No se trata solo de luchar contra la xenofobia, se trata también de ser agradecidos
Editorial #467 – Xenofobia
Uno de nuestros peores temores está empezando a hacerse realidad. Cada vez son más las historias de venezolanos en diferentes lugares de la región que han sido víctimas de actos xenófobos y que, en muchos casos, no fueron solo agredidos verbalmente, sino también físicamente.
Los hechos más retratados en los últimos días en los medios ocurrieron en Perú, Panamá y Trinidad y Tobago. En algunos casos, incluso han sido autoridades de esos países quienes se han manifestado de forma pública en contra de los migrantes venezolanos.
Según datos recientes de la Agencia de la Organización de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), son más de 4 millones de venezolanos los que se han visto obligados a abandonar su país en los últimos años. Sin embargo, hay quienes afirman que ese número ya supera los 5 millones, como el sociólogo Tomás Páez, coordinador del Observatorio de la Diáspora Venezolana. Según este organismo, hay venezolanos en 90 países y 300 ciudades del mundo. Algo nunca vivido por la región.
Este año comenzó con un temprano optimismo luego de la juramentación como presidente (E) de Juan Guaidó, lo que llevó a muchos a creer que se podría finalmente lograr una salida a la tragedia que vive el país y que, en consecuencia, no sería necesario que otros cientos de miles abandonen su tierra.
Sin embargo hoy, a seis meses de la juramentación de Guaidó, el panorama vuelve a ser difuso y complejo y cada vez son más los que vuelven a sentir que su única opción es buscar un mejor futuro lejos de sus fronteras. Según proyecciones del Observatorio de la Diáspora Venezolana, entre julio y septiembre 500.000 venezolanos más saldrán del país y hasta fin de año esa cifra podría ser mayor a un millón.
La realidad es que la situación para los venezolanos emigrantes solo va a complicarse debido a que su llegada a países con economías frágiles es una amenaza para la estabilidad de esas naciones. El problema de Venezuela, lo repetimos una vez más, ya no es solo de los venezolanos.
A lo que debemos prestar atención es a la reacción social en esos lugares. Lo más probable es que esta situación se transforme, en algunos casos, en mayor rechazo y violencia contra venezolanos desesperados. Es muy importante que se hable sobre esto y que la comunidad de venezolanos en cada uno de los países de la región se organice para apoyar y proteger a sus compatriotas que se encuentren en condiciones muy precarias.
Es un buen momento para recordar que a mediados del siglo pasado, cientos de miles de emigrantes europeos –españoles, italianos, portugueses y otros- llegaron a rehacer su vida en Venezuela. De igual forma, durante las dictaduras militares de sus países en la década de los sesenta y setenta, argentinos, peruanos, chilenos, uruguayos, bolivianos, brasileños y otros, también fueron bien recibidos en la patria de Bolívar.
No se trata solo de luchar contra la xenofobia, se trata también de ser agradecidos con quienes en el pasado nos abrieron las puertas de su nación.
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