La única manera de que el mal triunfe es que nosotros nos rindamos
Editorial #446 – Vamos con todo
Incluso en las horas más oscuras, cuando nos preguntaban por qué seguir luchando si parecía que no había salida para nuestra tragedia, no teníamos la menor duda en responder que era y es porque Venezuela vale la pena.
Son 20 años de una larga lucha, con un costo inmenso en términos de vidas y sufrimiento. El chavismo no solo ha saqueado al país, sino también ha arrasado con todo lo bueno que había en él, sus valores, sus principios y su esencia.
Es justamente por eso que rescatar a Venezuela no es una opción, es la obligación de nuestra generación. Nadie elige el destino que le toca, y a nosotros nos ha tocado la lucha más difícil en la historia de nuestra región.
Sin embargo, hoy no tenemos la menor duda: lo vamos a lograr, no hay vuelta atrás. La transición ya comenzó y es irreversible. ¿Por qué esta vez es diferente a otros momentos en los que también estuvimos cerca de alcanzar nuestra libertad, como en 2014 y 2017? Por una razón muy simple: nunca como antes todas las fuerzas están alineadas -la popular, la internacional y la institucional- con un solo objetivo: la salida del régimen.
Lo único que le queda a Maduro es un grupo de mafias, con recursos para el uso de la violencia sin ningún tipo de escrúpulos. No tengamos la menor duda, como lo vimos en Ureña y en San Antonio el sábado, van a usar todo lo que sea necesario para mantenerse aferrados al poder. Maduro y su régimen han decidido atrincherarse en Venezuela y, a esta altura, eso no debería sorprender a nadie.
Pero la única manera de que el mal triunfe es que nosotros nos rindamos o que el mundo nos abandone y nada de eso va a ocurrir. Sabemos que estamos muy cerca del final de esta pesadilla y la comunidad internacional ha comprendido de que hay que hacer todo lo necesario para salir de la mafia chavista, no solo por Venezuela sino por la estabilidad de toda la región.
Es verdad que hemos dado mucho, pero tenemos que darlo todo. El mundo también debe hacerlo. Urge terminar de derrotar a las peores mafias que hoy confluyen en Venezuela y comenzar, de una vez por todas, a construir una nación libre y próspera.
Hoy tenemos que sentirnos, además de orgullosos, también afortunados, porque no solo estamos viviendo algo histórico, sino también porque somos protagonistas de esta historia.
Y muy pronto vamos a escribir el final de una lucha decente y valiente.
Vamos con todo.
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