La única manera de salvar a Venezuela es salir de las mafias que la han secuestrado
Editorial #453 – Elecciones
La ruta planteada por el presidente (E) Juan Guaidó desde el momento que asumió conducir la transición en Venezuela era clara: cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres. La inmensa mayoría del país y el mundo le brindaron su respaldo.
Sabíamos que no iba a ser fácil y menos inmediata. Pero también estábamos convencidos de que no solo era la correcta, sino también irreversible. Como lo escribimos pocos días después de ese 23 de enero que marcó un nuevo hito en esta larga lucha: la única manera de no alcanzar el objetivo es que nos desviemos en el camino.
Por eso vemos con preocupación que en los últimos días la palabra “elecciones” ha empezado a tomar nuevamente fuerza en los mismos sectores de oposición que desde hace mucho colaboran con el régimen de Maduro.
El mismo presidente (E) Guaidó, en una asamblea con ciudadanos los primeros días de abril, cuando recordó los pasos a seguir, lo hizo en de esta manera: elecciones libres, cese de la usurpación y gobierno de transición. No preocupó mucho lo que pareció ser solo un lapsus hasta que más tarde esa misma noche, en entrevista por CNN en Español, volvió a hacerlo en el mismo orden modificado.
Las reacciones de la gente no se dejaron esperar, advirtiendo que de ninguna manera se puede tener unas elecciones verdaderamente libres con las mafias aún en el poder, y pocas horas después el discurso de Guaidó y sus voceros volvió al orden original.
Sin embargo, desde ese momento han sido varios los dirigentes de oposición y otros voceros del mismo sector que en el pasado le dieron oxígeno al régimen con “diálogos” y “elecciones”, que se han vuelto a activar planteando una ruta electoral como “salida” a la grave e inédita crisis que el país enfrenta.
El último de ellos, el exgobernador de Miranda y dos veces candidato presidencial, Henrique Capriles, que en una entrevista con RCN de Colombia el pasado jueves, incluso llegó a decir que “nosotros quisiéramos” tener unas elecciones en las que el candidato por el chavismo sea el mismo Nicolás Maduro.
Después de todo lo que vivimos en el país, de un régimen que ha saqueado y destruido todo, hasta la dignidad de las personas, y de un sector opositor que en más de una ocasión ha colaborado con diferentes excusas, estos signos no pueden dejar de causar alarma.
Es imposible pensar en unas elecciones “libres, justas y transparentes”, sin que antes las mafias salgan del poder y se dé una transición que no solo nombre nuevas autoridades de los organismos del Estado, sino que también desmonte el sistema corrupto que se ha establecido en el país, en las instituciones, en los medios de comunicación, en lo sistemas financieros y económicos y en muchos otros lugares.
Preocupa aún más que esta corriente electorera se vuelva a activar en el país justo cuando toman fuerza las versiones de que a nivel internacional los gobiernos cómplices de Maduro, como México, Bolivia y Uruguay, estarían trabajando en un “diálogo” que tendría como objetivo lo mismo: unas elecciones antes del cese de la usurpación y con Maduro de candidato.
La buena noticia es que la gran mayoría de los venezolanos ya ha aprendido de tanto engaño y está clara de que la única manera de salvar a Venezuela es salir de todas las mafias que la han secuestrado. De lado y lado.
El presidente (E) Guaidó también debe tener esto claro. Su responsabilidad y los desafíos que enfrenta son tan grandes que es imprescindible que no permita que los mismos actores que han negociado al país en el pasado y que han perdido la confianza de la gente lo rodeen, lo aíslen y lo alejen de la ruta planteada para lograr el quiebre real y definitivo.
Esto solo se logrará con un gobierno de transición que se asegure de crear las condiciones de estabilidad social y confianza que el país urgentemente necesita.
Y después, a la mayor brevedad posible, cuando puedan ser verdaderamente justas, libres y transparentes, claro que sí: elecciones.
- Brasil: dos certezas y dos incógnitas - 3 octubre, 2022
- Editorial #705- Recalculando - 21 junio, 2022
- Editorial #703 – Sorpresas que no sorprenden - 30 mayo, 2022