Estamos en riesgo de perder la mejor oportunidad que hemos tenido jamás para alcanzar nuestra libertad
Edición #457 – Que sigan aplaudiendo
El 23 de enero, cuando se juramentó en medio de una masiva manifestación en Caracas y empezó a recibir el reconocimiento y el respaldo de varios países del mundo, advertimos que el gran reto que tenía el presidente (E) Juan Guaidó era no convertirse en otro Capriles. Algunos, en medio de tanta euforia, nos tildaron de alarmistas y exagerados; no veían cómo eso podía ser posible.
A más de cien días de su juramentación, nuestra preocupación no solamente persiste, sino que es mayor. El presidente interino, que ha dado indiscutibles muestras de liderazgo y de coraje, también se ha equivocado en temas sensibles.
Una de las cosas que más preocupan, por el pésimo mensaje que manda, es el hecho de haberse rodeado de los mismos personajes que tanto daño le han hecho a la lucha democrática desde la “oposición”. Entre ellos, el propio Capriles, Manuel Rosales, Ramos Allup y otros que con la excusa de “sumar y no restar”, terminaron restando mucho y sumando poco.
Pero más allá de la dirigencia política, también vemos con preocupación que se repite la actitud de la gente que rodea al líder y que le hace un gran daño. No solo porque quienes deberían conformar un equipo que lo acompañe, que lo aconseje y que lo critique, se van transformando en un club de fans que lo único que sabe hacer es aplaudir y atacar despiadadamente a quien “se atreva” a hacerlo.
Se han dado pasos importantes en estos últimos tres meses, pero también otros en falso, como el fallido ingreso de la ayuda humanitaria que iba a ingresar “Sí o Sí” al país, por ejemplo. Nadie sabe a ciencia cierta en qué quedo todo lo recaudado para ese día. Igualmente, lo ocurrido el 30 de abril es desconcertante, porque mientras más detalles se conocen, todo parece indicar que fue un papelón. No solo por su desenlace, sino principalmente porque pareciera que la «transición» era salir de Maduro, pero mantener en sus cargos a Padrino López, Maikel Moreno, Hernández Dala, Figuera y otros.
Sumado a esto, otro hecho que nos preocupa es todo lo relacionado a la aprobación en tiempo récord y a última hora del pago de los Bonos PDVSA 2020 en la Asamblea Nacional, sobre todo por la poca claridad que existe sobre los tenedores. Es un tema de mucha importancia para la República como para que se maneje con tanta oscuridad y, aunque existen argumentos válidos a favor a lo que se hizo, también quedan dudas que quienes tomaron esta decisión tienen la obligación de aclarar. Sobre todo tomando en cuenta lo rápido que pasaron algunos de atacar durante años a la ilegalidad y los oscuros intereses de los tenedores de bonos a justificar el pago de estos “bonos del hambre”.
¿Cómo se evidencia que se están cometiendo errores y se está perdiendo la conexión con los venezolanos? En la preocupante disminución en la asistencia a los llamados de calle –el último sábado es el mejor ejemplo-, variable indispensable para finalmente lograr nuestra libertad. De paso, no faltan los que en lugar de reflexionar sobre las causas, prefieren atacar al ciudadano.
Es hora de dejar de culpar a la gente que lo ha dado todo y empezar a escucharla. Su lúcido clamor hoy es que no podemos solos y que el liderazgo tiene que solicitar la cooperación del mundo para que nos ayude a salir de nuestra tragedia.
Estamos en riesgo de perder la mejor oportunidad que hemos tenido jamás para alcanzar nuestra libertad. Es por eso que alertamos sobre lo que consideramos que se puede mejorar y los errores que debemos evitar, porque nuestra obligación es acompañar, ayudar y también criticar.
Los que crean que eso hace daño, que sigan aplaudiendo.
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