Un recorrido por Belén
Uno de los municipios más castigados por la crisis es el municipio Carlos Arvelo, el abandono y la desinversión pública es notoria en cada sector, en cada comunidad y cada hogar. El fin de semana pasado tuve la oportunidad de acompañar a Rubén Limas y al resto de los equipos locales del Frente Amplio Venezuela Libre a una intensa jornada de activismo en la población de Belén, en ese querido municipio.
Tenía la equivocada expectativa de encontrar desánimo o la frustración que se estimula tanto desde las redes sociales (tantas emociones corrosivas se mueven en las redes 2.0 que he visto a profesionales universitarios acusar ridículamente a Stalin González, vicepresidente de la AN, de ser comunista por tener su nombre). Pero mi sorpresa fue mayúscula al encontrar un pueblo esperanzado, comprometido y entusiasta incluso en este contexto de crisis humanitaria compleja.
El “casa por casa” realizado contó con apoyo unitario, equipos de UNT, PJ, VP y la sociedad civil ya que dijeron presente y cerraron filas entorno al predominante color blanco esperanza de los activistas presentes. “este es un pueblo muy adeco” me comentó un vecino en pleno arco en la entrada de Belén. El mensaje entregado, me consta, fue informar a la ciudadanía de la labor de la AN y de Juan Guaidó pero la “¡gente está clarita!” como me dijo Rubén Limas con la satisfacción de encontrar el respaldo necesario para seguir en la lucha antidictatorial.
Sin embargo, es el sufrimiento de una sociedad sometida a la exclusión lo que más hiere el orgullo ciudadano. Saberse víctimas de la desinversión en servicios sanitarios, al punto en que se han registrado varias lamentables muertes por la ausencia de equipos e insumos elementales en los centros de salud, verses rodeados de una naturaleza prodigiosa en belleza, pero con escuelas destruidas, calles inservibles y familias separadas por la diáspora es lo que hizo decirme a una señora “estamos hartos de esperar que otro mastique para poder tragar” en clarísima referencia a Nicolás Maduro y la camarilla militar que se atornilla al poder.
El Sol fue implacable, pero la sonrisa rebelde de los vecinos, los vehículos tocando corneta, los niños jugando a nuestro alrededor nos insuflaron ánimo para culminar el recorrido. Las palabras más escuchadas fueron “tenemos en la mano el tribilin de reyes”, le pregunté al compañero Francisco Archilla, dirigente municipal, ¿qué significa eso? Y me explicó “en el juego de cartas, caída, la mano de tres cartas de reyes gana el juego completo. En Belén la gente dice que la mano tribilin es el cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres. El pueblo gana todo”.
La adversidad del presente provoca llanto y rabia pero la profunda fe popular en un cambio político en el cual la voz del pueblo, expresada en votos, es difícil de comprender para el científico social más acucioso. A mí me sucede, es con el pueblo humilde donde la llama del fervor nacional cobra vida en mi interior, la esperanza y la fe de la gente sencilla trasmuta mi flemático escepticismo en compromiso ardoroso. Por eso será que poco tolero los grupos de WhatsApp en los que eminencias revestidas de una meritocracia más pretendida que real cree, fantasea sería más adecuado, tener mejor criterio que los diputados a la AN y los dirigentes de los partidos democráticos para enfrentar a la dictadura. Pronto les sigo informando.
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