafos, pero también narcotraficantes, traficantes de armas y demás delincuentes de “cuello blanco”, incluso el productor de Champagne Krug ordenó una versión Station Wagon para el despacho de su Champagne.
El desenfrenado deseo por uno de éstos hacía perfectamente posible comprar uno y venderlo inmediatamente, ganando de paso un jugoso margen de ganancia, a un mercado que estaba en una lista de espera de hasta 2 años para poder comprar un Silver Shadow. La demanda era tan grande y sólida que se mantuvo a pesar de varios aumentos de precios generados por el aumento de la inflación, los costos de producción y los márgenes de ganancia de la empresa.
Esto se traduce en que el Silver Shadow se convirtió en el automóvil más producido de Rolls Royce, con 30.057 carros producidos, 24.412modelos regulares, más otros 4915 de chasis extendido, otros 1693 coupes y 5665 convertibles producidos en la planta. De repente simplemente habían demasiado Silver Shadows a disposición de todos y entre eso y las re-ventas, el mercado de carros de segunda mano quedó plagado de Silver Shadows, lo que generó como consecuencia que los precios del Silver Shadow de segunda mano se fueran al piso, así cualquiera, literalmente cualquiera podía comprar un Silver Shadow. Llámenme loco, pero así explotaba la burbuja Silver Shadow.
Afortunadamente, ésta es quizás la única burbuja que luego de explotar no afectó a nadie desde la explosión de la primera burbuja, la de los tulipanes que explotó en febrero del 1637 en Holanda. En éste caso la única víctima fue el carro, no se trataba de quien compraba un Silver Shadow, se trataba de su poder adquisitivo porque contrario a la leyenda, un Rolls Royce si falla y si se accidenta si no tiene los cuidados apropiados y el problema era que si bien el precio de venta de un Shadow era prácticamente ridículo, los costes de mantenimiento no lo eran y de hecho, siguen sin serlo. Como consecuencia, esos Silver Shadow que antes habían plagado el mercado de 2da mano, ahora plagaba los depósitos de chatarra porque sus dueños no pudieron mantenerlos, sin embargo, una de las cualidades del Rolls Royce era que el carro a pesar de las fallas seguía rodando, eso permitió a unos un poco más optimistas a seguir usando sus Shadows de la forma que pudieran, lo que llevó a ver en las calles Silver Shadows en condiciones bastante cuestionables.
Los principales problemas que se generaban desde ese descuido forzado por no tener como mantenerlos erala corrosión en más de 10 puntos de la parte baja y media de la carrocería, fallos en el aire acondicionado, la suspensión y el sistema hidráulico, que eran además y siguen siendo hoy, los elementos más costosos de reparar.
El Silver Fénix
Pero si hay algo que tiene el Silver Shadow como todo buen Rolls Royce es que parecieran ser indestructibles, pero lo más importante, es que logran de alguna forma apelar a las mentes y corazones de más de uno que quería uno, por un lado Rolls Royce los seguía produciendo y los produjo hasta 1995, una segunda generación aparece en 1977 con mejoras en su motor, en los frenos, incorporaba ahora un sistema de inyección además de mejoras estéticas. Por otro lado, de toda esa gente que compró un Rolls Royce Silver Shadow a “precio de gallina flaca”, un pequeño grupo decidió formar parte de una minoría que se dedicó rigurosamente a mantener sus Silver Shadow, eso hizo que los pocos que estaban en buen estado de conservación se revalorizaran en precio y se tornara interesante para algunos coleccionistas, así el Shadow se convertía en un sobreviviente.
Poco a poco se comenzaron a ver de nuevo Silver Shadows en condiciones decentes, incluso algunos se comenzaron a utilizar como vehículo de alquiler para matrimonios y muchas otras personas han decidido incorporar uno a sus colecciones. Están también los más valientes que deciden entrar en el hobby de la colección de carros con un Shadow como primera pieza, sin dudas una operación de muchísimo cuidado, pero que si se lleva de esa forma resulta en una magnífica decisión. Hoy un Silver Shadow puede llegar a costar hasta el 30% del precio de una casa promedio en la Inglaterra de hoy.
Como un ave fénix, el Rolls Royce Silver Shadow ha resucitado de las entrañas del olvido y los depósitos de chatarra, fiel representante de la idiosincrasia inglesa, el Silver Shadow emerge del abandono con dignidad, como sino hubiese pasado nada sigue siendo un carro costoso si no se cuida como es debido, pero se está tornando en un objeto de culto, bien sea en sus condiciones originales o modificados.
No puedo dejar de mencionar el hecho de que sus actuales dueños son personas comunes sin nada que los distinga por encima de otros, el Silver Shadow se ha convertido además en un icono multicultural, me atrevo incluso a citar al conocedor y presentador de TV británico James May que sobre el Silver Shadow decía que “Todo el mundo, sin importar edad, su género, su raza, creencia religiosa, tendencia política, clase social, ingreso, profesión, vestimenta o tendencia sexual, puede manejar uno de estos, simplemente no hay forma de que te veas mal manejando un Shad” Entre su fiabilidad mecánica, su aspecto y la interesante historia que interpreta, el Rolls Royce Silver Shadow es una pieza digna de admiración. No sé ustedes, pero yo tendría uno en mi garaje.
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