La realidad es que la visita de la señora Bachelet es una mala noticia
Editorial #462 – La visita
La Alta Comisionada para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, la expresidenta de Chile Michelle Bachelet, confirmó que visitará el país del 19 al 21 de junio “por invitación del gobierno de Venezuela”. Por “gobierno”, si queda alguna duda, se refiere a Maduro y su régimen ilegítimo.
Después de muchos meses de haber ignorado la grave crisis venezolana y los constantes llamados de ayuda –asumió el cargo en septiembre de 2018-, finalmente consideró que era oportuno pasar un par de días en el país por invitación oficialista, por lo que no es necesario ser un adivino para concluir que lo más probable es que la verdad de lo que ocurre en el país quede excluida de su agenda.
A pesar de esto, no faltarán voces “opositoras” que celebren esta visita, quienes también serán parte del mismo circo. Desde hace días son los mismos que intentan vender la idea de que los diálogos de Noruega y Suecia deberían terminar en unas “elecciones” con “garantías” dentro de algunos meses. Por supuesto, todo esto con Maduro y sus cómplices en el poder. Algo absolutamente inaceptable.
La realidad es que la visita de la señora Bachelet es una mala noticia. Primero, porque reconoce como legítimo al régimen de Maduro, y, segundo, porque podemos asumir que terminará en una repartición de culpas “entre dos bandos”, cuando la gran mayoría en Venezuela y el mundo sabe que no es así: es un pequeño grupo mafioso que tiene secuestrado a todo un país.
No ha existido una catástrofe humanitaria de esta dimensión en la historia de la región. Es por eso que sería un precedente nefasto para una organización como las Naciones Unidas que una visita de la Alta Comisionada encargada de velar por los Derechos Humanos termine en ambigüedades y lugares comunes. Si un país merece la máxima atención a la violación de los derechos más básicos de las personas, es Venezuela.
No nos referimos solamente a los asesinatos, la cárcel y la persecución contra quienes disienten del régimen, sino también a la miseria en la que se ha sumergido a todo un país. Ya no se trata solo del hambre o las enfermedades, ahora también son millones los que padecen la falta de acceso a los servicios más básicos como luz y agua potable. Todo esto se traduce en unos niveles de miseria nunca antes vistos.
Mientras tanto, todo parece indicar que la visita de la señora Bachelet estará más enfocada en sentar las bases internacionales para una nueva “elección” que no dejaría de ser un fraude y que lo único que lograría sería seguir alargando el tiempo de los usurpadores en el poder y, con esto, la miseria de Venezuela.
Nuestro rechazo a esta nueva farsa debe quedar absolutamente claro para la visita.
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