Negro como el café

Le voy a llamar negro, porque se ha descrito más oscuro que el negro, y resulta ser que el negro es mi color favorito.
 La mezcla de todos los colores da como resultado el color negro, el mismo color de sus ojos y de sus misterios.
Pero no es el color de sus sentimientos. Nunca podremos controlar los impulsos de este instinto, que nos lleva ventaja en los labios y en las manos, con lo que decimos, con lo que hacemos, con la historia que no nos hemos atrevido a contarle a más nadie.
 Creé que es el ser más oscuro con el que he hablado, pero yo ya he conocido bastante diablo, y puedo decir que todos tenemos pecados, y los suyos no son tan extraños.
 Aunque algunos me son desconocidos, otros los leo de la misma forma en la que me lee,
( Muerde sus labios).
Tranquilízate, en mis sombras no hallarás consuelo, encontrarás tu igual y a la vez tu opuesto, porque del pecho me sale una luz, que desordena con toda esta oscuridad. Aquí todos tenemos de todo, pero de tu caja de pandora, yo soy el tesoro.
Negro como el café, el mismo que preparo en las tardes, ya sea acompañada o en soledad, pero que en esa taza, sumergidos mis recuerdos, me lo encuentro.
Negro el cielo por las noches y en algunas ocasiones, aunque lejos, le siento, y se que se rompen las trabas del tiempo, cuando viajas con alguien en el pensamiento.
 El guayoyo de mis ojos, le convenció de que existen combinaciones que nos curan y nos salvan. Que el violeta de mi alma, transmutaba el ébano de la suya.
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