¿Por qué hay elecciones libres en el espacio y en Venezuela no?

Fuente: EFE

Poder votar libremente es un ejercicio de soberanía que se valora más cuando no se tiene.

En ocasiones los latinoamericanos olvidamos que hasta hace unos años atrás casi toda nuestra región era dominada por caudillos regentes de crueles dictaduras que torturaban, perseguían y desaparecían a disidentes políticos e inocentes.

Hace menos de 40 años países como Argentina, Chile y Brasil vivían horas oscuras donde levantar la voz o ser crítico al régimen, era considerado un acto subversivo contra el interés nacional dictaminado por el déspota de turno.

Sin embargo, la lucha con sangre, sudor y lágrimas de grandes hombres y mujeres consiguió la salida de los tiranos, la transición y el comienzo de las siempre imperfectas sociedades democráticas, donde votar es un deber y un derecho.

No estoy convencido de que las naciones tienen a los gobernantes que se merecen, pero si, al votar libremente los ciudadanos son responsables con su elección de quién estará al frente de la conducción del ejecutivo durante el periodo legalmente establecido.

El descrédito a las instituciones o la muerte de la democracia como lo plantean Ziblatt y Levitsky ante el surgimiento de populismos en todo el mundo ha llevado a que cada vez menos ciudadanos respalden y abracen al sistema democrático. No olvidemos que entre 2010 y 2018 la encuesta Latinobarometro mostro cómo en la región la preferencia a la democracia frente al autoritarismo bajo de un 61% a un 48%.

Recuperar la confianza en la democracia significa mejor gobernanza y respuestas más rápidas ante las necesidades, debido a que cada vez el margen de tiempo entre la política pública y la ebullición social es menor. Más en sociedades hiperconectadas donde la velocidad del scroll aumenta día a día y votar cada cierto tiempo, para algunos, deja de ser tan importante.

Educar explicando que la civilidad, avances y desarrollos que hoy en día tenemos no son naturales, ni se generan espontáneamente, es el gran desafío. Pues la Soberanía, el Estado de Derecho y la Separación de poderes, junto al libre mercado, no son simples conceptos, ni vetustas instituciones, son en sí el marco en donde las sociedades pueden ser libres para poder seguir eligiendo por su futuro, el de su familia y apostar por el desarrollo de sus proyectos de vida.

Esa libertad, es lo que posibilita el ejercicio de la voluntad popular te encuentres donde te encuentres. Vivas en una alejada comunidad rural, en una gran metrópolis o en la mismísima Estación Espacial Internacional, donde a unos 320 km sobre la tierra, los astronautas norteamericanos ejercerán su voto en unas semanas.

Entonces ¿Por qué hay elecciones libres en el espacio y en Venezuela no? Porque en Venezuela no hay Soberanía, ni control interno. Es una población sometida al hambre intencional, a mafias y grupos paramilitares que manejan dos tercios del territorio y donde la falta de servicios básicos hace de la vida una constante subsistencia. Sin contar la grave crisis en el transporte producida por la severa falta de combustible y el desastre sanitario existente incluso previo a la propagación del Covid-19.

Por ello, los requerimientos mínimos para llevar adelante un proceso electoral transparente, idóneo para cualquier democracia moderna, que incluiría las garantías de universalidad, libertad, transparencia, igualdad, pluralidad y recurrencia del sufragio no son posibles en las condiciones actuales. Pues votar libremente significa votar sin miedo, sin intermediarios, donde el voto de cada ciudadano valga y donde prive la libre decisión del votante, ya que su voto es secreto y además, porque el cumplimiento de estos mandatos está bajo la observación del mundo.

Esas condiciones están negadas en Venezuela, porque a diferencia de cualquier país respetable del mundo, Venezuela está secuestrada por Nicolás Maduro y su pranato. Además, de ser, el propio «Estado» el principal enemigo de cada venezolano, dentro y fuera de país.

Por eso es posible que haya elecciones en el Espacio y no en Venezuela, porque el resultado de una elección libre en democracia es a lo sumo un cambio de gobierno, en cambio, el resultado de una elección verdaderamente libre en una dictadura cruel y violadora de derechos humanos como la venezolana, sería una autopista rápida a la cárcel o un tribunal internacional para los jerarcas del régimen, por sus crímenes contra la humanidad y por ser los responsables del sufrimiento de 30 millones de venezolanos.

No hay elecciones libres en Venezuela por el dilema entre su libertad y la nuestra.

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