Azotados por la xenofobia en medio de la pandemia
Se habla de mas de seis millones de venezolanos repartidos por todo el mundo, huyendo de las consecuencias de la epidemia causada por un gobierno corrupto y narcotraficante, perseguido por la justicia estadounidense.
Las cifras exactas no las tiene nadie, pero en promedio y por las personas cercanas y lejanas que conozco, al menos 4 de cada 10 se han ido a cualquier lugar, sin importar los latigazos que les toque llevar en otros países.
En cada familia se ha largado un hijo, un hermano, un sobrino, un tío, un abuelo o algún conocido o vecino. No se van, se largan a otra parte. pero, en una situación así, con la pandemia que tiene paralizado al mundo, que le puede pasar a quien se encuentre en otra nación, sufriendo los rigores de la xenofobia.
En estos momentos, ante la amenaza a la vida que representa este mal nacido virus, la pregunta triste es, que pasa con los migrantes venezolanos que no cuentan con los beneficios que tienen los ciudadanos o residentes de estas naciones huéspedes.
Sera que algunos de los que están al frente de estos centros asistenciales van a elegir a un migrante que a sus congéneres. Para muestra un botón. En solo una semana, en Estados Unidos, han circulados dos noticias gubernamentales que paran los pelos.
Una del gobernador de Texas donde le pide a los norteamericanos de la tercera edad a sacrificarse por el país.
Esto se traduce, como el dijo, que cada persona mayor de 70 años debe resignarse a no acudir a las salas de emergencias de los hospitales para dar la oportunidad a los jóvenes, la otra es la acusación que hizo el propio Presidente sobre que los Chinos son los culpables de la pandemia. Si eso no es un estimulo a la xenofobia, no se que otro nombre puede tener.
Por supuesto que la respuesta de China no se hizo esperar. Casi que una declaración de guerra que llevo a que Donald Trump se disculpara públicamente. La situación con la invasión del virus en Estados Unidos lo lleva a ser el país con mas contagio en el mundo.
Todavía no se ha dicho nada de los migrantes, algunos que no cuentan ni con permiso legal para trabajar porque han huido buscando ayuda para sus seres queridos, olvidando todo lo que habrían hecho en Venezuela.
No les importa el cambio, porque cualquier lugar es mejor que afrontar tanta escasez. Norte América es uno de los países que ha abierto sus puertas, pero eso no quiere decir que una parte de sus habitantes no estén en un mundo con apertura a la xenofobia.
Este es otro de los riesgos, exacerbados por este desprecio a quien huye por fuerzas mayores. muchos venezonaos se encuentran en una situación en la que no pueden ni entrar o salir de su propia tierra.
Estados Unidos, esta confrontando la pandemia que lo esta atacando con furia. Sin embargo, en medio de todo, en medio de una batalla campal para unas elecciones que se avecinan, surgen un conjunto de decisiones que van del tumbo al tambo.
En una semana el Presidente ha solicitado a todos para protegerse del virus, permaneciendo en sus hogares, pero unos días después anuncia que es mas importante salir a trabajar para no paralizar la economía, lo que se puede traducir en un daño mayor.
Una recesión sin parangón, la misma que esta afrontando el resto del mundo. En momentos así, cuesta pensar que en realidad la paralización de la economía, es otro filo que ataca al país.
Dejando atrás este vaivén de medidas contradictorias que se han producido en una semana, convulcionada por si suspender o no la paralización, la escalada de muertes por el coronavirus es tan grave que ,el pasado domingo eran de 390 muertos con 31.000 infectados, comparados con las del sábado que ascienden a 115.000 infectados y 30.000 fallecidos.
Esto se incrementa cada día, cada hora. Solo en Nueva York, uno de los mas azotados por el Coronavirus, para el viernes presentaba en promedio mas de una muerte cada 12 minutos.
Los países están tomando sus medidas de protección, unas mas acertivas que otras, pero en el medio esta ese venezolano apátrida que esta luchando no solo con salvar su vida sino la de sus seres queridos, siguiendo incluso todas las medidas de protección que se les pide, tiene que defenderse además de la xenofobia que ya existe, con mas fuerza en unos países que en otros.
En estos momentos, el gobierno Americano, ha cerrado las puertas a los inmigrantes que piden asilo, rompiendo con las leyes internaciones en ese aspecto. quien pretenda entrar bajo este concepto, sera puesto de vuelta atrás. Toca pensar que cada dia a los venezolanos se le cierran mas las puertas en el mundo. eso es de esperar en la situacion actual.
No solo en Estados Unidos podría haber un rechazo a los migrantes venezolanos. En otras partes, la situación puede ser mas grave.
La xenofobia ataca por todos lados, la imagen del venezolano como lo peorcito del mundo, es algo que no se puede obviar, son aseveraciones que sacrifican con la misma medida a una mayoría trabajadora que a una minoría delincuente, que vive de las triquiñuelas, que comete delitos.
Esa es la historia de los que se han ido, que pasa con los que están presos en el país, en este momento.
En Venezuela nadie los quiere recibir. eso aunque parezca mentira es una realidad, no se les permite entrar. Por otro lado, los que no pueden entrar al país, les toca vivir en una competencia para conseguir trabajo en unas economías paralizadas.
Si en Estados Unidos han muerto tantos por una cifra que para los pelos, que supera a la maltratada Italia, donde en la autualidad los muertos superan los mil cada día. La velocidad en la transmisión, en ambos países es aterradora.
La pregunta es que pasaría en Venezuela, donde no es nada nuevo decir que los hospitales no están preparados para prestar ayuda a los enfermos, mucho menos a un ataque de un virus tan agresivo, donde no hay ni gasolina.
En algunas regiones del país, la escasez de agua es una amenaza porque no hay suficiente para lavarse las manos.
Mientras Maduro y su combo, son perseguidos por la justicia norteamericana para recibir el castigo que merecen, con una condena por tantos delitos que podrían pasar cuatro vidas en una cárcel, una sola persona contagiada que habite en Venezuela, puede ocasionar una hecatombe sin precedente.
En Nueva York, las cifras de muertes superan el 50 por ciento de las infectadas en el país.
Una lucha terrible, en una ciudad millonaria donde escasean los ventiladores para atender a tanto enfermo, donde los hospitales se desbordan. Esto que esta pasando en Italia y en España pero, mientras el mundo se debate entre mantener una economía en declive, sin empleos disponibles, o dar mas espacio a salvar vidas.
Esto pasa en el mundo, la pregunta con una respuesta negra es, cuantos venezolanos pueden sobrevivir, aquí o allá.
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