Venezuela no es hoy un país en crisis, es una crisis hecha país
Editorial #437 – 20 años fueron todo
Esta semana se cumplieron 20 años de ese 6 de diciembre de 1998, en el que Hugo Chávez fue elegido presidente de Venezuela. Dos décadas para la historia de una nación no suelen ser mucho, pero vaya que lo fueron para el país.
Hoy las consecuencias de ese grave error son evidentes. Pero la responsabilidad no es tanto de quienes ese día depositaron su confianza en Chávez, víctimas de sus mentiras y engaños, sino de quienes durante los años posteriores, por ingenuidad o complicidad, se hicieron parte de un sistema que destruyó la democracia, la república y el futuro.
Venezuela no es hoy un país en crisis, es una crisis hecha país. Es una tragedia económica, social, política, y también moral. Nunca antes en nuestra historia habíamos vivido una situación de miseria cultural, educativa y de valores similar.
Las noticias lo reflejan a diario. Algunas son incluso difíciles de creer, como la que en días pasados titulaba “Malandro amenazó con matar a jefa del CLAP si no le entregaba el pernil que prometió Maduro” o la que informaba que “Mujer le arrancó un dedo a otra en pelea por un pernil”. Todo en la misma semana, todo en el mismo país. Todo por un pernil.
Existen otros hechos que son tan públicos que el mundo entero los comenta, como la trágica muerte de Luis Valbuena y José Castillo, dos jóvenes, conocidos y exitosos beisbolistas de los Cardenales de Lara.
Su fallecimiento conmocionó al mundo del deporte, producto de un acto criminal de unos delincuentes que pusieron rocas a su paso para producir el choque de sus vehículos y luego robarles, una modalidad que se ha vuelto común desde hace años y que ha convertido a las carreteras del país en caminos de la muerte.
Esta es una desgracia que jamás puede ser calificada como “accidente”. Por eso, vimos con espanto las declaraciones del presidente de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional, Juan José Ávila, que en lugar de condenar el hecho y exigir que se dé con los autores, dijo que “si hubiesen viajado en autobús, esto no ocurriría”.
Su comentario causó inmediato repudio de la opinión pública, incluidos muchos de los peloteros que fueron compañeros de Valbuena y Castillo. La realidad es que el hecho y sus reacciones son solo síntomas de la podredumbre que existe en la dirigencia del país, sea ésta política, deportiva, artística o de cualquier tipo.
Ellos tampoco son un hecho aislado, son resultado del estado de descomposición en el que se encuentra todo. Una consecuencia de dos décadas de destrucción.
Algunos dicen que 20 años no son nada. Pero para nosotros, 20 años lo fueron todo.
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